El anuncio de la postergación de la apertura del Teatro San Martín, que su director Jorge Telerman confirmó a principios de semana, generó diversas repercusiones en la comunidad vinculada a la cultura de la Ciudad. Colectivos culturales, legisladores y artistas expresaron su rechazo por la nueva demora en la obra, que ya lleva cuatro años y mantiene desde entonces al teatro con mínima actividad.Como informó Página/12 en una nota publicada el martes, la inauguración del emblemático teatro público no será a principios de marzo sino a finales de mayo, lo que retrasa otros casi tres meses el comienzo de la programación.

La primera respuesta fue política: el diputado Pablo Ferreyra, integrante del bloque del Frente para la Victoria y de la comisión de cultura de la Legislatura porteña, lanzó una campaña para exigir la reapertura del teatro y decir "No al vaciamiento" en el que está sumergido hace un lustro. "Hace años que el teatro está en obra y no existen registros presupuestarios, lo cual preocupa siendo una obra multimillonaria", alertó en un comunicado que dio a conocer el día después del anuncio de Telerman, al que tituló "Otra muestra de inoperancia del Pro".

Consultado por Página/12, el legislador manifestó su temor acerca de que "en el marco de esta 'reforma' que parece eterna, lo que estén buscando sea achicar tanto las propuestas del teatro como la planta de trabajadores, como sucedió en el Teatro Colón". "Llamamos a los colectivos culturales y a la sociedad en su conjunto a impedir el vaciamiento del Teatro San Martín", sostuvo Ferreyra, que tal como había hecho cuando comenzó la obra, volverá a pedir informes sobre el estado y avance de las obras y la inversión presupuestaria que requiere.

También se manifestaron algunos colectivos culturales, como el que agrupa a los artistas y trabajadores de la cultura que exigieron y lograron la renuncia del ex ministro de Cultura, Darío Lopérfido, que fue quien decidió cerrar el San Martín cuando arrancó su gestión. “Frente a espasmódicos festivales o ferias pensadas para difusión en medios y redes sociales antes que como verdadera promoción de la identidad cultural de Buenos Aires, las fachadas cerradas tanto del Teatro San Martin como del Alvear (caso, si cabe, más trágico aún) son la verdadera postal de la política macrista en la ciudad representada por sus cuatro jinetes del Apocalipsis cultural: Lombardi, Lopérfido, Mahler y Telerman”, publicaron también en un comunicado en su página pública de Facebook.

“Amén del perjuicio para los trabajadores del teatro y la enorme irresponsabilidad que significa que los elencos programados deban reacomodar sus cronogramas, un dato sobresale: la ciudad y el público de Buenos Aires siguen siendo privados de sus salas teatrales más importantes”, dispararon los artistas, yo recordaron que “nunca desde la llegada de la democracia había permanecido cerrado el Teatro San Martín, uno de los íconos de esta ciudad cultural”.

En línea con esa postura también se manifestó el actor Luis Ziembrowski, que en diálogo con este diario opinó que esta nueva postergación “forma parte de la promesa permanente sobre un futuro esplendoroso, que tiene la ideología y la estrategia del Pro”. “Evidentemente para los hacedores y los espectadores de la ciudad el San Martín significa mucho más de lo que es para ellos. Para nosotros representa una memoria teatral, un repertorio, un conjunto de actores modificadores de la existencia”, señaló, y sostuvo que “habría que exigirle a la Ciudad que haya una indemnización por promesa de trabajo, porque mucha gente seguramente dijo que no a otros proyectos que ahora ya no pueden hacer”.

Si bien la noticia es ya conocida por todos, ni las autoridades del Complejo Teatral de Buenos Aires ni las del Ministerio de Cultura porteño hicieron un anuncio oficial de la postergación. La única respuesta que hubo fue la que brindó Telerman en la reunión del lunes, en la que solo estuvieron este diario y un periodista de La Nación. Al cierre de esta edición, la comunidadaún esperaban algún tipo de comunicación institucional que aclare un poco más y responda algunos interrogantes sobre cómo va a ser y qué va a implicar el nuevo calendario del teatro oficial.