Los datos oficiales siguen dándole la espalda al relato electoral del Gobierno sobre la supuesta mejora de la economía, que sólo se basa en la estabilidad del precio del dólar. Las ventas de los supermercados, que dan una idea del pulso del bolsillo de la clase trabajadora, mostraron en mayo una caída en términos reales del 13,5 por ciento en relación al mismo período del año pasado, el segundo peor desempeño de este indicador en la gestión de Mauricio Macri detrás del -14,5 por ciento de marzo. En lo que va del año, la merma acumulada del consumo en los supermercados es del 12,7 por ciento. En los shoppings, en donde se suelen encontrar productos que escapan a la primera necesidad, la caída de las ventas en la comparación interanual es todavía superior, del 18,7 por ciento y del 17,8 en el acumulado del año, aunque hubo una mejora frente a abril a raíz de los planes de cuotas para consumo con menor costo financiero.

La estabilidad del tipo de cambio a base de ingreso de divisas provenientes del endeudamiento con el Fondo Monetario y del sostenimiento de las tasas siderales de interés para las colocaciones en pesos es el único sostén de la apuesta del Gobierno para mejorar su imagen de cara a las elecciones. El resto de los indicadores, ligados al mercado laboral, las pymes, el poder adquisitivo o la inflación, siguen igual o peor que antes de la “pax cambiaria”.

La caída del 13,5 por ciento en las ventas medidas en cantidades que tuvieron los supermercados completa un registro de once meses consecutivos de bajas, de las cuales las últimas cinco fueron de dos dígitos. Para el Indec, incluso hubo un empeoramiento del consumo en relación a abril, cuando la baja había sido del 12,6 por ciento. Además, en la comparación mensual entre mayo y abril hay una merma del 1 por ciento medida en cantidades. En el caso de los autoservicios mayoristas, la caída de las ventas también fue del 13,5 por ciento y acumula en cinco meses una merma del 14,1 por ciento. Esos resultados se verificaron a pesar del lanzamiento en mayo del programa Precios Esenciales, que congeló los valores de una serie de artículos de la canasta básica.

La crisis de ventas de los supermercados tiene reflejo en la situación laboral hacia dentro de las empresas. Según el informe oficial, el personal ocupado en las cadenas de supermercados se redujo un 3,3 por ciento en mayo frente al mismo período del año pasado, lo que equivale a la pérdida de unos 3200 puestos de trabajo.

La consultora Kantar división Worldpanel midió que el consumo masivo, que es una categoría más concentrada que las ventas totales de supermercados, tuvo una retracción del 6 por ciento en mayo, algo menor a la caída promedio en cinco meses del año del 8 por ciento. “Más allá de la relativa desaceleración que muestra la caída del consumo masivo, aún no podemos afirmar que ´tocamos fondo´ ni estamos viendo síntomas de una genuina recuperación”, describe Joaquín Oría, gerente del comportamiento del consumidor en Kantar.

El deterioro de las ventas de mayo está relacionada a un avance de los precios que sigue bien por delante de la marcha de los salarios. Según el Indec, la suba de los precios en los doce meses previos a mayo fue del 57,3 por ciento, mientras que hasta abril (último dato oficial disponible) los salarios venían creciendo al 36,7 por ciento anual.

En el caso de los shoppings, las ventas medidas en cantidades tuvieron en mayo una caída interanual del 18,7 por ciento, con lo cual se verifican once bajas consecutivas (al igual que en los supermercados). Sin embargo, a diferencia de las cadenas de supermercados, en los shoppings subieron las ventas en la comparación frente a abril en un 5,5 por ciento a causa del relanzamiento de los planes Ahora 12 de rebaja en el costo financiero de las compras en cuotas.