La octava edición de Panorama Sur se está desarrollando en Buenos Aires, una plataforma de artes escénicas que durante tres semanas genera el encuentro de autores teatrales de habla hispana que trabajan cada uno en la creación de una obra propia, en el análisis de espectáculos locales y que además cuenta con una programación internacional marcada por la experimentación. Con dirección general y artística de Alejandro Tantanian y Cynthia Edul, esta iniciativa de THE (Asociación para el Teatro Latinoamericano), la fundación alemana Siemens Stiftung y el Goethe-Institut se consolidó como espacio de creación y formación y como red de artistas que estimula el intercambio y la generación de proyectos en común. 

“De las casi cien inscripciones que recibimos elegimos veintiún autores entre hombres y mujeres de distintos lugares del país y de España, México, Cuba, Uruguay, Colombia, Bolivia y Ecuador. Cada uno trabaja un material individual acompañado de las opiniones y discusiones con los otros veinte autores y conmigo” cuenta a PáginaI12 Tantanian, a cargo de la coordinación de la residencia de dramaturgos. El miércoles 31 a las 19 en el Teatro Cervantes, estos autores harán una serie de lecturas performáticas con entrada gratuita en torno a la pregunta: ¿Cómo llega lo nuevo al mundo hoy ? “Es una pregunta disparadora para que presenten sus mundos propios”, aclara. Además de la residencia, los autores que participan de ella realizan junto a Edul los desmontajes de cuatro obras de la cartelera porteña que proponen reflexiones sobre la práctica y sobre las artes escénicas hoy: Petróleo del grupo Piel de Lava, Imprenteros de Lorena Vega, Tiestes y Atreo de Emilio García Wehbi y Stanislavski-Fantasmatic de Ciro Zorzoli. “Son encuentros donde los autores residentes cruzan a los directores argentinos en una búsqueda de reflexión y de construcción de pensamiento alrededor del problema de hacer teatro hoy. De alguna forma estos cuatros espectáculos le hablan a las tradiciones del teatro argentino y le responden en escena, lo reformulan y lo repiensan.”, explica Edul, a cargo de las sesiones de reflexión que abarcan el análisis del texto teatral, de la puesta en escena y una entrevista con su autor y/o director.

Este año Panorama Sur cuenta con el apoyo de Mecenazo Cultural y Proteatro y trae tres espectáculos de dos creadores desconocidos para la escena local: I-Cure (Yo curo) del performer, cantante, coreógrafo y compositor búlgaro Ivo Dimchev (este viernes a las a las 21 en la sala Alberdi del Cultural San Martín), Live Solo Concert, el recital de este mismo artista (sábado a las 20 en la sala argentina del CCK con entrada gratuita) y el solo de danza 55, del coreógrafo y bailarín marroquí Radouan Mriziga (jueves 1º y viernes 2 de agosto a las 20 en la cúpula del CCK, también gratis).

“Dimchev propone una cura colectiva en escena con un giro un poco retorcido. Comienza su performance moviendo su larga peluca amarilla, vistiendo solo un calzoncillo de Superman y nos invita a completar unas tarjetas en las que uno tiene que señalar cosas que quisiera curar, desde un órgano hasta un dolor emocional. Ahí comienza el tránsito”, adelanta Edul. En una pantalla se desplegarán imágenes de playas, cataratas, animales salvajes que llevan al intérprete a diferentes estados físicos y emocionales. “Ivo Dimchev sí que pone y descompone el cuerpo en escena, el cuerpo y la voz”, agrega. Pero a medida que la performance avanza, las imágenes que la pantalla emita serán cada vez menos tranquilizadoras y ahí se genera el pasaje de cura a catarsis. “Más que una cura, I-Cure es una explosión física y emocional de la que es muy difícil quedarse afuera”, asegura Edul. 

El concierto que dará al día siguiente incluye las canciones que creó para sus espectáculos. Según la creadora, más allá del talento musical del artista, impactará su energía como performer, “imposible de clasificar, difícil de definir”. “El tipo de trabajo que Dimchev hace con la audiencia está completamente presente en este concierto. Hay un ida y vuelta, un trabajo de apertura en el que no parece haber barreras entre el performer y la platea. Es tan cautivante su show de canciones, tan único el clima que funda, que son esas cosas que uno recuerda con el tiempo”, anticipa. A su vez, Mriziga propone en 55 un cruce entre movimiento y espacio con elementos como tizas y cintas con los que diseña formas en el piso. “Esas formas responden a su investigación sobre la arquitectura islámica. Es un espectáculo muy simple, muy lindo de ver por la calidad del movimiento y la coreografía y, al mismo tiempo, es conceptualmente muy complejo”, concluye.