Ocho provincias renovarán sus tres representantes en el Senado en la elección de octubre: la Ciudad de Buenos Aires, Entre Ríos, Santiago del Estero, Chaco, Salta, Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego. Unas 24 bancas del total de 72 que componen la Cámara alta, pero que podrían alterar la actual correlación de fuerzas.

El oficialismo de Juntos por el Cambio pone en juego 5 de su 25 escaños; el Frente de Todos 3 de 9, más 2 de sus aliados. Mientras, el Bloque Justicialista arriesga 6 de sus 23 bancas, pero es la bancada que inclinaría la balanza, si los gobernadores peronistas que ganaron en sus provincias repiten la elección en octubre y si un posible triunfo de Alberto Fernández en la presidencial termina por alinear a los mandatarios provinciales con la gestión de su futuro gobierno. Otras fuerzas provinciales también deben renovar 8 bancas.

El reparto de las bancas en cada distrito será entre las dos fuerzas más votadas: 2 para la primera mayoría y 1 para la segunda. En CABA, Juntos por el Cambio arriesga 2 y Todos a un aliado (Proyecto Sur). Se invierte en Río Negro, donde Todos pone en juego 2 (incluida la aliada) y Juntos 1. En Neuquén, el oficialismo provincial (MPN) tiene 2 y Todos 1. En Santiago del Estero, el oficialista Frente Cívico (parte del interbloque del PJ) tiene 2 bancas y la otra está en manos de un monobloque.

Entre Ríos pondrá en disputa 2 bancas del PJ y 1 de Juntos. Las del Chaco están divididas entre Todos, el PJ y Juntos. Mientras que en Tierra del Fuego, 2 son del PJ y 1 del provincial MPF. En Salta las tres bancas corresponden al PJ pero están divididas en bloques diferentes, una de las cuales, en manos de Juan Carlos Romero, siempre jugó con el oficialismo nacional: ahora será el candidato de Juntos para renovar la banca.