A menos de seis meses de la inauguración del Polo Educativo Mugica, un predio en Retiro donde funcionan tres escuelas, un pedazo de cielo raso se desplomó en una de las aulas del secundario. El episodio ocurrió mientras docentes y alumnos estaban en la puerta del predio para reclamar por la continuidad del servicio de comedor durante las vacaciones de invierno, y por eso no había chicos en el aula. Las autoridades de la escuela ya habían denunciado que el edificio tenía problemas de humedad.
Ocurrió en la escuela EEM Nº6 Padre Mugica, en una de las aulas de primer año. Según contaron los maestros, el techo del edificio presenta varias filtraciones de diferentes tamaños. En algunos lugares se podía ver sólo la mancha de humedad y en otros, en cambio, directamente entraba agua. Los pedazos de techos cayeron justo al lado de la primera fila del salón.
Sin respuestas oficiales
“Por suerte los chicos ya no estaban en clases sino podría haber sido una tragedia. Venimos denunciando desde marzo que en el techo se veían manchas grandes de humedad con goteras. Estamos en julio y nadie dio una respuesta”, contó Walter Larrea, docente de la escuela y delegado de UTE.
Según indicó Larrea, a pesar de que la dirección de la escuela ya había iniciado los reclamos, junto con otros docentes iniciaron un expediente ante la Defensoría del Pueblo. En el predio funcionan además el Jardín Nº5 y la primaria Bandera Argentina (Nº 25 DE 1); en total cursan allí unos 1300 alumnos.
El edificio fue presentado como una de las 54 escuelas nuevas planteadas por el gobierno porteño, aunque los docentes remarcan que en realidad se trató de una remodelación.
Un edificio con muchos problemas
“No tenemos salida de emergencia habilitada, faltan matafuegos, los bordes de las escaleras no tienen la protección adecuada, no tenemos habilitado el teléfono”, enumeró Larrea los problemas que aún tiene el edificio, además de las filtraciones. Todo esto quedó asentado en la denuncia realizada en la Defensoría del Pueblo, sobre la cual el Ministerio de Educación porteño pidió extender el plazo para responder.
Justo en el momento en que se desprendió el techo, un grupo de docentes con familias y organizaciones sociales se habían concentrado en la puerta del Polo para exigir que el servicio de comedor continúe durante las vacaciones de invierno. Gran parte de los chicos que concurren a estas tres escuelas viven en el barrio Carlos Mugica, el nombre que tomó la villa 31.
“Nuestros chicos tienen la necesidad de que el comedor continúe abierto durante las vacaciones. La situación está complicada y se trata de una población que realmente lo necesita”, finalizó el docente.