A comienzos de 1989, los Beastie Boys eran apenas un buen recuerdo. Tres años antes, Licensed to Ill había levantado ronchas en los Estados Unidos: tres judíos blanquitos de Brooklyn habían tomado la enseñanza del matrimonio entre Run-DMC y Aerosmith en “Walk This Way” para darle forma a un disco que se llevó por delante a la industria, vendió millones de discos y se convirtió en el primer album de rap en llegar al número 1 de los charts. Tres idiotas crean una obra maestra, tituló con perfecta síntesis la revista Rolling Stone.
Es que Licensed to Ill no solo golpeó fuerte por el contundente rap’n’roll de canciones como “You Gotta Fight For Your Right (To Party)” y “No Sleep ‘Til Brooklyn”. Efectivamente, Michael “Mike D” Diamond, Adam “MCA” Yauch y Adam “Ad-Rock” Horovitz parecían tres idiotas. Sus letras eran directas y de tono básico. Parecían pensar solo en chicas y cerveza. La gira de presentación del disco desató un escándalo detrás de otro, con mujeres bailando enjauladas, consecuentes protestas de movimientos feministas y enfrentamientos con la policía: el 30 de mayo de 1987, un show en Liverpool terminó con una revuelta de quince minutos y el arresto de Ad-Rock.
Beastie Boys se convirtieron en sinónimo de problemas y mala prensa. La pelea a muerte con Rick Rubin, su productor y capo del sello Def Jam, pareció el último acto de un grupito que había generado un buen escándalo pero que, por el bien de todos, ya podía encaminarse al ostracismo.
Y entonces apareció Paul’s Boutique.
La historia de la música registra pocas transformaciones-resurrecciones tan violentas. El 25 de julio de 1989, el mundo se encontró con unos Beastie Boys que habían pegado un salto artístico sustancial, y que iban a modificar radicalmente la historia del hip hop de los años venideros. De manera sucesiva, el segundo disco de los Pibes Bestia fue calificado como “el Sgt. Pepper’s del rap”, “el Abbey Road del rap”, "el Dark side of the Moon del rap” y otras analogías que buscaban retratar el grado de ambición y vuelo artístico que los tres idiotas habían conseguido.
¿Qué hizo de Beastie Boys la banda que marcaría caminos en la música urbana de los 90? El trío, que ya en Licensed to Ill había hecho uso del sampling –el muestreo digital de fragmentos musicales para ser utilizado en un nuevo contexto sonoro-, dio un paso más allá. Los samples se convirtieron en un complejo entretejido, un nuevo rompecabezas, otra forma de generar músicas y sobre ellas lanzar raps alucinados. Pero además, el trío dejó de lado la costumbre típica del género de utilizar el rap como arma de batalla para descalificar al otro y se concentró en contar historias de New York en general y de Brooklyn en particular, llenas de referencias a la cultura de la época.
Para que Paul’s Boutique fuera realidad, de todos modos, fue necesaria la intervención de otros dos sujetos. Michael Simpson (a) E. Z. Mike y John King (a) King Gizmo se hacían llamar The Dust Brothers y eran expertos en el arte del sampling y la realización de canciones instrumentales para llenar la pista de discotecas. “Antes de que empezáramos a trabajar juntos ellos tenían un montón de música ya armada”, contó Adam Yauch en 2009. “Así, muchas de las canciones, como ‘Shake your rump’, fueron armadas con cosas que ellos planeaban lanzar como instrumentales para los clubs. Habían ensamblado ritmos, líneas de bajo y guitarra, loops; les resultó sorprendente que quisiéramos rapear sobre eso, porque pensaban que era muy denso. Nos ofrecieron dejar solo la base, pero nosotros queríamos todo. La mitad de los temas ya estaban hechos, la otra mitad la hicimos juntos”.
No es casual que en 1996 Beck buscara a los Dust Brothers para darle forma al extraordinario disco Odelay: lo que consiguieron los tres rappers y los dos productores fue una colección originalísima, inimitable. Paul’s Boutique presenta 105 samples, pero a nadie se le ocurriría señalarlo como un mero refrito de viejas grabaciones. El arco es tan amplio como para recurrir a James Brown, The Beatles, Kurtis Blow, Pink Floyd, Sly & The Family Stone, Eagles, Ramones, Afrika Bambaataa, Jimi Hendrix y Bernard Herrmann (los violines de la escena de la ducha en Psicosis le dan un tono especialmente inquietante a “Egg Man”), y hay más y más nombres. Pero sobre todo está la manera en que Ad-Rock, MCA y Mike D encadenan sus voces, se montan uno sobre otro, se responden y complementan, modelando una masterclass del hip hop.
Por supuesto, Paul’s Boutique no vendió lo mismo que el disco debut. Hubo un hit menor con “Hey Ladies”, pero el sello Capitol no vio con buenos ojos que los raperitos cerveceros grabaran cosas como la monumental suite "B-Boy Bouillabaisse", ideada al estilo del medley final de Abbey Road. La compañía no apoyó ni difundió demasiado el disco, y los Beastie Boys terminarían montando su propio sello, Grand Royal: en 1992, cuando los colegas todavía estaban tratando de descular lo que el trío y sus productores habían hecho en un sencillo estudio hogareño, volverían a sacudir la escena con ese otro mazazo llamado Check Your Head. Pero esa es otra historia: hace tres décadas, tres judíos blanquitos de Brooklyn decidieron matarle el punto a un célebre titular de Rolling Stone. Habían hecho otra obra maestra. Y a nadie se le ocurría ya tildarlos de idiotas.
Cuatro EPs para celebrar
Beastie Boys ya no existen como banda –la muerte de MCA, en 2012, significó un golpe definitivo para un grupo de personalidades irremplazables-, pero de todos modos hay un festejo por los 30 años de Paul’s Boutique. El viernes pasado aparecieron en las plataformas de streaming dos EPs con material inédito y rarezas de la época: Love American Style y An Exciting Evening at Home with Shardrach, Meshach and Abednego. Este viernes aparecerá otro EP con remixes de “Hey Ladies” y “Shadrach”, y el 2 de agosto se publicará otro con remezclas de “Shake Your Rump” y “Looking Down the Barrel of a Gun”.
Al cabo, este fue un año de varios recordatorios para el grupo: en marzo Ad-Rock y Mike D aparecieron en un documental por los 25 años de Ill Communication; en junio, como celebración por su 15° aniversario, apareció una versión deluxe de To the 5 Boroughs, su anteúltimo disco de estudio. El año pasado, además, editaron Beastie Boys Book, una autobiografía que mezcla recuerdos, recortes, reflexiones, un mapa de New York según B-Boys, playlists, recetas, dibujos, fotos y textos de artistas invitados.