“Nosotros para el Estado somos una mala influencia porque estorbamos. Ellos hacen bien, nosotros hacemos que se vea mal, no es que ellos lo hacen mal, por eso nos cierran las puertas”. Antonio Favatella y Anabella son integrantes de una organización llamada Sopa de Letras, que viene asistiendo a los sin techo desde hace diez años. Ellos se refieren al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, dado que no tienen trato con el gobierno nacional. “No voy a decir quién, pero una respuesta que nos dio este gobierno que hace más de 12 años está en la Ciudad: nos dijeron que a los que están en situación de calle ´había que exterminarlos en lugar de ayudarlos'”. Ellos pertenecen al Centro Cristiano Nueva Vida, del pastor Guillermo Prein. Aclaró que no hacen proselitismo religioso: “Hemos ayudado a salir de la calle a más de 400 personas, si hay tres de ellos que viene a la iglesia son muchos”. Comenzaron ayudando a unas 60 personas y hoy atienden a 150 por día en la ciudad de Buenos Aires, aunque también van dos o tres veces por semanas a Lanús. Ezeiza, San Justo e incluso a Olivos, “a 50 metros de la quinta presidencial”.

Viviana Massara y Lucio Mascardi forman parte de la organización Acción Personas en Situación de Calle, creada en 2017, a partir del primer censo popular, por iniciativa de un grupo de militantes de Nuevo Encuentro, aunque luego se unieron cerca de 80 personas de diferentes corrientes de opinión. Realizan recorridas dos días por semana, en la comuna 10. Les llevan comida en las visitas semanales y también les acercan ropas de abrigo, frazadas, zapatillas y los ayudan a realizar trámites, sobre todo para que puedan tener el DNI los que nunca contaron con él o los que lo perdieron. También los ayudan a conseguir el subsidio habitacional que les permite llegar a un hotel y salir, al menos momentánamente, de la calle.

Los dos recalcaron que las personas “no se mueren por el frío, se mueren por vivir en la calle, como resultado de una sociedad injusta y nosotros hacemos todo lo posible como para hacer una pequeña reparación histórica”.