A “documentar las más copadas y divertidas etiquetas vintage” de ropa, dedica sus ratos libres Iris Diane Palma, nacida en Filipinas, con residencia en Nueva York. Lo hace vía Instagram, en su cuenta Label.Stable, oda a logotipos retro de marcas retro (en su gran mayoría extintas) que, a la vista está, no se tomaban demasiado en serio antaño. Las eclécticas piezas reunidas por la muchacha hablan por sí solas: “Trágicamente en onda”, “¡Conseguite una vida!”, “Puritano”, “G.A.S.”, “Saliendo”, “Gracias cielo”, “Basta de mirar fijo”, “Pasta”, “Palta”, “Nuggets”, “Jugá al ajedrez”, “¿Y qué?”, “Necesito terapia”, “Cosas de la piel”, “Ansiedad para chicos”, algunos ejemplos. Variando cada caso en forma, tamaño y colores, muchas etiquetas datan de los 60s, otro tanto de los 80s (“momento en el que el kitsch, el diseño estridente y los tonos llamativos dominaban”, apunta el sitio en tema Dazed); también hay de los 2000. De sitios tan variopintos como Estados Unidos, Italia, Jamaica, Francia, Filipinas…

“Laburando como directora visual de la tienda boutique The Break, en NY, estoy constantemente en contacto con pilcha vintage. Cuando empecé a prestar atención a las etiquetas, noté que algunas son realmente entretenidas y bastante absurdas”, cuenta la muchacha que fotografía y comparte en IG sus pequeños hallazgos. Tesoritos que pesca en su lugar de trabajo o en locales de segunda mano; otros, en cambio, le llegan de seguidores entusiastas, dispuestos a contribuir con extravagantes y visuales granitos de arena. “Es emocionante recibir aportes de distintos lugares del mundo”, se entusiasma Iris Diane Palma, que a menudo decanta ella misma por looks retro y cita entre sus íconos de estilo a Anna Karina, Françoise Hardy o Anne Wiazemsky.

 

Por lo demás, espera que @label.stable no solo sirva como mero divertimento: en un momento como el actual en el que se debate acerca de sustentabilidad y moda, anhela que refuerce el entusiasmo de la gente por la indumentaria vintage, incitando a la reutilización y el reciclaje de ropa que, colmo de bienes, traen etiquetas de un encanto imposible.