En su último informe enviado a la Cámara de Diputados, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, confirmó que el gobierno le alquiló a fines del año pasado a la empresa europea SES el satélite Astra-1H, que ya superó su vida útil, sólo para ubicarlo en la posición orbital 81º Oeste en banda Ka durante tres meses y evitar así que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) le quite los derechos de uso sobre ese espacio. La operación, revelada por PáginaI12 el 11 de febrero
, le costó al Estado Nacional 7 millones de euros, desembolso que podría haberse evitado si el gobierno de Mauricio Macri no hubiera suspendido la construcción del Arsat-3 que debía haber comenzado a operar en esa banda a partir de este año. Peña reconoció además que la contratación se llevó delante de manera directa, sin tomar en cuenta otras ofertas, lo que pone en duda la transparencia de la operación.
En el informe de gestión Nº 120 , disponible en la web de la Cámara de Diputados, el jefe de Gabinete detalla que Arsat tiene en servicio tres redes satelitales: 1) Nahuel-C en la posición de 72° Oeste en las bandas Ku y Ku extendida; 2) PP-SAT-1 en la posición de 81° Oeste en las bandas C, Ku y Ku extendida y 3) Arsat-D en la posición de 81° Oeste en banda Ka. En la primera red opera Arsat-1, en la segunda Arsat-2 y en la tercera red, que tenía como fecha límite para su puesta en servicio el 12 de septiembre de 2019, debería funcionar el Arsat-3, pero como el gobierno ni siquiera empezó a construirlo esa posición estaba en riesgo. A raíz de ello, se alquiló el satélite Astra-1H y la red fue puesta en servicio entre el 29 de septiembre de 2018 y el 10 de enero de 2019, “permitiendo así conservar los derechos de la posición orbital frente a la Unión Internacional de Telecomunicaciones”, detalla el informe.
La Jefatura de Gabinete explica que, antes de alquilar el satélite Astra-1H, la Gerencia de Servicios Satelitales de Arsat realizó consultas a las compañías SES, Hughes Networks Systems, Hispasat/Hispamar, Intelsat y Viasat, pero sólo SES respondió que podía proveer el servicio que Arsat estaba requiriendo. “La Secretaría de Gobierno de Modernización hace saber que la Gerencia de Servicios Satelitales informó que SES presentó la única alternativa de protección mediante la migración del satélite Astra-H1, a la posición 81° Oeste, por el término de noventa días”, detalló el jefe de Gabinete.
En un artículo publicado la semana pasada en el portal especializado latamsatelital.com , el ex vicepresidente de Arsat, Guillermo Rus, aseguró que la compra directa fue una decisión controversial porque otras empresas que están en condiciones de brindar ese mismo servicio en la región no fueron consultadas. Por ejemplo, Eutelsat, Yahsat y Telesat son otros tres operadores con capacidad en banda Ka sobre el continente americano y ninguno de ellos aparece citado en el informe oficial. Tampoco se contactó al operador de televisión satelital DirecTV, al cual en 2016 se le había otorgado una autorización provisoria para realizar una prueba piloto de banda ancha satelital en banda Ka sobre el satélite SpaceWay-2.
En el informe de Jefatura de Gabinete se detalla además que la Secretaría de Modernización se encuentra gestionando otras cuatro redes, todas con cobertura sobre el continente americano: 1) Red de satélite ARSAT-F, 2) Red de satélite ARSAT-G, 3) Red de satélite ARSAT-H y 4) Red de satélite ARSAT-M. Estas redes no se encuentran en servicio como Nahuel-C, PP-SAT-1 y ARSAT-D, pero como el Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035, aprobado por la ley 27.208, no se está cumpliendo se terminará perdiendo la prioridad sobre esos recursos.
El abandono del plan de desarrollo de la industria satelital nacional también quedó en evidencia el pasado 19 de junio cuando la secretaría de Modernización emitió la resolución 1103/19 mediante la cual autorizó a la empresa estatal Arsat a brindar servicios en banda Ka sobre el satélite Telstar-19 Vantage del operador canadiense Telesat. La capacidad satelital incorporada es equivalente a 1500 Mhz en banda Ka y sólo Arsat como operador satelital nacional puede comercializar servicios sobre ese satélite. Lo paradójico, como destacó el especialista Guillermo Rus, es que en lugar de estar operando servicios en banda Ka en una posición orbital asignada a la Argentina con un satélite fabricado en la provincia de Río Negro por Invap, como iba a ser el Arsat-3, el gobierno terminó comprando capacidad satelital a un operador canadiense de un satélite fabricado en los Estados Unidos y ubicado en una posición orbital asignada a Brasil.