El Festival Barenboim se desarrolla desde el lunes en el Centro Cultural Kirchner. El encuentro musical aglutina a una serie de conciertos y conferencias a cargo del gran pianista y director argentino, la West-Eastern Divan Orchestra, Martha Argerich y Anne Sophie Mutter, entre otros referentes internacionales de la música y del pensamiento. Hasta el 8 de agosto, la Ciudad de Buenos Aires se transformará "en un enorme faro de la cultura mundial”, según celebró el secretario de Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos (SFMCP), Hernán Lombardi, del que depende el festival.
Una oferta cultural internacional interesantísima, sin dudas. Pero también, teniendo encuenta la política de ajuste que viene implementando Lombardi en su área, también es una oferta cara. Según supo PáginaI12 el SFMCP desembolsó más de 52 millones de pesos sólo en la contratación de The Daniel Barenboim Stiftung, la fundación que encabeza el músico argentino. En total, Contenidos Públicos Sociedad del Estado (CPSE), dependiente del SFMCP, abonó por la “contratación directa por exclusividad” 1.115.000 euros a la fundación, al que hay que sumarle el costo por el alojamiento y las comidas para los más de cien artistas durante las semanas en las que se desarrolla el encuentro musical.
En medio de la política de ajuste en el SFMCP, que incluye congelamiento de salarios de los trabajadores y una casi nula producción propia, la organización del Festival Barenboim de parte de la cartera que encabeza Lombardi no deja de plantear algunos interrogantes. Ninguno de los cuestionamientos está relacionado a la calidad artística de la propuesta, ni mucho menos al valor de contratación de Barenboim, Argerich o la West-Eastern Divan Orchestra, reconocidos en todo el mundo. En todo caso, la pregunta es si es correcto el destino de millones de pesos de parte de CPSE para la organización de un festival, a cuyos conciertos solo pueden acceder aquellos que puedan pagar entre 400 y 2000 pesos, precio en el que varían las entradas.
Alguien podría preguntarse, con pertenencia, cómo es posible que la secretaria de medios tenga decenas de millones de pesos para la realización del festival, pero no para producir contenidos en los medios públicos ni mejorar el salario de sus trabajadores, que recibieron 0 (cero) por ciento de aumento durante 2017 y 2018, y que en 2019 apenas vieron aumentar su sueldo en un 15 por ciento.
Según el acta del directorio de Contenidos Públicos Sociedad del Estado (CPSE) al que accedió PáginaI12, con fecha del 26 de marzo de 2019, el área dependiente del SFMCP suscribió un contrato con de The Daniel Barenboim Stiftung (Fundación Barenboim) “por un monto de hasta 1.115.000 euros”. Tal como dejó en claro el propio músico, Barenboim no recibe un solo peso por sus conciertos, ya que el dinero va a parar en su totalidad a la fundación, que se encarga de promover el diálogo cultural y la convivencia entre jóvenes árabes e israelíes.
El Daniel Barenboim Stiftung, establecido en 2008 por el propio músico, es la organización coordinadora de la Orquesta West-Eastern Divan, la Academia Barenboim-Said con la Pierre Boulez Saal en Berlín y el Centro de música Barenboim-Said en Ramallah. Sus actividades principales son la gestión de todos los aspectos de las giras internacionales de la West-Eastern Divan Orchestra, varios proyectos de música y educación, principalmente en Medio Oriente, y programas de becas individuales.
El dinero que recibe la organización establecida en Berlín no es el único desembolso en euros que realizó el SFMCP: la “contratación directa por especialidad” de la violinista Mutter requirió de otros 90 mil euros. La realización del Festival Barenboim demandó, sólo en estos dos contratos, 1.205.000 euros, algo así como 57 millones de pesos. Una cifra millonaria que seguramente está acorde con los valores internacionales de los artistas, pero que no es poca para las arcas escuálidas del Estado argentino. Mucho más si se tiene en cuenta que los conciertos son pagos, y únicamente los ensayos abiertos y los encuentros de reflexión son gratuitos.
Además del desembolso económico en euros, el SFMCP se encargó de los recursos técnicos, humanos y operativos para la organización y desarrollo del festival, incluido las salas del Centro Cultural Kirchner, espacio en el que se realiza. También, la secretaría se hace cargo del “alojamiento y comidas para los más de 100 artistas así como los traslados necesarios del personal y los instrumentos” en los 18 días de duración del encuentro cultural. La estimación es que el costo del festival supera largamente los 100 millones de pesos, que ni la venta de tickets ni el apoyo de sponsors logran saldar. El festival, que incluye recitales, conciertos, ensayos abiertos gratuitos y conferencias, cuenta con un recital -el único gratuito- en Tecnópolis a cargo de Barenboim y la WEDO.
Un aspecto que llamó la atención en estos primeros días de festival es que si bien se había anunciado que iba a haber transmisiones vía streaming de las actividades del Festival por Contar -la plataforma digital y gratuita del SFMCP– y la Televisión Pública Argentina, lo cierto es que sólo algunos encuentros de reflexión se emitirán en directo. Para ver los conciertos por TVP y Contar habrá que esperar un tiempo, ya que deben ser curados por el equipo de la Fundación Barenboim. Además, habrá un documental sobre el festival, con fragmentos de los conciertos y entrevistas exclusivas.
El millonario costo del festival, cuyos conciertos ni siquiera son gratuitos, excede por mucho la erogación que demandaron los contratos de la WEDO y de Mutter, ya que hay que sumarle el resto de los gastos operativos y logísticos. Considerando que salió de las arcas del CPSE, que tiene bajo su ala a los olvidados canales Encuentro, Pakapaka y DeporTV, no es en vano preguntarse a qué obedece la decisión de invertir millones en el festival internacional que disfrutarán unos pocos. La prioridad del SFMCP, está visto, no es la producción de contenidos artísticos para revalorizar a señales que sufren un ajuste tan selectivo como discutible.