La revolución de los aviones promocionada ampliamente por el gobierno de Macri pasará a la historia, entre otras cosas, por su interminable lista de incidentes de todo tipo, desde la habitual cancelación de servicios y demoras de los vuelos hasta aterrizajes de emergencia.
Los problemas directamente empezaron en el vuelo inaugural de Flybondi en Córdoba , que debió regresar antes de lo previsto por la falla en un motor. También la instalación de la cabecera de las low cost en medio de una zona urbana, en la localidad bonaerense de El Palomar, con un aeropuerto con serias dificultades operativas, fue centro de críticas de los expertos en aviación.
El último capítulo de la saga de incidentes de las low cost tuvo lugar en el aeropuerto internacional de Iguazú. El viernes un piloto de Flybondi sufrió un serio accidente mientras controlaba la carga de combustible en el avión, una tarea propia del personal especializado en mantenimiento, pero que en las low cost que operan en el país son realizadas por los pilotos.
El comandante del vuelo 5090/5451, Claudio Ippoliti, cayó de la escalera mientras controlaba la carga de combustible y como consecuencia del golpe sufrió un desplazamiento de la pelvis.
Otra versión señalaba que el piloto no había sufrido ninguna fractura, y que padecía fuertes traumatismos en la zona cervical y en el hombro derecho.
Tras el accidente, Ippoliti fue trasladado en silla de ruedas hasta el hall del aeropuerto y luego fue llevado al Hospital Schwrtz de Puerto Iguazú, donde en el sector Emergencias le administraron sedantes porque había perdido el conocimiento y estaba muy dolorido. Tras la atención médica fue trasladado a Buenos Aires en un vuelo de Austral.
Vuelo cancelado y siete horas de espera
Un día antes, un vuelo de JetSmart que debía partir desde Córdoba hacia Tucumán tuvo que abortar el despegue por problemas en las computadoras de la aeronave.
Cuando el avión se aprestaba a despegar, debió volver a la plataforma del aeropuerto Taravella debido a los desperfectos técnicos y los pasajeros del vuelo WJ 3329 debieron bajar de la nave. Quedaron varados en Córdoba por varias horas y desde JetSmart les informaban que "aún no se pudo detectar el desperfecto técnico de la aeronave. El vuelo seguirá demorado hasta el próximo aviso".
El avión no pudo ser reparado y los pasajeros terminaron despegando en otro nave tras siete horas de demora.
La aeronave quedó varada todo el día en Córdoba y JetSmart tuvo que utilizar los aviones de la aerolínea Andes para cubrir tres vuelos que tenía programados entre Córdoba-Salta, Salta-Córdoba y Córdoba-Aeroparque.
Apenas una semana atrás, un avión de la misma empresa aérea que estaba realizando las maniobras para despegar hacia Salta se despistó en el Aeropuerto de El Palomar
. La nave de JetSmart estaba siendo remolcada hasta la posición de despegue cuando se salió de plataforma y terminó con sus ruedas enterradas en el pasto.
Entre los pasajeros se encontraba el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, quien decidió regresar a la provincia en otra aerolínea.