Durante tres días, Dora Barrancos siguió a unos 300 kilómetros de distancia la campaña por la senaduría de la Ciudad de Buenos Aires y trajo a Rosario su optimismo proverbial, ese que la lleva a emocionarse cuando habla de las pibas, de la continuidad de luchas feministas que ella alumbró desde los años 80, cuando eran un puñado de mujeres en las plazas, peleando por la despenalización del aborto. Doctora en historia, socióloga, ex directora del Conicet, integrante de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, Dora convocó una multitud al seminario convocado por el diario El Ciudadano, para conmemorar el 20º aniversario del primer suplemento de género que tuvo la ciudad, La Cazadora. Un público encandilado siguió con devoción su relato que hilvana pasado con presente. Y si bien fue mayoritariamente de mujeres e identidades feminizadas, hubo también algunos hombres que se acercaron "a aprender". "Los varones hoy están divididos entre los azorados, los resistentes y los dispuestos a abdicar, que son sobre todo los más jóvenes", dijo Dora sobre el tan consultado lugar de ellos en esta revolución que encarnan los feminismos. Sobre la emergencia de una figura como Amalia Granata, de Unite, que resultó electa diputada provincial por Santa Fe, Dora tuvo una mirada nada apocalíptica. "Ese cúmulo de votos tenía que expresarse, pero de todas formas es poco, ¿no? siendo que fueron los votos de toda la provincia", respondió.

--¿Cuál es tu lectura del fenómeno de Amalia Granata?

--La lectura que cabe es que bueno son así las cuestiones sociales. Hay un diferencial de ideas, de expectativas, de óptica, y obviamente ese diferencial proviene de cuestiones cuyo trámite es dificil de celebrar. Hay posiciones de clase, otras que tienen que ver sobre todo con cómo las mujeres se paran frente al patriarcado. Yo he venido diciendo que por eso hay política. Si todo fuera armonioso no habría política, porque la política emerge del desacuerdo, dice un gran filósofo francés. Ahora, con relación al fenómeno en Santa Fe, tampoco puede sorprender, porque siempre ha tenido un movimiento laico y que tiene un movimiento expresivo hacia los derechos personalísimo y de los derechos específicos de las mujeres. Que haya una cuenca muy adversa, muy altisonante, hasta de agresión y demás no me sorprende, porque hay ahí todos los votos antiderechos. Entonces no podría pensarse que en Santa Fe no haya una cantera resistente a estas cuestiones. Está ahí expresada. Y respecto de la figura en cuestión, no la conozco, no tengo hábito de seguir a este tipo de figuras.

"Nos preocupa a las viejas feministas esta puesta punitivista insoslayable en ambientes particulares como lo es el colegio secundario"

--Hubo un clímax el año pasado, con las votaciones en el Congreso ¿Cómo se puede sostener todo ese movimiento y como lo ves para este escenario de este año? 

--Sólo se puede sostener con mucha sororidad. Yo creo que al movimiento feminista le hace falta una gran cuota de sororidad. No es ínsito, voy a decir algo que parece bastante paradójico. Estar todas juntas no siempre significa alto tono de sororidad. Tenemos que conquistar la sororidad. Inclusive también, conquistar dosis de paciencia. Algunas feministas más grandes eran bastante impacientes. El movimiento feminista tiene que tener alto tono de sororidad, gran conjunción de los esfuerzos comunes, gran celebración común.

--Sos una feminista optimista. ¿Qué valor le das a la alegría?

--Es fundamental el tono alegre, el tono optimista, el que entusiasma. Esto no quiere decir que no tengamos que andar con precaución,que a veces nos

despreocupemos, nada de eso. Lo que digo es que nuestra preocupación tiene que tener un tono alto, un tono de que vamos a hacer todo lo posible o más. Y para eso tiene que haber un tono empático en la lucha, un tono que suba la energía, la fuerza. Entonces, por qué las notas tristes no se dan con los grandes movimientos sociales que expresan la necesidad de grandes cambios. Imaginense ustedes, llenas de precaución y movimientos tristes, es imposible. Nuestra lucha es alegre, aún en algunas derrotas tan angustiantes como la de agosto del año pasado, pero eso no puede ser el magma que desoriente nuestra acción en el sentido del pesimismo.

