El precio del dólar esta pisado con tasas elevadas, con una política monetaria contractiva, con los dólares del FMI para sostener la campaña electoral de la alianza Cambiemos y, fundamentalmente, con la bicicleta financiera facilitada por el Banco Central. Pese a ello, la dolarización de ahorros continúa siendo intensa. Con la actual tendencia, al final del gobierno de Mauricio Macri la Formación de Activos Externos (fuga de capitales) sumará casi el mismo monto que en doce años y medio de gobiernos kirchneristas. La inflación macrista navega en el rango del 3 por ciento desde hace varios meses con una paridad planchada, lo que acelera la caída del tipo de cambio real. Este es el cuadro financiero y cambiario previo a las elecciones presidenciales, que induce a no pocos a mantener la compulsión a la compra de dólares porque consideran que está “barato.

La misma receta

La trampa de la economía macrista, con la desregulación total del mercado cambiario y la apertura total para el ingreso y egreso de capitales especulativos (cuenta capital del balance de pagos), es tan obvia como simple de observar. Cuando la tasa baja bastante, el dólar sube rápido. Cuando el dólar sube, la inflación se acelera. Cuando el dólar baja porque la tasa sube, los precios dejan de subir con intensidad, pero igual lo siguen haciendo.

Para neutralizar esa trampa, en la que ingresó por propia decisión desde el primer día de gestión, en estos meses previos a la crucial elección presidencial, el gobierno utiliza las herramientas disponibles para frenar al dólar: tasa de interés elevada, intervención en el mercado de dólar futuro y la munición de dólares del FMI. Diseña de este modo la próxima bomba cambiaria.

La receta electoral del macrismo es conocida: frenar el dólar para disminuir la expectativa inflacionaria y, para lograr una paz cambiaria, ofrece un carry trade (bicicleta con dólar planchado y tasas en pesos elevadas) financiado con deuda (del Fondo Monetario Internacional). El saldo no será otro que el mismo que hubo con el carry trade promovido por las Lebac durante el fiasco de la gestión de Federico Sturzenegger en el Banco Central: otra megadevaluación con efecto devastador sobre la economía real.

Para los financistas es una cuestión de timing definir el momento de saltar de la bicicleta para realizar la fabulosa renta en dólares que el Banco Central de Sandleris está regalando, como lo hizo en su momento el JP Morgan, en abril del año pasado, seguido luego por la mayoría de los grandes inversores, precipitando la primera gran crisis macrista.

Para el resto de la economía, sólo será cuestión de esperar el estallido de esa crisis, momento en que la red de confusión del ejército de analistas neoliberales volverá a preguntar por qué y cuáles fueron las razones del estallido, cuando, en realidad, la causa habrá sido sus políticas monetaria y cambiaria.

Bicicleta

La lógica de la valorización financiera no tiene misterios. El diferencial de tasas de interés (entre la doméstica y la internacional) con un tipo de cambio apreciado permite una bonanza financiera ficticia y temporaria. Capitales especulativos participan durante un tiempo de esa bicicleta hasta conseguir una atractiva ganancia en dólares, para luego abandonar ese negocio que deja tierra arrasada.

Después del descontrol cambiario, primero con Sturzenegger y luego con su sucesor, Luis Caputo, el FMI puso un dique a la pérdida de las reservas incrementadas con los dólares del stand by. Cuando la dinámica cambiaria se encaminaba hacia otro desquicio, hace dos meses, dio luz verde a la rehabilitación de un carry trade electoral, violando el postulado de no permitir financiar la fuga de capitales con sus dólares.

El Fondo autorizó al Banco Central a utilizar recursos que le prestó al país para financiar la dolarización de capitales. Fue el reaseguro que necesitaban los financistas para lanzarse a un pedaleo veloz en la bicicleta aceitada por el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, quien cuenta con la asistencia del financista reconvertido en funcionario público Gustavo Cañonero (ex Deutsche Bank, ex socio local del fondo internacional Franklin Templeton y ahora vicepresidente del Central). El conflicto de intereses, atender en los dos lados del mostrador y la puerta giratoria es la característica de la Ceocracia en el gobierno de Macri.

