Con el padre de su hijo preso por el homicidio de un productor agropecuario, en el departamento San Martín, una mujer reclama que sea imputado por las denuncias de violencia -previas al crimen- que ella hizo en Rosario. El acusado está en prisión preventiva como autor material de la muerte de René Garnero, en la localidad de Carlos Pellegrini. Su madre, que era pareja del hombre, también está acusada por el hecho. A más de seis meses del arresto, Ayelén contó el calvario que le hizo vivir por años. Por cada hecho de amenazas, lesiones y hostigamiento contra ella y su familia, hizo una denuncia, pero el agresor nunca fue detenido ni imputado por esos hechos. "Tuvo que pasar esta desgracia, esta muerte, para que quede detenido", planteó. También habló de acusaciones de otras exparejas. "Mi hijo está vivo porque yo lo dejé", aseguró la víctima, que todavía usa botón de pánico por la cercanía con allegados del agresor.
"Una mujer de 65 años y su hijo de 29 -ambos de Rosario- fueron detenidos por el homicidio, a puñaladas, de un productor agropecuario de 78 años", rezan las crónicas de diciembre pasado, que dieron cuenta del hecho. El día anterior, Ayelén festejó el cumpleaños del hijo que tiene con el acusado. "El tenía un pedido de captura por las denuncias que le hice, pero no estaba detenido y seguía trabajando en el centro", dijo la mujer, sobre la actividad de Facundo A.
"El tenía un pedido de captura por las denuncias que le hice, pero no estaba detenido y seguía trabajando en el centro", dijo la mujer.
"Hace cinco años que lo vengo denunciando. Yo lo dejé cuando estaba embarazada de mi hijo, porque estando de cinco meses me tiró la moto de mi mamá en la panza. Esa noche lo llevó Gendarmería y yo tuve que ir a la Maternidad Martin por la pérdida", recordó la mujer sobre un grave episodio.
Se conocieron porque eran vecinos, en Empalme Graneros. En 2013 se fueron a vivir juntos a Sauce Viejo, donde él trabajaba de soldado voluntario en el batallón de Santo Tomé. "La relación nunca fue buena; él tomaba y me echaba, así que volví a vivir con mis padres". Estaba embarazada y él la seguía hostigando. Una tarde, la esperó "con una escopeta arriba de la mesa". En febrero de 2016, le "rompió la cara a trompadas" cuando ella le pidió comprar unos medicamentos para el nene.
Según describió, el acusado trabajaba en la descarga de electrodomésticos y apenas tuvo recibo de sueldo, la mujer inició los trámites para la manutención de su hijo, que cobró solo tres meses. "El arregló para renunciar y seguía cobrando en negro, para no pasar la plata", dijo la víctima, que viene siendo acompañada por la organización Ampliando Derechos.
Uno de los últimos episodio fue en mayo de 2018, cuando ella iba al banco con otras mujeres. El la vio y la empezó a correr. "Eran amenazas todo el tiempo, yo no dormía del miedo que viniera a quemarme la casa; pero no tenía respuestas de nada", dijo. "Tuvo que pasar esta desgracia, esta muerte, para que quede detenido", planteó.
Desde Fiscalía se indicó que el agresor "estuvo citado a imputación, en 2016, y faltó cuatro veces". Si bien se solicitó la rebeldía, señalaron que "el juez no la declaró".
Las primeras denuncias de la víctima fueron tomadas por la fiscal Raquel Almada; luego por María Teresa Granato. "Nunca fue imputado por esos hechos", se quejó. También habló de una denuncia de una pareja posterior, por lo que se pidió la orden de captura. "O sea, esperaron que haya otra denuncia", dijo. Ahora, pide que el fiscal de San Jorge, Carlos Zoppegni, le dé una cita para contarle todo lo que pasó previamente y que se unifiquen las causas.