El presidente de la Suprema Corte bonaerense, Eduardo De Lázzari, lanzó durísimos cuestionamientos al funcionamiento de la Justicia Federal, donde se tramitan las principales causas por corrupción, narcotráfico y lavado de dinero, entre otras. El magistrado, uno de los jueces más respetados del país, aseguró que existen "causas armadas artificialmente", así como episodios de "abuso de arrepentidos", utilización de "espías" y "traficantes de escuchas telefónicas", además de "fallos mediáticos".
Al participar de un encuentro de la Red de Jueces Penales de la provincia en Campana,
De Lázzari advirtió que hay "un dato que empezó a percibirse con mayor nitidez en el orden federal pero que ahora muestra sus síntomas también en el ámbito de la Provincia".
El panorama que pintó el titular de la Corte bonaerense es alarmante: "Estoy hablando de causas armadas artificialmente, estoy hablando de abusos de testigos de identidad reservada, de arrepentidos, de factores de presión que inducen, fomentados y fogoneados por ciertos medios de prensa, a dictar condenas mediáticas y que llevan a un panorama sinceramente deplorable, en donde influyentes de todo tipo, espías, traficantes de escuchas telefónicas, con ciertas complicidades de algunos magistrados y miembros del Ministerio Público, terminan por generar un panorama que es absolutamente preocupante", sostuvo el magistrado.
El juez, que asumió en abril pasado la presidencia de la Corte, también apuntó contra la relación entre la Justicia y "el poder político". "El Poder Judicial debe tener el rol de poder del estado que lamentablemente ha perdido. No puede ser el tributario de los otros poderes, no puede ser la Cenicienta, no puede depender de los dictados que se hagan desde poderes políticos", remarcó.
Las declaraciones del del ministro tomaron estado público en las últimas horas pero fueron realizadas la semana pasada, cuando De Lázzari participó de un encuentro de la Red de Jueces Penales de la Provincia en Campana.
Para contrarrestar éste escenario, De Lázzari sostuvo: "La única herramienta que tenemos para combatir todo eso es el derecho. Con la ley en la mano tenemos que salir al cruce de esos, que por suerte no son generalizados, pero que realmente significan amenazas. Y el derecho ejercido con firmeza, con valentía, con independencia".