El gobierno de Gerardo Morales en Jujuy contrató a una empresa china para que desarrolle un sistema de monitoreo con cámaras de seguridad por 30 millones de dólares y quedó bajo la mirada del gobierno de Donald Trump. Según consignó el diario The New York Times, funcionarios de los Estados Unidos se mostraron preocupados por el avance de China en América Latina en plena guerra comercial y, en particular, advirtieron sobre el peligro de robo de datos por parte de la empresa contratada (cargos que la empresa negó). Consultados por Página/12, desde el gobierno de Morales prefirieron no hacer comentarios.
El gobierno de Morales en Jujuy ya se hizo conocido internacionalmente por las denuncias por la prisión de Milagro Sala, que alcanzaron a la ONU, la CIDH, entre otras instancias que su administración desoyó. El nuevo eje de polémica -esta vez, con Estados Unidos- es el contrato con la empresa china ZTE, en el marco del proyecto "Jujuy Seguro e Interconectado", que rige desde marzo de este año. A cambio de 30 millones de dólares, la empresa deberá proveer 600 cámaras de seguridad, centros de monitoreo -que incluyen una central 911 y un data center-, servicios de emergencia, infraestructura de telecomunicaciones "por fibra óptica aérea de 300 kilómetros", además de una red de telefonía IP e Internet y de una intercomunicación para 310 puntos de gobierno, que incluyen hospitales, comisarías y escuelas. Todo en un plazo de 18 meses. Para pagar todo esto, el gobierno de Morales debió endeudarse por 24,1 millones de dólares con la sucursal en Hong Kong del banco BBVA.
En su momento, Morales defendió esta contratación y recordó que ya hay inversiones chinas en la provincia, por ejemplo, en la extracción de Litio. "Este es un proyecto que monitorea el gobierno chino, como el proyecto de Cauchari", sostuvo el gobernador de Jujuy, en referencia al Parque Solar Fotovoltaico Caucharí, que está siendo construido con capitales chinos. El ministro de Seguridad provincial, Ekel Meyer, también defendió el gasto en una provincia cuya tasa de pobreza es alta: sostuvo que con esto los vecinos se sentirán más seguros. Y aseguró que la incorporación de tecnología china se ampliaría a un sistema de reconocimiento facial (un software similar viene produciendo una serie de detenciones arbitrarias en la Ciudad de Buenos Aires).
La polémica llegó a partir de un artículo de The New York Times, en el cual se informó que el gobierno de Trump observa con "preocupación" el avance de inversiones chinas en Jujuy, en particular cuando esos capitales intervienen en "seguridad pública". En plena guerra comercial entre EE.UU. y China, Trump viene intentando bloquear los avances de empresas como Huawei y ZTE.
Según la nota del Times, una funcionaria del gobierno de Trump planteó su preocupación sobre el avance de esa empresa en la región: "China recopila y explota datos en una escala incomparable, y utiliza la información para promover corrupción, apoyar la vigilancia arbitraria y silenciar la disidencia", es el textual que cita el diario estadounidense de un comunicado difundido por esa vocera del gobierno norteamericano. También indica que la preocupación ante este caso ya fue transmitida al gobierno argentino por la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los EE.UU.
Por su parte, un relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Joseph Cannataci, sostuvo que la Argentina debe revisar tanto el software como los equipos de seguridad que está contratando. "No me importa a quién se lo compre. No debería asumir que el vendedor al que le compra es de confianza. Usted debe llevar a cabo su evaluación de impacto de privacidad", dijo Cannataci en declaraciones a la agencia Reuters. La ONU recomienda que se tomen medidas para garantizar que estas tecnologías no violen el derecho a privacidad de las personas.
En respuesta a toda esta avanzada, el gerente general de ZTE Argentina, Dennis Wang, negó las críticas del Gobierno de Estados Unidos y sostuvo que "las cámaras serán instaladas en todas las calles de la ciudad y se podrá controlar cómo prevenir cualquier tipo de casos de inseguridad". Puso como ejemplo la disminución de delitos en China, que es cuestionada por el uso de tecnología de reconocimiento facial. En rigor, la misma discusión se viene dando en Estados Unidos con el uso de esa tecnología y hay ciudades como San Francisco que resolvieron prohibirla.