Los números desnudan el fraude de la publicidad de Juntos por el Cambio. Durante el gobierno kirchnerista se licitaron, en promedio, 168 obras en carreteras por año. Durante el gobierno de Mauricio Macri, las obras licitadas en el promedio de los tres primeros años de su gobierno, fueron apenas 31 por año. Menos de un quinto. Durante las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner se licitaron obras en carreteras, incluyendo autopistas, por 7840 kilómetros por año, contra sólo 1877 de la gestión Macri. Las proporciones se repiten cuando se habla de obras iniciadas, 162 en la era anterior, 67 en la actual, y en las obras finalizadas, 113 contra 57. Los números son contundentes, pese a que Néstor Kirchner se encontró en 2003 con el desierto, o sea obras sin ningún inicio, ni siquiera una licitación. Sin embargo, para hacer muchísimas menos obras, el gobierno de Macri aumentó de manera descomunal la estructura y los fantásticos sueldos de los gerentes. En 2015 no había gerencias ejecutivas, ahora hay ocho. El total de gerencias pasó de tres a 28 y las subgerencias de 26 a 64. Se armó una mega-estructura en la que se “acomodaron” personas afines al gobierno, en su mayoría provenientes de empresas privadas del quehacer vial, con sueldos muy por encima de los anteriores.
Los datos provienen del informe realizado por los técnicos de Vialidad Nacional y difundido por el Sindicato de Trabajadores de Vialidad. El trabajo de 84 páginas, presentado por la secretaria general de la organización gremial, Graciela Aleña, detalla el estado de las rutas y autopistas en cada uno de los 24 distritos, incluyendo fotos en cada caso. El diagnóstico es que el gobierno de Mauricio Macri produjo “uno de los peores momentos de la historia de la Dirección Nacional de Vialidad” y que se necesita, de inmediato, la declaración de Emergencia Vial por el deterioro de las rutas y carreteras de todo el país. Se multiplicaron casi por dos las rutas que están en mal estado y cayeron en un 40 por ciento las que están en buen estado.
Datos dramáticos
Los datos son dramáticos y categóricos, en especial en lo que se refiere a autopistas. “A fines del año 2015 –dice el informe– se encontraban en ejecución más de 1000 kilómetros de autopistas y desde dicho año solo se terminaron 240 km. Pero la gran parte, 150 kilómetros de los 240, ya estaban construidos o en etapa final de construcción por la Provincia de Córdoba, que luego abonó Vialidad Nacional”. O sea que la obra la tuvo que terminar Córdoba, no el gobierno de Cambiemos.
La administración Macri intenta colgarse medallas en el terreno de la obra vial, pero justamente el informe de los profesionales de Vialidad evidencia el derrumbe de los últimos tres años. Los datos tienen absoluta lógica si se tiene en cuenta que la obra pública está virtualmente parada a raíz del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que obligó a un ajuste fiscal salvaje.
Como parte de la campaña, el presidente se hizo presente en un par de inauguraciones de rutas en el último mes.
- En junio, Macri y Vidal inauguraron un tramo de la ruta 7, en San Andrés de Giles. En total, fueron sólo ocho (8) kilómetros.
- Más recientemente, el 2 de julio, el presidente llegó a Las Flores para inaugurar las obras de la ruta 3. Es decir que allí no hay construido nada, recién empiezan los trabajos.
Para hacer una comparación sencilla, basta señalar que en el juicio por la obra pública que se le sigue a Cristina Fernández de Kirchner y otros, en Comodoro Py, se debate sobre 2089 kilómetros construidos o repavimentados únicamente en Santa Cruz. La auditoría hecha por el macrismo reconoce exactamente eso, los 2089 kilómetros construidos. De ese total, una parte importante fue la construcción de la Ruta 40, que corre horizontal a la Cordillera, en la parte Norte fueron 708 kilómetros y en la Sur 251 kilómetros, todo dentro del territorio santacruceño. Pero la ruta 40 se construyó o repavimentó a los largo de 11 provincias, de Santa Cruz hasta Jujuy. Se completó un recorrido desde el kilómetro cero, en Cabo Vírgenes, Santa Cruz, hasta La Quiaca, en Jujuy, en el kilómetro 5.194.