El poder de las finanzas, con la firme decisión política de la administración Trump de rescatar la gestión económica de Macri, le torció el brazo a la tecnoburocracia del Fondo para subirse así a otra bicicleta argentina.

Mientras grandes jugadores de las finanzas globales, acompañados por los locales, apuestan en el paño extendido por el Banco Central con la caja de los dólares del FMI, poco más de un millón de personas cada mes están atesorando billetes verdes. El último registro del BC, de mayo pasado, fue que la demanda neta de moneda extranjera de ese grupo totalizó 1425 millones de dólares, monto similar al mes anterior e igual mes del año pasado, lo que indica que existe una base constante de compradores.

Las operaciones de compra de billetes de individuos se concentraron en los estratos inferiores de monto: el 63 por ciento de las compras fue por sumas inferiores a los 10 mil dólares. Los grandes inversores, locales y extranjeros, también participaron en mayo último con compras netas por 1732 millones de dólares.

Atrasado

En estas semanas donde se consolidó el carry trade apareció en la city un debate incipiente acerca del nivel de tipo de cambio real. Con una paridad que retrocede, precisamente por la intensificación del pedaleo en la bicicleta de Sandleris, y alza del IPC, el atraso cambiario electoral se hace más visible. El último informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano advierte que el tipo de cambio real cayó 2,6 por ciento en mayo, al mismo tiempo que aumentaron 3,0 por ciento los precios del rubro servicios.

Víctor Beker, director del Centro, explica que sumando el IPC de abril, ese retroceso determinó que “el tipo de cambio real se acerque al nivel de diciembre de 2015, luego de un período que se había iniciado en agosto del año pasado, en el que se mantuvo bastante por encima de dicho valor”. Con la inflación de junio y paridad cambiaria bajando, ese retroceso continuó.

El cálculo del tipo de cambio real es tomando como base el valor del dólar en diciembre de 2015, se le agrega la inflación en los Estados Unidos medida por el índice de precios al productor, para luego dividirlo por la evolución local del Índice de Precios al Consumidor para el rubro servicios. El Centro de la Belgrano indica que mientras la inflación estadounidense mide la pérdida de poder adquisitivo del dólar, la inflación de los servicios locales aproxima la pérdida de valor del peso en términos de los bienes no comercializables.

Otros estudios estiman que el tipo de cambio real se ubica en niveles de julio de 2018 y de febrero 2016, aunque sería aún más bajo al ajustarlo con las retenciones y la eliminación de reintegros aplicadas en la última parte del año pasado por la exigencia del ajuste fiscal acordado con el FMI. Este atraso del dólar se produce con un riesgo país y tasas de interés más elevadas que en esos meses.

Datos duros

La evolución nominal del dólar, la tasa de interés y la inflación, desde octubre pasado, permite observar cómo se combina el atraso cambiario con la bicicleta financiera, estrategia del macrismo para competir con chances en las elecciones de agosto (PASO) y octubre (primera vuelta).

· El dólar cotizó a 43,10 pesos por unidad el último día de la semana en el segmento minorista (41,85 pesos, en el mayorista). Es apenas un poco más de un peso por encima de los 41,94 pesos del 28 de setiembre pasado. A fin de ese mes se había anunciado el segundo stand by con el FMI por casi 57 mil millones de dólares, con la expectativa de frenar la corrida cambiaria. Hubo algunos meses de tranquilidad en el mercado, con la paridad descendiendo hasta un mínimo de 36,38 pesos el 9 de noviembre pasado, pero a fines del primer trimestre se aceleró la corrida hasta el valor máximo de la paridad en 46,90 pesos el 26 de abril.

· En estos meses de volatilidad cambiaria, de casi 30 por ciento entre los extremos, la tasa de interés de referencia del Banco Central en la colocación de Letras de Liquidez (Leliq) también tuvo variaciones importantes. O sea, el intenso movimiento de la paridad tuvo su correlato en la también elevada volatilidad de esa tasa, que marcó un mínimo de 43,97 por ciento anual el 13 de febrero y un máximo de 74,07 por ciento el 2 de mayo.

