Polvo se llama segundo disco de Paula Maffia & Sons. La cantautora e instrumentista subirá esta noche, a las 21.30, al escenario del Gran Salón de Plataforma Lavarden, junto a Lucy Patané y Nahuel Briones. "Polvo es un disco mucho más austero (que el anterior, Ojos que Ladran) pero no necesita mucho más que eso. Estoy contenta con volver a mi gran amor que es el rock. También de poder trabajar con Nahuel Briones y Lucy Patané, que son mis compañeres", dice la artista, que aprovechará su visita a la ciudad para reunirse con el Colectivo de Mujeres Músicas, y seguir armando así la emergencia de un sujeto político y artístico que considera "urgente".

En Otros animales, el primer tema del disco -editado por el sello Goza Record, disponible en las plataformas digitales- arranca así: "Qué nos diferencia/ a vos y a mí de/ otros animales,/ cuando nos dormimos/ juntas,/ entrelazadas/ las dos desnudas/ ensimismadas/ A nuestro calor". Y así, cada tema va entrelazando las historias. "Decidir hablar de mi pasión por otras mujeres es ser genuina", lanza Paula en la canción. Ya en la entrevista con Rosario/12, cuenta que descree "del amor como una especie de panacea que libera de todos los males. Si no hay amor propio, es una lección que aprendí transitados mis 30 años, es difícil que pueda aparecer un vínculo, y de aparecer sería de una dependencia tan grande que cancelaría cualquier amor libre, y no digo poliamor, pareja abierta, digo un amor que no esté preso de sostener el andamiaje emocional de la otra persona".

Polvo toma "múltiples perspectivas sobre el amor, lo que antecede al

amor, lo que prosigue", entre ellos el muy necesario amor propio.

Para hablar de esos temas que cuentan las desventuras amorosas, Paula usa el término lesbian drama. "Es un mote gracioso de reapropiación de todo un fantasma de que el vínculo entre mujeres al estar formado por dos componentes conflictivos, todo entre comillas, contiene más drama, es una burla a esa heteronorma que seguimos las mujeres reproduciendo en nuestros vínculos", dice Paula sobre esa denominación en solfa, pero en el disco, se hizo un tema para hacer "una especie de cura oral de algo que no pude decir a otra persona porque no hubo lugar" y sobre todo, toma "múltiples perspectivas sobre el amor, lo que antecede al amor, lo que prosigue".

El nombre del disco tiene una primera elección en su sonoridad. "Es por empezar una palabra que me parece hermosa, tiene esa o redonda que podés dibujar con un dedo, tiene un significante bellísimo, tiene una musicalidad muy particular, también determinó el hilo conductor del disco, el contexto y la temática, pero también la palabra tiene un concepto polisémico muy grande, que abarca el comienzo y el final de todo. Polvo es lo que queda, y de donde salimos, es la totalidad. Está permanentemente. No hay nada que no contenga polvo, y también es algo que busca eludirse, es un concepto de una circularidad que cuando salís del comienzo y llegás al final, transitaste tantos conceptos, a pesar de que la idea es grande, es difícil de poner en palabra, es análogo al concepto de logos", lanza con su hablar rápido, de la misma dicción perfecta que despliega cuando canta. Ahora, acompañada por Patané y Briones, puso pausa en "cualquier faceta orquestal, hay que tener una posibilidad de salir a omar las calles" despojada de las dificultades que supone una banda multitudinaria.

Sobre la aparición de las mujeres músicas en escena, con intención de tomar los escenarios, Paula considera que era "urgente, de una vez por todas, poder por un lado encontrar una afinidad entre músicas mujeres y disidencias como agente activamente oculto durante la historia de la música. En la sociedad, incluso dentro de la música misma, se habla del surgimiento de las mujeres si fuera novedoso, caprichoso y actual. Y eso es de una negligencia tan grande con una necesaria retrospección de cómo fue la historia. Cualquier mirada novedosa está cancelando nuestra historia con la música desde el minuto cero, desde el primer ritual musical alrededor del fueg", enfatiza Paula, quien recuerda que son ellas las "portadoras innegables de la cultura oral". Y subraya que le duele la historia contada con la ausencia total de mujeres y disidencias.

En esas reflexiones, considera que era "urgente" que las mujeres músicas y disidentes "pudiéramos empezar a funcionar como frente político. Es como sucede en el feminismo, qué tenemos en común millones de mujeres y disidencias, absolutamente nada, tenemos en común un opresor". En Buenos Aires se prendió la mecha de los colectivos de músicas que se replicó también en Rosario. "Nos dimos cuenta de que somos un sujeto político", subrayó.

Esa emergencia, nada novedosa pero ahora visible, hizo que en la entrega de los premios Gardel, cuando Marilina Bertoldi subió a recibir su Gardel de Oro y subrayó que hacía 19 años no ganaba una mujer, y esta vez lo hacía una lesbiana, Paula haya disfrutado: "Cuando subió, gritamos Gol".