Es público y notorio que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner terminaron un proyecto que llevaba décadas sin concretarse: la autopista de Rosario a Córdoba. En total se construyeron 312 kilómetros de Pilar, en Córdoba, hasta Carcarañá, en Santa Fé, y se hicieron otros 70 kilómetros de accesos a las ciudades y pueblos.
Las obras de los otros
Aunque Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta cortaron la cinta al inaugurar –parcialmente– el viaducto del Puente de la Noria, la obra fue planificada, licitada e iniciada al final del mandato de CFK. El gobierno actual recibió cerca de la mitad construido y todavía no terminó del todo. De un lado y del otro, durante el gobierno anterior se construyó el llamado Camino Negro, iniciado por Eduardo Duhalde, y se hizo la ampliación de la avenida General Paz.
De manera que resulta irónico que el Presidente golpee el piso y diga “esto es una realidad”, en un aviso publicitario. La administración actual abandonó decenas de obras, entre ellas, por ejemplo, la Ruta Nacional 23, en Río Negro, de San Antonio Oeste a Bariloche, o sea del Atlántico a la Cordillera. La administración Kirchner llegó a Yacobacci y la actual administración no siguió.
El informe de los profesionales de Vialidad evaluó la construcción, repavimentación de carreteras –incluyendo autopistas– y en unos pocos casos obras de bacheo. Los profesionales y técnicos de Vialidad compararon tres períodos.
- El primero, de 2000 a 2003, es decir el período final del gobierno de Fernando de la Rúa y principalmente la administración de Eduardo Duhalde, en medio del caos económico.
- El segundo período son los 12 años del kirchnerismo con algunos datos muy claros, que son las escasas obras al principio.
- El tercer período es el de los tres primeros años del macrismo, ya que el estudio toma las obras licitadas, iniciadas o terminadas hasta diciembre de 2018.
- En obras licitadas. Se pasó de 19 por año entre 2000 y 2003; a 168 por año entre 2004 y 2015 y luego cayó a 31 por año de 2016 a 2018.
- En obras iniciadas. Hubo 24 por año entre 2000 y 2003. En los 12 años del kirchnerismo se pasó a 162 por año de promedio y luego cayó a 62 por año en los tres años de Macri.
- En obras terminadas, el arranque fue de ocho por año entre 2000 y 2003, luego subió a 113 durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y se derrumbó a 57 en estos últimos tres años.
La misma tendencia se ve si las obras se miden en kilómetros o en dólares.
En las obras finalizadas, la evolución fue la siguiente:
- Entre 2004 y 2015 se hicieron obras por 4515 kilómetros por año, con una inversión de 807 millones de dólares cada 12 meses.
- Finalmente, durante los tres primeros años del mandato de Macri hubo obras por 3035 kilómetros en promedio, mayormente repavimentaciones y bacheos, casi nada de autopistas, con una inversión de 357 millones de dólares.
De manera que cuando se ponen al aire los spots publicitarios de Juntos por el Cambio, habrá que tener en cuenta que el gobierno actual construyó o reparó un tercio de lo que construyeron o repararon los gobiernos del kirchnerismo en cuanto a rutas, carreteras y autopistas.
El mito del ahorro
Por último, tampoco es cierto el adagio de que el macrismo construye un 40 por ciento más barato. La secretaria general del Sindicato de Trabajadores de Vialidad, Graciela Aleña, presentó una denuncia penal en febrero de este año, contra los titulares de Vialidad Nacional por las obras de la ruta 8: fueron licitadas en la etapa final del gobierno de Cristina Kirchner, en 2015, por 285 millones de pesos y se le pretendía pagar a Iecsa, la empresa de Angelo Calcaterra, primo de Macri, la suma de 2.500 millones. Casi nueve veces más. La obra se rediseñó con el argumento de que produciría un ahorro, pero la encareció en un 120 por ciento.
A otros dos tramos se les autorizó aumentos del 35 y el 40 por ciento a valores constantes, pero justito el tramo de Calcaterra tuvo un encarecimiento del 120 por ciento.
En la obra del Puente de la Noria pasó lo mismo. A fines de diciembre de 2015, el valor de la obra estaba oficialmente calculado en 274 millones de pesos. Cuando se hizo la inauguración parcial, el propio gobierno mencionó la cifra de 2.000 millones de pesos. Casi ocho veces más. Siguiendo los índices inflacionarios, no debió costar más de 700 millones.