“Es mentira, duele que nos nieguen. Eramos 1485 (conscriptos)”, aseguró el presidente de la Asociación Nacional de Soldados Veteranos de Guerra de Malvinas de la Fuerza Aérea Argentina, quien salió a polemizar con los dos exoficiales de esa fuerza cuya presentación en el Colegio Nacional Buenos Aires (CNBA) derivó en un escándalo. En la celebración por el Día de la Independencia, los exoficiales presentaron, invitados por las autoridades de la institución, un video que “tenía elementos religiosos no admitidos en un colegio público y laico” y se negaron a responder preguntas de los alumnos sobre los desaparecidos en la última dictadura cívico-militar. En ese contexto, intentaron explicar que no hablarían sobre las torturas sufridas por colimbas porque, según dijeron, en la Fuerza Aérea no habían participado conscriptos durante el conflicto bélico, lo que desató un escándalo. Los padres y alumnos pidieron explicaciones a la rectoría. Ante una consulta de Página|12, un vocero de la rectoría informó que "por el momento no sacamos ningún comunicado".
Julio Herrera Vidal, presidente de la asociación que nuclea a conscriptos de la Fuerza Aérea que participaron en la Guerra de Malvinas, se enteró sobre el acto por un grupo de WhatsApp que mantiene con otros ex combatientes. “Es vergonzoso el accionar de la Fuerza Aérea. Duele mucho que no nos reconozcan los mismos militares que llevaron a miles de jóvenes con poca preparación a la guerra. Y más sabiendo que hay muchos camaradas que han muerto o que después por el sufrimiento vivido se han suicidado”, dijo el ex conscripto a Página|12.
Según explicó Herrera Vidal, fueron 1485 los jóvenes conscriptos de la Fuerza Aérea que fueron enviados para participar en la Guerra de Malvinas. “Luchamos desde las 6 bases de la Fuerza Aérea Sur que había en la Patagonia, porque no había pistas de aterrizaje en Malvinas para los aviones de combate: Trelew, Comodoro Rivadavia, San Julián, Santa Cruz, Río Gallegos y Río Grande. De ahí salieron todos los ataques aéreos a la flota inglesa y todos los ataques terrestres una vez que los británicos desembarcaron en Bahía San Carlos. De esas seis bases también salió el 70 por ciento del abastecimiento de comida, de medicamentos y de todo lo demás que se enviaba a Malvinas”, contó.
Herrera Vidal había terminado la secundaria en Estados Unidos, becado, y tenía pensado continuar sus estudios en Harvard, con otra beca que había ganado. Sus planes cambiaron de rumbo en 1982, cuando fue llamado para hacer el servicio militar. “Con el chifle que quedé después de la guerra, nunca pude volver”, lamentó.
Sobre lo ocurrido este jueves en el Nacional Buenos Aires, cuando dos exoficiales aseguraron que no había conscriptos en la Fuerza Aérea y por eso no se consideraban habilitados para hablar de las torturas a los jóvenes que participaron del enfrentamiento bélico, Herrera Vidal opinó: “El gobierno militar se ocupó entonces (1982) de tergiversar lo que pasó en la guerra y los militares que quedan mienten y nos ocultan. Lo que pasa es que la plata que iba a ser para nosotros, los soldados que luchamos en Fuerza Aérea, la cobran solo los oficiales y suboficiales, que eran miembros de la Fuerza por elección propia, por carrera. Nosotros, en cambio, fuimos porque estábamos obligados por el servicio militar, éramos empleados gratuitos del gobierno y no teníamos derecho a nada”.
Para Herrera Vidal es "injusto que solo se reconozca a los pilotos como veteranos" porque "sin los soldados la guerra hubiese durado un día". "Creo que no merecemos este encubrimiento. Los ataques que pudieron hacer los pilotos se lograron gracias a nosotros, los soldados. Si no estábamos nosotros, ¿quién defendía las bases? ¿quién cocinaba?”, preguntó. “Incluso tuvimos que enfrentarnos a combates antiaéreos”, aclaró, para “quienes dicen que en el continente no hubo batalla”.
Respecto a las preguntas que habían hecho los alumnos sobre las torturas sufridas por los colimbas, y que los exoficiales se habían negado a responder argumentando que en la Fuerza Aérea no tuvieron conscriptos durante el conflicto, Herrera Vidal contó que “en la base de Trelew, a un compañero le pusieron una pistola en la cabeza por ser judío. No te imaginas cómo lo maltrataron por profesar su religión. Era un pibe y lo traumaron de por vida”. A otro joven, en Río Gallegos, “lo ataron, como si estuviese en una cruz, y lo dejaron afuera con diez grados bajo cero, en calzoncillos”, recordó el ex conscripto.
Y concluyó: “Ellos (comandantes de la Fuerza Aérea) creyeron que nosotros íbamos a tener 18 años toda la vida. Pero hoy tenemos 56 y 57 años y no nos vamos a dejar vapulear más. Hay que terminar con 37 años de mentira que llevaron a muchísimos compañeros a la tumba sin su merecido reconocimiento”.
El jueves 11, en el Aula Magna del colegio, los alumnos de cuarto y quinto año del turno tarde fueron al acto que se realizó en conmemoración del Día de la Independencia argentina. Después de cantar el himno, las autoridades escolares presentaron a dos exoficiales de la Fuerza Aérea que combatieron en Malvinas. Luego de mostrar un video de 20 minutos que “tenía elementos religiosos no admitidos en un colegio público y laico”, los veteranos dijeron a los estudiantes que ellos querían “hacer algo más interactivo” y responder preguntas sobre su actividad.
“Un compañero se paró y les preguntó qué opinaban sobre los colimbas que fueron llevados a la guerra sin un entrenamiento previo y también por los 30 mil desaparecidos de la dictadura”, contó un estudiante del CNBA. Uno de los exoficiales respondió que los alumnos “nos merecíamos la verdad y no una opinión política” y que no estaban en condiciones de opinar sobre las torturas a colimbas durante la la Guerra de Malvinas porque en la Fuerza Aérea no participaron conscriptos, a diferencia del Ejército y la Armada. “No hicieron mención sobre los desaparecidos. Ellos querían hablar de su experiencia concreta, pero en ningún momento dijeron la palabra ‘dictadura’ o ‘proceso’, sino que hablaban del ‘gobierno de turno’”, criticó el alumno, que junto a otros estudiantes, padres y docentes aún espera una respuesta por parte de la rectora de la institución, Valeria Bergman.