--¿Cómo ves la inclusión de las SUB 20 sobre todo en los auditorios?

--Más allá de las urgencias, posiciones, exigencias, que son muy atrevidas y al mismo tiempo están desnormadas, tengo un profundo encantamiento, me parece extraordinario, aun los riesgos que a veces se corren por una excesiva exposición. Hay algo que sí nos preocupa en general a las viejas feministas y es esta puesta punitivista que no se puede soslayar, que sobre todo se da en ambientes muy particulares, en ambientes de colegios secundarios. Se da mucho esa posición muy de exclusión rápida y lo que sí, el escrache rápido etc.. Pero hay que tener unas cosas en cuenta. Una denuncia fuerte no es escrache. La vez pasada hubo una situación muy clara en la Facultad de Medicina (de la UBA) donde las jóvenes le dijeron a un tipo de frente cuál era su tremenda inconducta, pero eso no es un escrache, es alguien que manifiesta y que lo hizo en primera persona, tampoco lo hizo en banda. Escrache son otras cosas.

--¿Cuál te parece que es el lugar de los varones en todo esto?

--Yo creo que los varones hoy están divididos entre los azorados, los resistentes y los dispuestos a abdicar, que son sobre todo los mas jóvenes. Hay una generación muy tremenda, de más de 45, esos son duros, están

entre el azoramiento y la resistencia. Pero creo que los sub 30 ya tienen un gran craquelé, que ya están flojos de papeles, y además porque se dan

cuenta sobre todo si son padres de niñas... Una figura que no voy a decir quién es, que hizo una gran conversión al femenismo, tiene tres hijos y una niña pequeña, de cuatro años, y me dijo lo siguiente: "A esta maravillosa criatura después me la van a machucada socialmente". He ahí su acto de conversión. Yo también creo que la única ventaja que se puede tener entre los de 45 y 55 años son sus hijas mujeres, que los tienen hoy cortitos.

--El año pasado cuando hablaste en el debate del aborto te centraste en el goce, porque todo se había centrado en torno a la sexualidad reproductiva...

--Los varones han construido dos marcos, primero el del patrimonio del cuerpo femenino y también el patrimonio del goce femenino, también corre por su cuenta. Y bueno, yo lo que creo es que la lucha por el aborto ha sido muy presidida también estratégicamente por la cuestión de salud pública. Ea es una parte del cauce. Para mí, el cauce es la autonomía, es decisional, es la ruptura del pacto inexorable reproductivo, y sobre todo,

cuando está lejos del deseo reproductivo. El 80% de las relaciones heterosexuales no tienen en su mira ni siquiera quedar embarazadas. El embarazo es una contingencia y siempre he pensado que el aborto es una formula de devolución del estado a las mujeres de su deseo, sin ninguna relación con la suerte de la reproducción. Hay una clausura, un obstáculo para el deseo de las mujeres. Es así, aunque se tomen todos los cuidados, aunque se pongan DIU... Evidentemente hay algo que acompaña, es como un

estado de sordina y además hace una representación fantásmatica de la posibilidad de quedar embarazada, que hace una inhibición del goce sexual. Es así de forma tal que muchisimas mujeres disfrutan sexualmente solo en la menopausia.

"El 80% de las relaciones heterosexuales no tienen en su mira ni siquiera quedar embarazadas. El embarazo es una contingencia"

--Y en cuanto a los vínculos ¿crees que asistimos a la muerte del erotismo?

--Lo que las feministas no quieren es la formula del acoso y la brutalidad, pero la seducción no se va a terminar. La seducción es otra cuestión, implica sujetamiento, es un juego, que a muches no les gusta. La seducción además, tema complejo, se tramita en relación a la sexualidad desde las formas más diversas. O sea que... Eso es absurdo, lo que hay que sacarse definitivamente es que seducción sea acosarte cuando no se tiene ganas. Eso no es seducción, eso es contra erótico, porque el erotismo también es una cuestión mucho mas compleja, el erotismo es una compleja insinuación. Creo que lo erótico tiene un elemento de seducción ínsito, tiene elementos de la seducción. No tiene nada que ver con el acoso.