Un día como hoy, hace 50 años, tres astronautas eran literalmente lanzados al espacio en la mayor aventura de la historia para alcanzar otro mundo: a las 13.32 UTC (10.32 de Argentina) del 16 de julio de 1969, Neil A. Armstrong (39), Edwin E. Aldrin jr (38). y Michael Collins (39) despegaron dentro del módulo de la Apolo XI , tal como fue conocida la misión "AS-506", para alcanzar la superficie lunar cuatro días después y pisarla al día siguiente. El evento fue transmitido por televisión desde las instalaciones del Observatorio Parkes (Australia) y fue seguido en directo por 600 millones de personas en todo el mundo, que miraban, absortas, las secuencias de la histórica llegada.
El vuelo fue iniciado con el despegue del módulo incrustado dentro de un cohete Saturno V, desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, en Merritt Island, Florida. Fue la quinta misión tripulada del programa Apolo de la Nasa.
Poco más de un mes antes, el 13 de junio, había comenzado la carga de combustible de los motores del Saturno, procedimiento que se mantuvo hasta completar la carga seis días después. La concentración de combustible era tal que los técnicos, temerosos de que ocurriera una filtración y estallido, colocaron a los testigos VIP del lanzamiento a 5,6 kilómetros de la plataforma LC-39A, desde donde se realizaría el despegue. Habían calculado que una posible explosión podía disparar fragmentos a 4,8 kilómetros de distancia. La distancia hizo que los motores recién fueran escuchados por el público VIP 15 segundos después, cuando la imagen del Saturno ya se elevaba claramente en el cielo.
El Saturno en su conjunto pesaba 2,8 millones de kilos, tenía una altura de 111 metros. El cohete generaba 34,5 millones de newtons de empuje en el lanzamiento. Un newton es la fuerza necesaria para proporcionar una aceleración de 1 m/s2 a un objeto de 1 kg de masa.
El 16 de julio fueron trasladados los tres astronautas a la nave. Cuando los motores alcanzaron al 95 % de su potencia, los cuatro ganchos que sujetaban al cohete atado a la plataforma LC-39A se desprendieron y el Saturno V inició su ascenso con un tremendo trepidar. A esa altura, los motores consumían quince toneladas de combustible por segundo.
A las 10.32 de Argentina, la Apolo XI técnicamente abandonaba la plataforma y comenzaba a surcar el espacio con sus tres tripulantes en el interior, que a partir de ese momento comenzaban a comunicarse con el centro espacial de Houston.
Dos minutos y cuarenta segundos más tarde, los cuatro potentes motores F1 utilizados durante el despegue, se desprendieron y comenzaron a funcionar cinco motores J-2, que le imprimirán mayor velocidad y altura.
A las 10.41 de Argentina los cinco J-2 se desprendieron y la potencia se concentró en unas turbombas que produjeron mayor aceleración en la nave. Tres minutos más tarde, se apagó todo mecanismo de ignición. La Apolo XI ya estaba en órbita.