· En octubre pasado, la tasa de inflación fue del 5,4 por ciento, y con menores presiones sobre la paridad registró retrocesos hasta marcar el 2,6 por ciento en diciembre. En los meses siguientes, el índice de precio se aceleró hasta el 4,7 por ciento en marzo, y todavía sin poder perforar el 3,0 por ciento mensual. El acumulado en el período octubre 2018-mayo 2019 es de 33 por ciento. Si se agrega la estimación de junio es de 37 por ciento.

· Sólo hay que hacer la cuenta del precio del dólar a fines de septiembre y ajustarlo con la variación de precios desde entonces. Es el cálculo que algunos financistas evalúan como horizonte para decidir el momento de realizar ganancias con el negocio de la bicicleta de Sandleris.

El cálculo lineal que realizan en la city, sin derivaciones acerca del impacto macroeconómico del nivel del tipo de cambio real, es el siguiente: sin acceso al mercado voluntario de crédito y con la exclusiva asistencia financiera del FMI, auxilio que se está agotando (el BCRA recibirá en estos días otra cuota de unos 5500 millones de dólares), la cantidad de dólares en manos del gobierno son suficientes para llegar a las elecciones, pero después saben que no habrá disponibles para todos.

Ahora lo que está en tensión en la city es saber cuándo se produce el salto de los pesos de la bicicleta (y también de plazos fijos en pesos) hacia los billetes verdes. La especulación de los financista está concentrada en el resultado de las PASO, y no en cuál fórmula será la ganadora (descartan que será la de Fernández-Fernández), sino en la diferencia que habrá. De 4 a 6 puntos es un saldo que en la city evalúan como favorable para el oficialismo, no así de 8 a 10 puntos. Seguirán montados en la bicicleta en el primer escenario, y se bajarán para realizar ganancias en el segundo.

Fuga

El informe del Balance Cambiario del Banco Central entrega datos muy contundentes acerca de la impresionante fuga de capitales durante la economía macrista. El cuadro de Formación de Activos Externos (FAE) del sector privado no financiero ofrece los siguientes números, en millones de dólares:

· Diciembre 2015 2024

· 2016 9951

· 2017 22.148

· 2018 27.230

· Ene-mayo 2019 9532

TOTAL 70.885

La proyección de este año ubica el saldo final de la gestión macrista en un piso de 85 mil millones de dólares, casi el mismo monto del registro de doce años del kirchnerismo: junio 2003 a noviembre de 2015 la FAE sumó 93.294 millones de dólares.

Esto revela que la economía macrista, con total liberación financiera y cambiaria, no ha logrado desalentar la dolarización de ahorros ni, por lo tanto, atender la insuficiencia estructural de divisas. Por el contrario, ha profundizado la dolarización y acentuado la vulnerabilidad del sector externo de la economía.

El más reciente informe de Fide señala al respecto que “se trata de una evidencia que pone en tela de juicio los planteos que identifican a las regulaciones previas como una variable explicativa de la insuficiencia de dólares”. En estos meses electorales, en los cuales irrumpe el debate económico acerca de lo que se hizo en el gobierno anterior y en éste, la publicación que dirige Mercedes Marcó del Pont se ocupa en aclarar que “no se trata de un gusto particular por las regulaciones (se refiere a la administración del mercado cambiario); es más bien una condición para garantizar los niveles que un proceso de desarrollo requiere”.

Afirma además que “la estrategia (del gobierno y del FMI) no resultó exitosa”. Indica que la capacidad de repago de la economía se ha reducido y la restricción externa se agudizó y que el único financiamiento disponible proviene del FMI. Apunta que con esos dólares “hay que atender todos los frentes del estrangulamiento de divisas, para sentenciar que “los dólares no alcanzan…y el ‘mercado’ los sabe”.

En ese conocimiento que tiene el ‘mercado’ de cuáles son las condiciones financieras y cambiarias de la economía macrista, la estrategia electoral del oficialismo pisando la paridad con tasas elevadas, deuda del FMI e interviniendo en el mercado de dólar futuro, está brindando la posibilidad a los grandes inversores de aprovechar en el cortísimo plazo el negocio de la bicicleta financiera, mientras que al resto con excedentes les entrega la oportunidad de seguir comprando dólares baratos.

 

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