Como era de imaginar, la firma del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea fue motivo de celebración ayer durante al cumbre del bloque realizada en Santa Fe, en la que Mauricio Macri le traspasó la presidencia pro témpore a Jair Bolsonaro. "Es una señal clara al mundo de que queremos que el Mercosur sea abierto, competitivo, dinámico, comprometido con la integración y el comercio, con las reglas de juego claras, para fomentar las inversiones y hacer negocios", aseguró Macri. En el misma dirección, Bolsonaro habló del "compromiso de mi gobierno con la modernización y la apertura de nuestro bloque". Sin perder el buen tono y deslizando algunos chistes sobre fútbol -presentes en todos los discursos dada la reciente Copa América-, Evo Morales fue la voz discordante. “Cualquier acuerdo, convenio o tratado siempre deben estar orientados a resolver y atender las demandas de los más humildes, de los más pobres, de los más olvidados de la historia de la región", marcó el presidente de Bolivia, quien tampoco firmó el documento que reclamó el restablecimiento del estado de derecho en Venezuela.
El acuerdo con la Unión Europea todavía tiene un largo camino por recorrer dado que debe pasar el filtro de los parlamentos, pero Macri necesita exhibirlo como un logro para la campaña electoral. De hecho, la cumbre del Mercosur estuvo en medio de dos actos de campaña: a la mañana, el Presidente encabezó un encuentro en Entre Ríos junto al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y, por la tarde, hizo otro en Santa Fe junto a su vice Miguel Angel Pichetto. En la apertura de la sesión, Macri aseguró que el acuerdo impactará "positivamente en la calidad de vida de nuestra gente, no es un punto de llegada sino un punto de partida". Agregó que es "una oportunidad para que el Mercosur vaya por más, en una ambiciosa agenda externa de negociaciones", dijo, a contramano de lo que aseguran los candidatos de la oposición que lo presentaron como un gran riesgo para las economías locales. Resaltando las acciones para la integración regional, Macri destacó que era para "facilitar la vida de la gente se deje de cobrar el roaming" telefónico a los países miembro, uno de los anuncios de la cumbre de ayer.
El Presidente aprovechó para reiterar su discurso contra el gobierno de Nicolás Maduro y ofreció su "solidaridad con el pueblo venezolano, que sufre una crisis humanitaria sin precedentes en la región; reconocemos a la Asamblea Nacional y al presidente encargado, Juan Guaidó, como la única autoridad legítima de Venezuela". Finalmente, Macri felicitó a Brasil por asumir la presidencia pro témpore del organismo y cedió la palabra sin evitar el remanido chiste futbolero: "Es el turno ahora de Jair Bolsonaro, querido amigo, sin hablar del VAR, porque de eso no vamos a hablar".
Bolsonaro se inclinó por considerar al Mercosur como "un instrumento de comercio con el mundo sin interferencias ideológicas que tanto critiqué como parlamentario" y consideró el acuerdo con la Unión Europea como "resultado de esa orientación". Interrumpió su mensaje para saludar a Sebastián Piñera, el presidente chileno llegó cuando la sesión ya hacía rato que había arrancado. Todos los mandatarios calificaron al acuerdo como "histórico". Piñera lo consideró un “éxito tan importante” que hasta justificó el tiempo de las negociaciones. “Veinte años no es nada”, dijo al recitar el tango.
Evo Morales marcó diferencias con el resto. Por ejemplo, resaltó una frase de Bolsonaro sobre la necesidad de Estados autónomos. “Esa es la lucha histórica de nuestros pueblos”, les dijo el presidente boliviano. “Un Estado con soberanía, independencia, pueblos con dignidad e identidad porque somos tan diversos. Por eso, en Bolivia cambiamos la Constitución y hoy es un Estado Plurinacional. ¡Qué bueno sería que tengamos un Mercosur Plurinacional y una América Plurinacional! Dentro de esa diversidad la unidad justamente para garantizar y trabajar la igualdad entre los seres humanos”, propuso Evo Morales. Lo mismo para "el hermano presidente Macri", quien planteó que la tarea del Mercosur era reducir la pobreza. “En Bolivia, cuando llegamos al gobierno gracias a nuestra revolución democrática y cultural, en 2005, la diferencia entre el diez por ciento más rico de Bolivia y el diez por ciento más pobre era de 128 veces. En 2017, con nuestras políticas sociales y económicas, ese indicador se redujo a sólo 40 veces”.