Luego de haberle aplicado el año pasado retenciones a las exportaciones de todos los bienes y servicios que exporta la economía, el presidente Mauricio Macri volvió a cuestionar este domingo esa medida que suavizó parcialmente la semana pasada para algunos productos generados por las economías regionales. “Soy un convencido de que las retenciones a la exportación son un mal impuesto que tiene que desaparecer, porque cuanto más exporta un país, más trabajo ofrece a su gente”, sostuvo el jefe de Estado en la columna publicada en el diario La Mañana de Neuquén.
En diciembre de 2015, cuando Mauricio Macri asumió como presidente, una de sus primeras medidas fue quitarle las retenciones a las exportaciones de productos regionales, trigo, maíz y girasol, pero tres años después, en septiembre de 2018, extendió las retenciones a todos los sectores exportadores de manera generalizada, con el único objetivo de aumentar la recaudación y llegar al déficit cero acordado con el Fondo Monetario Internacional.
Diez meses después, el gobierno dio marcha atrás de manera parcial con la medida en medio de la campaña electoral. El miércoles 10 de julio publicó en el Boletín Oficial el decreto 464/19 que implicó una baja de los derechos de exportación de 4 a 3 pesos por dólar exportado para productos de las economías regionales, aunque para algunos productos derivados de la soja, en cambio, la resolución implica una suba en los derechos de exportación, de 3 a 4 pesos.
El modificación impactó positivamente en 207 posiciones arancelarias, en sectores como el arrocero, las frutas frescas de pepita, cítricas y de carozo, cerezas, uvas, ciruela desecada, hortalizas como el ajo, la cebolla, o calabaza, el maní, la ciruela para industria, arándanos, nuez pecán, legumbres, pistachos, miel, entre otros. Se trata de productos con “alta demanda internacional”, según informó la Secretaría de Agroindustria. En 2018 representaron un valor de 2.272 millones de dólares en exportaciones. En lo que va de 2019, la naranja, el arroz, las cerezas, grosellas y frutillas tuvieron un aumento de 50 por ciento en sus ventas externas.
Luego de aquella marcha atrás parcial, el presidente celebró el “alivio” que generará esta medida a los productores de múltiples sectores. También dijo que “la gran mayoría de las empresas” vinculadas a ese sector son pymes que “generan casi 600 mil puestos de trabajo” y sorprendió a afirmar que desde el inicio de su gestión se ocuparon de “facilitarles el camino”, ocupándose de “las obras necesarias para sentar las bases” de una “Argentina productiva”.
El presidente también aprovechó para destacar las supuestas ventajas que implica el acuerdo firmado recientemente entre el Mercosur y la Unión Europea, pese a que estiman que recién dentro de dos años podría llegar a entrar a regir: “Estamos ante una oportunidad histórica de transformarnos para que más argentinos puedan crecer; para pasar de ser el granero del mundo a ser el supermercado del mundo, abriendo fábricas, mejorando la producción, agregando valor a cada una de las cosas que hacemos”, aseguró.