“Me tenderé junto a la flor sencilla/ donde flota sin alma tu belleza./ Y el agua errante se pondrá amarilla,/ mientras corre mi sangre en la maleza/ mojada y olorosa de la orilla”. Esos son los versos finales de "Largo espectro de plata conmovida", poema de Federico García Lorca, fusilado a los 38 años por el régimen franquista un mes después del golpe de Estado que dio origen a la Guerra Civil Española en la madrugada del 17 al 18 de agosto de 1936. Desde entonces, sigue desaparecido.
Un grupo multidisciplinario de investigadores estuvo buscando en Alfacar, Granada, hasta encontrar un pozo en la zona que habían señalado el hijo de José María Nestares Cuéllar (jefe del Frente de Viznar y miembro de Falange) y el periodista Eduardo Molina Fajardo (1914-1979) como el lugar en el que habían enterrado a García Lorca. El equipo comenzó su trabajo en septiembre del año pasado y removió 1.347 metros cuadrados de superficie y extrajo 4.620 metros de tierra.
La investigación fue promovida por la asociación cultural Regreso con Honor, uno de los organismos que trabaja por la recuperación de la memoria histórica en España. Según explica un informe presentado ayer en Madrid, el equipo cree haber encontrado la fosa en la que podrían haber estado los restos del escritor, junto a los de otros tres fusilados, y conjeturan que los cuatro fueron exhumados después.
El equipo multidisciplinario cree que los restos fueron exhumados y afirma que encontraron restos de una bala en el pozo y de un casquillo en el Peñón Colorado, en Alfacar. Aseguraron que no había "ni huesos ni ropas" y conjeturan que es muy posible que desenterraran los restos de García Lorca, del maestro republicano Dióscoro Galindo y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcoyas, fusilados y enterrados, supuestamente, junto al poeta “cuando estaban en fase cadavérica no esqueletal".
La verdad sobre la muerte de García Lorca y sus compañeros, concluye el equipo de investigadores, "no se sabrá" hasta que no vean la luz los informes que realizó el policía de Granada José Mingorance sobre su muerte. El investigador principal, Miguel Caballero, denunció que "hay falta de voluntad política” para darlos a conocer, ya que "deberían estar" en los archivos del Ministerio del Interior.
Se le vio caminando entre fusiles, / por una calle larga, / salir al campo frío, / aún con estrellas de la madrugada. / Mataron a Federico /cuando la luz asomaba. Aún no hay manera de encontrar sus restos. Los versos de Antonio Machado sobre la muerte de García Lorca, entonces, siguen desafiando a España, que le debe al menos una tumba digna a unos de sus más grandes poetas.