“Las jugadoras -dijo Carlos Borrello- piensan con el corazón, y yo con la cabeza fría”. El entrenador de la Selección Argentina femenina expresó que no hubo enconos particulares en el armado de la lista para los Juegos Panamericanos; y que las bajas de Estefanía Banini, Belén Potassa y Ruth Bravo no fueron disciplinadoras. El conductor destacó que su intención era probar futbolistas después del Mundial, y que esta vez le tocó a la capitana y dos compañeras. “Mi vida no pasa por enojarme ni por tener resentimiento. Siempre he puesto el oído a todas. Estoy para elegirlas, ponerlas en el campo, armar la estrategia, estudiar al rival y hacer los cambios cuando corresponda. Esa es mi función, es así y no la negocio. Ahora quiero rotar jugadoras”, dijo. 

Si el razonamiento tiene una vía válida y Borrello utiliza la mente, ¿qué le pasa por el corazón al DT? En la semana, Claudio Tapia, autoproclamado como el presidente de la igualdad de género, asistió a los entrenamientos del equipo. Se sentó al lado de Borrello en el banco de suplentes y sonrió para las fotos. Hubo pistas: se supo que Banini había quedado en reunirse con el presidente de la AFA, para transmitirle el descontento del grupo para con el técnico. Tapia había quedado en comunicarse con ella después de hablar con Borrello. Nunca la llamó.

El amistoso que las jugadoras disputaron este viernes contra juveniles de Ituzaingó (perdieron 3-2) contó con la presencia de Jorge Barrios, presidente del fútbol femenino en la entidad, otra señal de respaldo. Borrello, el hombre que aporta cabeza fría, dijo que no habló con ninguna de las marginadas ni con Florencia Bonsegundo, autora del gol del penal que le otorgó a Argentina el 3-3 contra Escocia en el Mundial de Francia, quien decidió bajarse de la lista en solidaridad con sus compañeras. “Tengo teléfono, me pueden llamar”, respondió frente a los medios en el predio de Ezeiza. “No voy a negar las condiciones futbolísticas que tiene Estefi (Banini) o Bravo, pero tienen que tener oportunidades todas. Todo esto me tiene que servir de algo para saber con quién me estoy enfrentando”, dijo.

No obstante, marcó un error de Banini en la Copa del Mundo: “La única transición, rápida, en la que se pudo hacer un mano a mano, la cual recibió Estefi por el lado derecho, se perdió la pelota, nos abrimos y fue el gol. Fue clarito el tema”.

El entrenador consideró que “las chicas están enojadas”. Y que piensan con el corazón. Es llamativo: los corazones valientes de este equipo fueron los que elevaron a las futbolistas que integran el plantel a una visibilidad jamás vista en la historia del fútbol femenino en la Argentina. Con corazón soportaron el destrato de la federación durante años, la ropa mil talles más grande que descartaban los varones, y llegaban a ellas ya rotas y usadas; con corazón durmieron en un micro cuando fueron a disputar un amistoso contra Uruguay; con corazón hicieron el Topo Gigio en plena Copa América 2018 para exigir ser escuchadas. El corazón -”la sangre”, como definió Borrello a la fuerza del plantel en el Mundial- las llevó a Francia después de 12 años sin jugar el torneo más importante, y el corazón las empujó a protagonizar un campeonato histórico: un empate ante Japón, una potencia, una derrota digna contra Inglaterra, y una remontada que no tenía antecedentes frente a Escocia.

Si todos conocían sus corazones -el mismo que la llevó a escribir su bronca en sus redes sociales-, ¿por qué ahora no están? ¿Podría haberse evitado esto? ¿Y si la dirigencia se hubiera sentado a resolver el problema? “No ganamos nada. Eso lo tienen que saber todas las jugadoras. Argentina se posicionó muy bien, pero no le podemos jugar mano a mano a Inglaterra o Japón porque la intensidad no la podemos sostener los 90 minutos”, advirtió el entrenador.

Cuando le preguntaron si no era contradictorio hablar de probar jugadoras, pero haber convocado a algunas futbolistas que por edad ya no llegarán al próximo Mundial, el entrenador respondió: “Hay jugadoras que a mí me sirven adentro y afuera de la cancha, pero hay muchas que no jugaron. Llevé 23 a Francia y jugaron 13 o 14. Estoy convencido de lo que hice”. Además, agregó que Tapia lo avaló: le dijo que continuaban con el proyecto, que tenían que potenciar la Sub 20. Que charlaron sobre el futuro.

Ante la ausencia de Banini, la nueva capitana, anunció el técnico, será la arquera Vanina Correa y la subcapitana Miriam Mayorga. “Más que palabras, vamos a los hechos -insistió en su defensa-. Acá convoqué a un grupo y vinieron todas”.

-¿Tenés ganas de continuar a cargo de esta Selección? 

-Desde ahora comenzó el proceso al próximo Mundial. Creo que con eso respondo todo.