El presidente de México, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, aceptó ayer la renuncia del ministro de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, y anunció su sustitución por Arturo Herrera, hasta ahora subsecretario de esta cartera.
Tras reunirse en el despacho presidencial del Palacio Nacional, el presidente presentó a través de un vídeo al nuevo ministro, al cual definió como "un servidor público con dimensión social". López Obrador le encargó que "la economía esté siempre al servicio de los ciudadanos", especialmente de "la gente humilde", y generar riqueza "para distribuir".
"Nuestro país es un país con grandes cosas pero también con carencias y contrastes, y justamente en el área de las desigualdades es donde tenemos que trabajar", respondió el nuevo ministro. Herrera, economista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y exasesor del Banco Mundial, dijo aceptar el cargo "con mucha ilusión" y afrontarlo como "una gran responsabilidad".
El nuevo ministro ejercía como el segundo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, dirigida hasta ayer por Carlos Urzúa, quien renunció por "discrepancias económicas" con el presidente. "Él no está conforme con las decisiones que estamos tomando pero nosotros tenemos el compromiso de cambiar la política económica que se ha venido imponiendo desde hace 36 años", dijo López Obrador, quien agradeció a Urzúa los servicios prestados.
El presidente reivindicó que quiere llevar a cabo una "transformación" del país y admitió que "hay a veces incomprensión, dudas o titubeos, incluso en el interior del Gobierno".
Y defendió su política económica porque, dijo, ha aumentado la recaudación del Gobierno, no hay déficit, la deuda no ha crecido y el peso es "la moneda más fuerte del mundo". A su entrada a Palacio Nacional, Herrera dijo que "el país está bien" y "todo está en orden" a pesar de la renuncia del ministro.
Sin embargo, en una carta de renuncia difundida en redes sociales, Urzúa escribió : "Por las discrepancias económicas con el presidente Andrés Manuel López Obrador y por la imposición de funcionarios sin conocimiento de de la Hacienda Pública, motivada por personajes influyentes del actual Gobierno con un patente conflicto de interés, me veo obligado a renunciar a mi cargo. En esta Administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento. Estoy convencido de que toda política económica debe realizarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos que esta pueda tener y libre de todo extremismo, sea este de derecha o izquierda. Pero esas convicciones no encontraron eco en su Gobierno. Le hago llegar mi profundo agradecimiento."
Aunque la carta no menciona qué funcionario con conflicto de interés le fue impuesto a Urzúa, López Obrador acusó recibo y contestó que, en esencia, Urzúa había sido echado por neoliberal. “Él (Urzúa) no está conforme con las decisiones que estamos tomando. (Pero) nosotros tenemos el compromiso de cambiar la política económica que se ha venido imponiendo desde hace 36 años. Como es un cambio, una transformación, a veces no se entiende que no podemos seguir con las mismas estrategias. No se puede poner vino nuevo en botellas viejas”, ”, dijo López Obrador en un video donde aceptó la renuncia y nombró a Arturo Herrera como su reemplazo.
Luego de la renuncia de Urzúa la moneda y la bolsa locales retrocedieron con fuerza aunque recuperaron parte del terreno perdido tras la designación de Herrera, un funcionario bien visto por los mercados. Goldman Sachs dijo que la dimisión refleja “fricciones” dentro del Gobierno, donde las decisiones “pueden estar guiadas por criterios no económicos ni financieros” y por gente “sin las credenciales requeridas”.
Durante estos meses, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha impuesto un plan de austeridad en toda la Administración propugnado por López Obrador, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Aunque siempre mostró prudencia, Urzúa apoyaba el pronóstico de López Obrador de lograr un crecimiento de la economía del 4 por ciento anual al finalizar su mandato en 2024.
La renuncia de Urzúa es la más relevante en los seis meses de Gobierno de López Obrador, aunque no ha sido la primera. A mediados de junio, y en plena crisis migratoria, el titular del Instituto Nacional de Migración (Inami) de México, Tonatiuh Guillén, renunció a su cargo. Esta dimisión coincidió con la del titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) de México, Jaime Rochín, quien denunció el 7 de junio que los cambios administrativos han reducido la calidad de atención de casos por parte de la entidad.
A principios de junio también renunció el titular de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Guillermo García Alcocer. Y en mayo hicieron lo mismo el titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Germán Martínez, y la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Josefa González-Blanco.
Nacido el 9 de junio de 1955 en el céntrico estado de Aguascalientes, Urzúa es maestro en Matemáticas y doctor en Economía por la Universidad de Wisconsin en Estados Unidos. Ha sido profesor e investigador en instituciones académicas mexicanas y estadounidenses, además de consultor de organismos internacionales como el Banco Mundial o las Naciones Unidas. Entre el 2000 y el 2003, ejerció como secretario de Finanzas de la capital mexicana, cuyo alcalde era López Obrador
Herrera, un economista con estudios en la Universidad de Nueva York, comenzó su carrera en la secretaría de Finanzas de Ciudad de México cuando AMLO fue alcalde.Tras su salida del gobierno capitalino, se unió al Banco Mundial como especialista en políticas públicas. En esa institución lideró la Unidad de Sector Público con cobertura en 27 países sobre temas gubernamentales de administración financiera y fiscal.