La Rusa, aka La Piba Berreta, está tocando sola y mucho. Plantada y comprometida con el feminismo y disidencias, la cantante y tecladista de Lxs Rusxs Hijxs de Puta se mueve con la poesía y con la música como un camalote en el Paraná. Y es que de ahí viene. Nacida en Zárate y criada artísticamente en Buenos Aires, La Rusa creó Hienas, un dúo con Flor Mazzone, baterista de Lxs Rusxs Hijxs de Putx, que grabó con Goza Records, el sello de Barbi Recanati. La Rusa, que también acuña el nombre de Luludot Viento, se presenta con Ruina, dúo performático y de improvisación de poesía, teatro y música junto a Nadia Romina Sandrone, su amiga inseparable, la artista autogestiva reconocida tanto en Zárate como en el circuito off de teatro y poesía en Buenos Aires. Ver a Ruina es una experiencia de libertad en sí. Dan ganas de unírseles y cantar a los gritos con ellas: “La pavada es el mejor lugar para zafar, que  levanten las manos los que están arruinados, y que muevan las cachas las que están arruinadas”.

A los 18, la Rusa vino a Buenos Aires a estudiar teatro en el IUNA y música en el Conservatorio Manuel de Falla. “Pero en realidad era todo una excusa para irme de casa, no la pasaba bien, tuve una adolescencia bastante emo. No me hallaba, no entendía. Creo que me daba mucha culpa ser quien yo quería ser”, se sincera. En su pueblo fue Charly García quien la acercó a la música y una maestra maravillosa que, dice, le salvó la vida. “Me gustaría algún día decírselo. Me abrió el cerebro. Ella me veía triste, estaba atravesando toda esa adolescencia oscura, y me dijo ‘vos estás triste porque pensás mucho, está bien, los que pensamos estamos tristes’”, cuenta, y recuerda que la maestra se tomó el trabajo de ir a su casa y hablar con su mamá para que la dejaran estudiar piano.

Hoy La Rusa también toca sola con su guitarra, como cuando la invitó Perras on the Beach a abrir la presentación del EP Película, hace unas semanas, en Vorterix. Pero nunca está tan sola. La Piba Berreta prefiere compartir, conceder o correrse de su propio ombligo e invitar a sus amigas a expresarse ante un teatro lleno. “Es re importante el micrófono y ver cuál es la voz amplificada. Me dieron veinte minutos para estar en Vorterix y quise compartirlo. La invité a Nadia (Sandrone), a Flor (Mazzone), a Marian (Altamirano) para que muestre cómo baila, invité a Vero (Cid) de Panorámica para compartir. No soy la única que tiene algo para decir, me parece importante eso: ceder”, dice.

Por distintos motivos Lxs Rusxs Hijxs de Putx empezaron a tocar menos, ya sea porque estaban grabando o, según dice Luludot, “porque no nos convocaban; los lugares de los escenarios son ocupados por personas de cierta elite, siempre se recomiendan entre los mismos”. Entonces empezó a salir sola con la guitarra y mostrar sus canciones. Amor, desamor, ganas de morir u odio a la policía son los temas que la ocupan. El próximo objetivo es la gira europea en la que también tiene pensado grabar. “Yo toco mucho pero no tengo nada grabado para mostrar. Estoy investigando ese universo de producir mis propias canciones. El estudio no es lo que más me divierte, lo padezco; me divierte tocar en vivo”, dice la Rusa. 

Luludot Viento sigue siendo Luludot Viento pero ahora es más La Piba Berreta, la chica que reescribe su historia según las diferentes alteraciones que la vida experimente. “Tendríamos que poder mutar siempre y tener los nombres que queramos, según el momento en el que estemos, como una especie de disfraz o de personaje habitando distintos territorios”, dice. A Poesía nuclear, el librito que escribió en 2017 cuando trabajaba en las paradas del complejo atómico Atucha, sobre la ribera del río Paraná de las Palmas, también lo firmó como Piba Berreta. “Lo de berreta es un concepto, una forma de aceptar nuestro lado flojo como seres humanos, partiendo de la base de que en algún momento vamos a ser ruines y de bajos instintos; partiendo de ahí para tratar de ser mejor siempre”, dice.

La Rusa trabajó dos veces en las paradas de Atucha en Zárate. Cuando se frena el reactor se programan las tareas que deben cumplirse en el menor tiempo posible. Para eso contratan a personas que trabajan 12 horas por día, de lunes a lunes, durante dos meses. En los ratos libres de esa maratón laboral se gestó Poesía nuclear. “Ahí escribía mucho en el celu, mucho en la compu, y dije ‘voy a hacer un fanzine’. Después fui investigando cómo podía hacer un librito. Empezó siendo muy chiquito y lo fui agrandando. Hay muchos poemas que hablan de soltar el amor, porque era una época que yo estaba separándome de Juli (Desbasts, de Lxs Rusxs Hijxs de Puta), habla mucho de eso y de mi situación con mis compañeros de trabajo, que eran en su mayoría hombres, todos hombres”, dice la Rusa. Poesía nuclear va por la séptima edición y deja en claro a qué mutación su autora pone el cuerpo: “soy La Piba Berreta / casi todos los días pierdo la cabeza (…) Mi corazón está lleno de sangre / Parece obvio / Pero lo simple no es pavada”. Y coincide con lo que canta Ruina, eso de que la pavada es el mejor lugar para zafar.

 

La Piba Berreta tocará el domingo 14 de julio con Ruina y La Negra Liyah en Dilda Feminista, Ladran Sancho, Guardia Vieja 3811, a las 21. También el sábado 3 de agosto con Hienas, Playa Nudista y Remis Espacial en La Cultura del Sur, Murillo 957, a las 15.

Y el viernes 9 de agosto tocarán Lxs Rusxs Hijxs de Putx en C.C. Matienzo, Pringles 1249, a las 20.