En un contexto de crecimiento del sector de software y servicios informáticos (SSI) en la Argentina, hay quienes se preguntan cómo acelerar aún más ese proceso: la respuesta recurrente es que el techo lo impone el estancamiento en el número de graduados en informática. Esta conclusión instalada como sentido común, sin embargo, choca con el artículo “El sector argentino de software: desacoples entre empleo, salarios y educación” publicado por dos investigadores del Conicet y la Universidad Maimónides, Mariano Zukerfeld y Andrés Rabosto, en la revista de Ciencia, Tecnología y Política de la Universidad Nacional de La Plata.

Exportación

Las exportaciones de software superaron en 2015 los 1000 millones de dólares , un hito que la ponía en pie de igualdad con industrias tradicionales primarias como la exportación de carne. Este producto no solo tiene un gran valor agregado y genera trabajo mejor remunerado, sino que también se puede ver como un pasaje capaz de insertar a la Argentina en “la sociedad del conocimiento”. Según el trabajo de Zukerfeld y Rabosto, la cantidad de empleados en blanco en el sector ha evolucionado desde los 24.410 en 2002 a cerca de 93.800 en 2016. ¿Qué hace falta para potenciar este sector? “Multiplicar a los estudiantes y graduados”, insisten desde una industria que asegura tener dificultades para conseguir personal calificado. No parecen estar errados si se considera que la cantidad de estudiantes en informática en el mismo período 2002-2016 permanece estable o incluso sufrió una pequeña disminución desde los 90.000 estudiantes hasta los 75.000 en el período más reciente, con una cantidad de graduados oscilante entre los 4200 y los 3300 por año.

Es cierto que no aumenta la oferta de graduados disponibles para el mercado, pero ¿cómo se explica que la demanda creciente de un mercado en expansión no se traduzca en mayor oferta? Lo primero que señalan los investigadores es que “sorpresivamente, el sector de SSI muestra los rendimientos salariales más bajos del conjunto de sectores laborales del país para cada eslabón de logro educativo”. Un título universitario incrementa el salario por hora en un 50 por ciento promedio en nuestro país, pero en el sector del SSI lo hace en un 18 por ciento. Por su parte un posgrado permite un aumento del 12 y el 1 por ciento, respectivamente. ¿Esto es algo frecuente en el mundo informático debido a la tendencia extendida a la capacitación autodidacta? Si bien es cierto que el aprendizaje independiente de instituciones está extendido en todo el mundo, no parece ser la razón principal. Por ejemplo, en Estados Unidos los graduados cobran en promedio un 60 por ciento más que los no graduados. Posiblemente esto explique porqué los recibidos tienen más probabilidades de ser contratados por sectores ajenos al SSI donde cuentan con mejores salarios.

Para peor, según este trabajo, los salarios en el sector de SSI (que son más altos que el promedio del sector privado) han tenido los incrementos más bajos de toda la economía desde la salida de la convertibilidad e incluso han sufrido una merma en el salario real. Como señalan los investigadores, las leyes de oferta y demanda que se suelen utilizar como explicación para todo en este caso no funcionan: “No es sorprendente encontrar que la realidad y la teoría económica neoclásica no coinciden. Sin embargo, ¿cuál podría ser la causa de una divergencia tan significativa? La explicación debe buscarse, creemos, no en aspectos técnicos de la economía sino en la dinámica política y sindical: la ausencia de reconocimiento oficial a los sindicatos específicos del sector es un factor clave ”. Las agrupaciones de informáticos han tenido serias dificultades para que se les reconozca su personería y la primera de ellas, AGC, la logró a fines de 2018 luego de años de insistencia.

Desde la lógica de la investigación, parecería que esta carencia ha ayudado a las empresas a negociar salarios a la baja, una ventaja a corto plazo que repercute, paradójicamente, en el atractivo de las carreras informáticas para los estudiantes en el largo plazo y en que los graduados prefieren trabajar en otros sectores.

Propuestas

Frente a este análisis, los investigadores proponen potenciar el sector a través de políticas como exenciones impositivas que se apliquen a empresas que provean condiciones laborales “más favorables y eslabonamientos productos más fértiles con otros sectores”. También consideran la necesidad de satisfacer desde la academia no solo las necesidades del mercado, sino también de las de una estrategia de desarrollo más global. Por último recomiendan la creación de un observatorio estadístico del sector del SSI que permita profundizar estos análisis y darles mayor fundamento.

 

El papel de la ciencia a lo largo de la historia ha sido luchar contra los prejuicios que se instalan en el sentido común. Este trabajo de investigación desafía ideas establecidas y sería deseable que obligue a una reflexión más profunda y fundamentada.