Para el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el tarifazo en los peajes tiene una explicación sencilla. “Tiene dos partes: uno es el acompañamiento de la inflación, que aumenta el costo de todos, y por otro, queremos incentivar que se use la autopista más o menos (en forma) pareja durante todo el día”. Así, a través este segundo argumento, aludió al súper aumento en las horas pico, que en el caso del transporte de carga (camiones) pasará en los accesos Oeste y Norte, de los 45 pesos actuales a 180 pesos a partir de mañana (viernes), con un aumento del 300 por ciento. En horarios “no pico”, la tarifa que pagarán en cabina de peaje las mismas unidades será de 140 pesos, con un aumento de, apenas, 211 por ciento en este caso.
La dirigencia del sector autotransportista de carga no entendió el aumento de la misma forma. Fadeeac, la federación que los nuclea, dio su punto de vista ayer a través de un comunicado con el sugestivo título “Está por explotar el globo: los costos fijos siguen perjudicando al transporte de cargas”. Hoy comienzan a concretarse los aumentos en los peajes de las autopistas porteñas; los accesos Norte, Oeste y el Corredor Atlántico que incluye la Autopista Buenos Aires-La Plata. Los incrementos pueden llegar a porcentajes de entre el 180 y el 250 por paso en “horario congestión”. Para el transporte de cargas, esto representa una cifra descomunal que afectará enormemente la economía del sector. “El transportista, sin tener responsabilidad en la gestión de este aumento, una vez más se verá obligado a trasladar el costo al precio final del flete”, señalan. El documento empresario agrega que “es innegable la buena voluntad en los proyectos del gobierno que aseguran querer mejorar la productividad del sector. Sin embargo, el constante incremento de las tarifas sigue inflando el globo de costos que el transporte de cargas debe afrontar”.
La novedad en la argumentación de Larreta es que justifica el aumento del peaje por la inflación pasada, exactamente lo contrario que el gobierno nacional pretende imponer como criterio a las negociaciones paritarias: que el cálculo de aumento en las retribuciones sea en función de la inflación futura o esperada y no en base a la anterior. La justificación de Rodríguez Larreta tampoco se compadece con los valores que se dieron a conocer ayer y rigen para hoy en las autopistas porteñas (25 de Mayo, Perito Moreno e Illía), para las cuales los aumentos, en las horas normales, son del orden del 60 al 70 por ciento. No hay índice de inflación que resista la comparación, máxime que las tarifas de peaje no presentaban retrasos en los períodos anteriores ni gozaban de subsidios como en el caso de los servicios domiciliarios (luz, gas y agua). Bajo la gestión de Mauricio Macri en la Ciudad, en el período 2007/2015, el peaje en la Autopista Illía, que costaba 50 centavos al inicio, había llegado a 10 pesos, con un aumento en consecuencia de 1900 por ciento, contra una inflación del 775 por ciento acumulada en los últimos nueve años. Con el nuevo aumento, que lleva el costo en peaje a 17 pesos, el incremento acumulado alcanza al 3300 por ciento, más que cuadruplicando la inflación desde 2007.
Tampoco suena razonable pretender que por la ampliación de la denominada hora pico o “congestión” en dos horas diarias, con un diferencial de precio importante con respecto a las horas normales, vaya a ordenarse el tránsito en autopistas para su uso “en forma pareja”. En su enorme mayoría, el uso de autopistas de conexión entre la Ciudad Autónoma y el conurbano está vinculado a la actividad laboral, con lo cual difícilmente puedan cambiar su horario de viaje para beneficiarse con el peaje promocionado de 0 a 5 y de 22 a 24 en los días de semana.
“La explicación es una burla a la población”, sentenció el legislador porteño José Cruz Campagnoli (FpV) al refererirse a los dichos de Rodríguez Larreta. “Con el aumento del peaje costará hasta 2400 pesos por mes venir a trabajar a la ciudad desde la Provincia de Buenos Aires”, apuntó, agregando que “las políticas económicas que lleva adelante el gobierno de Cambiemos no contemplan la mejora de la calidad de vida de la población; se trata de un gobierno que tiene un plan de ajuste que cada vez genera más despidos y desigualdad; se trata de una gestión que gobierna para los ricos”.