“María” es un significante vacío. “María” fue la madre de Jesús, el nombre de millones de siervas feudales, de la guillotinada más notable en la Revolución Francesa, de nuestra Evita (María Eva), de una espiritista seguida por los criollos/as fieles de Kardec, un tema convertido en hit por Enrique Martín Morales (Ricky Martin hoy devenido un activista sobre acoplado) y también el del horrible huracán con vientos de 280 km/h (superó al Jeanne del 2004) que pasó por Puerto Rico y le hizo descender sus índices de desarrollo humano a niveles parecidos a sus países vecinos.

Puerto Rico nunca fue ni nunca se sabe si quiere ser EE.UU. Esa “islita” (al decir del tuit del cantante que hizo su coming out en 2010 junto con ex novio Cristóbal Olivos) sufre en carne propia el “beneficioso” cierre de la economía que le vale a Donald Trump un país casi sin desocupación, crecimiento económico como hace tiempo no se veía y un apoyo de los sectores trabajadores para horror del progresismo de estos lares. De hecho, la “islita” que ya era quinta en el ranking de la distribución desigual del ingreso, es territorio de “empresas golondrinas” y el 60% de su población vive afuera, lo mismo que Ricky, hoy con ciudadanía española gracias al “socialista” Rodríguez Zapatero.

¡Haciendo un poco de historia

Todo esto fue sistemáticamente denunciado por el Partido Nacionalista de Puerto Rico fundado en 1922, que junto con otros sectores políticos nunca dejó de advertir sobre la situación colonial que hace de esta “islita” un paraíso para el turismo, empresas y especulación gringas. Y esta lucha no fue gratuita: la lista de presos políticos es interminable, así como la represión, tortura y muerte de militantes independentistas por quienes nunca se realizó una marcha tan masiva ni mimada por el establishment mediático ya transnacional. Un botón vale de muestra (de horror): en 1937 se produjo la “Masacre de Ponce” donde la policía abrió fuego contra una manifestación nacionalista que recordaba la abolición de la esclavitud. Una lista de muchos/as activistas, sobre todo mujeres, engrosaron las cárceles de la “islita” donde eran “deportados”, principalmente luego del “Grito de Jayuja” en el año 1950 que fue una insurrección que declaró, por un rato, la República de Puerto Rico. Marie Haydée Beltrán Torres, Blanca Canales, Rafael Cancel Miranda, Isabel Freire Meléndez de Matos, Dolores Lebrón Sotomayor, Oscar López Rivera, Dylcia Noemí Pagán, Ruth Mary Reynolds Willmarth, Isolina Rondón, Isabel Rosado Morales, Alejandrina Torres, Olga Isabel Viscal Garriga es una desordenada (cronológicamente hablando) lista de perseguidas/os por pelear contra el estatuto colonial de Puerto Rico.

Ahora bien, el humor de los/as “isleñitos/as” respecto a su independencia fue monitoreado cuatro veces mediante plesbicitos que tuvieron una participación promedio del 65% donde se enfrentaron básicamente tres posturas: el “estadismo” (quienes quieren ser la estrellita 51 del Imperio), el estado libre asociado, y el independentismo. En 1967, 1993,1998 y 2012 las urnas hablaron en idiomas cambiantes. Si bien es cierto que el independentismo nunca superó el 6% de los votos, la moción de estado libre asociado ganó ampliamente en 1967, por muy poco en 1993 y perdió ante el estadismo en el 2012. Pero en la de 1998 ganó un “ninguna de las opciones”, por lo que no dan las cuentas para hablar de un progreso del estadismo. Además del “gusto por obedecer”, la isla caribeña mueve su humor por otros motivos que merecen una mayor reflexión.

 Ricky Martin activista: límites y esperanzas

No fue Ricky, fue  la presión interna y externa a EE.UU lo que llevó a la liberación de presos/as políticos/as portorriqueños/as de la mano de Bill Clinton y Barack Obama. Aquí, sin dudas, el cantante se hizo presente e hizo oir su voz pidiendo públicamente por la libertad de Oscar López Rivera, aunque luego la nublara con un “agradecimiento” a Mr President Obama.  Oscar López Rivera detenido en 1981 y condenado a 55 años de cárcel por el cargo de "conspiración sediciosa" volvió a ver la luz a los 74 años. 

Son varios analistas políticos que hoy se preguntan cuál es la postura de Ricky frente al lugar de Puerto Rico frente a Estados Unidos.  Fue contundente contra el gobernador demócrata “Ricky” Rosselló que por un “telegramate” quedó engrampado en declaraciones misóginas y discriminatorias hacia las personas lgbtiq+, mujeres, víctimas del huracán, pero también contra los nacionalistas, epítetos estos últimos que el aparato mediático no le otorga la misma relevancia que a la discriminación sexista, clara y tristemente.

La intervención de Ricky fue decisiva para la destitución de un gobernador que además de ser deplorablemente machista (si alguien hiciera algún wikileaks de otros/as gobernantes no sería tan diferente) piloteó el hundimiento de la isla post “María”, el tifón asesino. De hecho al establishment neocolonial de la “islita” se le debe la “Ley Promesa que implica que la isla se ató de manos con un plan de austeridad para pagar su deuda externa, mientras Donald Trump la sometió a un recorte de fondos nunca visto.

Bien Ricky por tu lucha contra la discriminación y la corruptela, pero llama la atención, y en lo personal, al menos repudio, que la derogación de la “Ley Promesa” y otros reclamos que sacudieron esa plataforma bajo dominio extranjero no sean bandera de tu carroza como sí lo ha sido de los sindicatos de a pie, que seguramente serán medios fachos en lo que de género va.

Para tratar de ser comprensivos con las biografías artísticas hay que reconocer que ser gay no le garpaba para su carrera en tiempos de closet universal, por lo que esperó años encerrado en lo que siempre fue un secreto a voces, para decirlo. Quizá hoy el cantante de “María” también crea en la independencia y coincida con la crítica a la deuda externa que asfixia en la pobreza a su “islita” con la misma convicción que demuestra con su claro posicionamiento pro lgbtiq+ y contra la “corrupción” (otro significante que muchas veces pretendió moralizar los procesos populares, como bien escribió Jorge Enea Spilimbergo) que en este caso viene claramente probado en los desmanes del Rosselló, el otro Ricky, coreuta de Hillary Clinton.

No sabemos mucho más de las posiciones político-partidarias del “gay singer”, eso sí, siempre, al menos yo, le voy agradecer su buena onda con la no intervención a Venezuela y no haberse sumado a ese infame recital al que hasta “nuestro” Diego Torres se sumó sin sudar.

¡Ay María Toña/ tus pasos de ayer /cuando por mi calle/ yo te vi correr/cargando cuadernos/y libros de inglés! Decía y diráLilian Viacava, poeta venezolana