Setenta y un años cumple Litto Nebbia este domingo 21. El cálculo da casi como si hubiese publicado un disco por año, pero no desde los quince, cuando se incorporó a los Wild Cats que luego se transformarían en Los Gatos Salvajes, sino desde el mismísimo día que nació. E incluso más. Si se adicionan compilados, y colaboraciones, la cuenta quedaría corta. Setenta y un años-discos da la suma entonces, y lo festeja haciendo lo que hizo toda su vida: hacer. Hacer y tocar, que no es lo mismo pero es igual.
En efecto, Litto apagará velitas cantando, haciendo y tocando este domingo partir de las 19 horas en el Complejo Cultural Fórum, donde fue elegido para inaugurar teatro Pepe Soriano, flamante sala para trescientas personas ubicada en Ituzaingó entre Alvear y Belgrano, pleno corazón de Benavídez. Pero la música, como corresponde, corre por cuenta de él. “Es un teatro realmente imponente, con una acústica y un sonido muy cuidado para todo lo que se presente, un lugar donde se ha puesto la atención al mínimo detalle, la iluminación, los camarines, todo”, cuenta Nebbia, hombre siempre afecto a tales cuestiones, nada menores.
La principal razón geográfica de la presentación es que hace diez años Nebbia vive frente a la estación de Tigre, ciudad que cobija en su seno a Benavídez, y que le ha devuelto aquel espíritu de barrio que impregnó el origen de Los Gatos Salvajes. “Vivo entre gente muy humilde con todo el ánimo de barrio que en tantos lugares se ha perdido, y esto es hermoso", dice con entusiasmo. "Es más, si nos atenemos a aquella frase de ´siempre volvemos a un mismo lugar´, cuento que hace unos meses encontré uno de los tantos recortes que mi madre (Marta Corbacho) guardaba a comienzos de mi carrera. Era un anuncio que decía: “El sábado de elegante sport los esperamos en el Tigre Hotel con la presencia de Los Gatos Salvajes", evoca Litto, ciudadano ilustre de tal ciudad desde 2013.
-Entonces la presentación, más allá de la inauguración de la sala y el festejo por tu cumpleaños, también tiene una connotación nostálgica.
-Es que allí tocábamos a mis 16 años, cuando compartíamos los shows de los bailes de la Escala Musical con Los Shakers y todos aquellos jóvenes. Ese legendario Tigre Hotel, donde asistían más de tres mil jóvenes por sabado, hoy es el Museo de Arte de Tigre. Esto es muy bueno, además, porque no había un lugar para presentaciones artísticas de esta naturaleza en Benavidez.
En dos horas, Nebbia tiene pensado resolver viejas canciones (mucha de ellas poco o mal divulgadas) echando mano a guitarras, sintetizadores y piano. “Tengo prevista una mezcla de aquellas con temas clásicos, y temas que han quedado postergados en cada álbum, por la sencilla razón de que siempre que sacás un nuevo disco, inmediatamente se desprenden un par de temas por el don de gustar, y ya… el resto queda. Además pasa que por mi carácter, al poco tiempo ya estoy enganchado con la realización de otra cosa y lo hecho va quedando en el camino”, dice el rosarino, que recibirá el aporte del músico tucumano Leopoldo Deza (flauta y teclados), con quien publicó el excelso disco Canciones de Tucumán a Santiago del Estero.
La otra parte insoslayable del acontecer nebbiero es el concierto Está en tus manos, que ofreció junto a Ricardo Soulé, Silvina Garré y Nito Mestre el 6 de julio en el Teatro Coliseo, y lo volverá a hacer –con las mismas compañías—el 30 de noviembre. “Estoy muy contento, porque vengo de una masiva presentación en el Coliseo, donde tuvimos un lleno total y por localidades agotadas volvemos a repetir el sábado 30 de noviembre”, reconfirma Litto, entre ambos haceres. “En el recital tocamos un gran manojo de legendarias canciones nuestras de la primera época”, cuenta. Algunas de ellas fueron –y serán, claro— “Ayer Nomás”, “En blanco y negro”, “Bienvenidos al tren”, “Presente” y “Solo se trata de vivir”, entre otras.
“Tocamos en Rosario y en Córdoba y también registramos un álbum del espectáculo en Buenos Aires que realmente quedó bárbaro en términos sonoros e interpretativos”, dice uno de los pioneros del rock argentino. “Esto sucedió debido a que un par de amigos, Loli Boeri y Cristian Arce, me convocaron para hacer alguna presentación compartida con otros artistas, a mi elección. Inmediatamente pensé en Silvina, a quien conozco hace tanto tiempo y me gusta mucho como canta. En Soulé porque es un tipo fantástico, super compañero y sin ninguna ´tierra´ en la cabeza, y en Nito, a quien conozco desde que presenté a Sui Generis en Mar del Plata durante un concierto de Huinca, mi banda de esa época. A todos les pareció buena idea, y fue muy fácil organizar un repertorio que nos conformara. Luego de esto, el mayor problema fue el de coincidir con las agendas... como dijo alguna vez el maestro Horacio Malvicino: ´la música es el arte de combinar los horarios´. Una vez resuelto, todo salió en la medida de lo esperado”, cierra el imparable Litto, que enfrenta el paso de los años con pasta de campeón, posta de canciones y una larga vida al sol, encendida hoy por su hogar ubicado a dos cuadras del río.