"Nos está costando seguir el ritmo del pago a proveedores, el pago de sueldos y las cuentas este año van a estar peor que el año pasado, cuando necesitamos US$ 200 millones de parte del Estado para seguir funcionando; este año vamos a necesitar más". Tajante, directo, sin esconder las consecuencias de una política que acorraló a la línea de bandera, aunque sin mencionar esa realidad, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Luis Malvido, reconoció la dura situación de la empresa. La firma estatal paga las consecuencias de las ventajas que el gobierno de Cambiemos entregó a las empresas low cost, modalidad a la que también se plegó la chileno brasileña Latam. “Ninguna de las rutas internacionales, que en estos momentos están con una ocupación superior al 90%, es rentable por esa política de precios", sostuvo Malvido.
En conferencia de prensa, el titular de Aerolíneas se explayó sobre las condiciones actuales del negocio y cómo la firma estatal se está viendo perjudicada y es la gran perdedora. "Pese a que estamos frente a una muy buena temporada alta, con aviones casi llenos en todas nuestras rutas, sobre todo las internacionales, la guerra de tarifas tiene en jaque a la compañía debido a que no estamos cubriendo los gastos variables", sostuvo. En términos prácticos, agregó, "esto significa que, por ejemplo, con los ingresos no se logran pagar los gastos de combustible".
"En el plano local, Latam está implementando una política de precios muy agresiva, que nos obliga a competir en esos términos, lo que hace que la rentabilidad sea muy baja o directamente inexistente en algunos casos", indicó. Por ello, afirmó, "nos está costando seguir el ritmo del pago a proveedores, el pago de sueldos y las cuentas este año van a estar peor que el año pasado, cuando necesitamos US$ 200 millones de parte del Estado para seguir funcionando; este año vamos a necesitar más".
El discurso predominante del gobierno, y del presidente Mauricio Macri, en particular, puso el foco permanentemente en el costo que le representa al Estado sostener la línea de bandera, y se ufanaba de una gestión que lograría reducir los costos. No fue lo que sucedió en 2018, cuando las pérdidas de Aerolíneas Argentinas resultaron muy superiores a las del año anterior. Ahora, su actual presidente, Luis Malvido, advierte que las de este año serán aun mayores.
En el mes de abril, Macri comparó la gestión de Aerolíneas con las de las líneas low cost, obviamente para elogiar a las últimas. “Las nuevas aerolíneas no le piden un peso a nadie. Venden sus pasajes y, si les va bien, ganan. Si les va mal, pierden”, fue la frase del mandatario en una entrevista televisiva. Sin embargo, las empresas low cost que comenzaron a quedarse con parte de las rutas que operaba Aerolíneas reciben subsidios provinciales, como es el caso de Flybondi, Avianca y Jetsmart, por parte de las gobernaciones de Córdoba, Santa Fe, Tucumán y Chubut. Incluso se reacondicionó la terminal de El Palomar, con dinero público, para que lo usen las low cost y ahorren tasas aeroportuarias, que la línea de bandera sí debe pagar.
Malvido reconoció que este año la compañía va a necesitar un aporte del Estado superior al de 2018, pero señaló que hacen "todo lo posible" para paliar esta situación, como "la digitalización de la empresa a un nivel que nunca antes se había hecho".