El fiscal especial Robert Mueller, que investigó los nexos entre la campaña de Donald Trump y el gobierno ruso, dijo en el Congreso estadounidense que persiste la posibilidad de que el actual mandatario sea juzgado por obstrucción a la justicia tras dejar su cargo. Mueller dijo que su investigación corroboró que Rusia intervino en la campaña electoral de 2016 con la intención de impulsar a Donald Trump y perjudicar a la candidata demócrata Hillary Clinton.
"El presidente no fue exculpado por los actos que presuntamente cometió", sostuvo Mueller este miércoles al declarar ante distintos comités del Congreso. Durante el encuentro, el fiscal fue interrogado por los resultados de su investigación.
Allí, Mueller aclaró que el presidente y sus asesores no fueron procesados por cooperar con Rusia, porque de la investigación no surgieron elementos suficientes para sostener cargos de conspiración. "Encontramos pruebas insuficientes de la culpabilidad del presidente", manifestó el fiscal.
"En base a la política del Departamento de Justicia y los principios de imparcialidad, decidimos no determinar si el presidente había cometido un delito. Esa fue nuestra decisión en ese momento y sigue siendo nuestra decisión hoy", aseguró al inicio de la audiencia.
En respuesta a preguntas del republicano Louie Gohmert, Mueller dijo que Trump no lo había entrevistado para ser director del FBI. Sin embargo, confirmó que se encontró con Trump un día antes de ser nombrado fiscal especial para investigar la llamada “trama rusa”.
Gohmert, representante por el primer distrito del Congreso de Texas, aprovechó su exposición para atacar a Mueller y preguntarle por su relación con el ex director del FBI entre 2013 y 2017, James Comey, quien fue despedido por Trump tras negarse a cerrar la investigación.
Comey y Mueller trabajaron juntos durante la presidencia de George W. Bush, cuando el primero era vicefiscal general de Estados Unidos y el segundo encabezaba el FBI. Ante la presión de Gohmert, Mueller admitió que Comey y él eran amigos, pero dijo que eso no afectó la objetividad de su investigación.
Por su parte, el demócrata Mike Quigley preguntó a Mueller sobre el comentario que Trump pronunció durante las elecciones de 2016, cuando dijo que "amaba" al sitio del filtraciones WikiLeaks e instó a la plataforma a publicar información que pudiera perjudicar a Clinton, su rival en los comicios.
Mueller sostuvo que dichas declaraciones eran por lo menos problemáticas , y afirmó que sugieren "lo que debería ser considerado un comportamiento ilegal". Según el conteo de la cadena NBC, el actual presidente mencionó WikiLeaks 145 veces en su último mes de campaña.
Donald Trump, fiel a su estilo, arrancó el día disparando una serie de mensajes vía Twitter, dirigidos en gran medida a Mueller. Su primera queja se basó en que durante las audiencias el fiscal tendría a su lado a Aaron Zebley, uno de sus asesores más cercanos y quien fuera su jefe de gabinete mientras era director del FBI. Zebley acompaña a Mueller desde mayo de 2017, cuando éste inició su investigación sobre los nexos de Trump con Rusia.
La presencia del asesor "específicamente no fue acordada y yo jamás hubiera estado de acuerdo con ello", continuó Trump. El presidente sostuvo que Zebley forma parte de un movimiento en su contra, aunque el abogado no ha expresado en público sus simpatías políticas.
"Así es que los demócratas y otros pueden inventar ilegalmente un crimen, tratar de atribuírselo a un Presidente muy inocente, y cuando éste lucha contra un ataque ilegal y traicionero a nuestro País, ¿le llaman Obstrucción?", disparó Trump en otro mensaje. "¡Eso está mal! ¿Por qué Robert Mueller no investigó a los investigadores?", preguntó el presidente.
Mueller, director del FBI entre 2001 y 2013, testificó hoy por primera vez ante un comité del Congreso. Durante los casi dos años de su investigación, Mueller se mantuvo en silencio y sólo se manifestó ante la prensa en una ocasión, para leer un comunicado.
La investigación sobre la supuesta trama rusa comenzó en julio de 2016 en las oficinas del FBI, pero casi un año después terminó en manos del fiscal especial. En la jornada dee hoy, en más de una ocasión, Mueller pidió a los congresistas que reformularan las preguntas, y en otras los remitió directamente a su informe de 448 páginas publicado tres meses atrás.
Las audiencias ante los comités Judicial y de Inteligencia de la Cámara de Representantes despertaron un gran interés en Estados Unidos, con retransmisiones en directo de sus principales cadenas de televisión. Mientras los congresistas republicanos aprovecharon la ocasión para intentar acorralar a Mueller con sus preguntas, los demócratas, que tienen mayoría en esa cámara, esperaban obtener del fiscal información que pueda habilitar el juicio político a Trump.