A menudo se habla acerca de cómo “llevaron el merchandising al rock en cantidades nunca vistas antes”, ampliando a cada paso un abanico de productos que, lejos de ceñirse a las habituales remeras o muñequitos articulados, han ido sumando: desde tazas de café decoradas con cristales Swarovski (no aptas para microondas, atención), pinballs y bandanas para perros, hasta batas de baño, ataúdes, profilácticos, funcionales coches para fanáticos, restaurantes. Así y todo, aunque nadie debiera sorprenderse ya con el último y atípico chiche de la colección, lo imposible ha sucedido, y los Kiss han dejado patidifusos incluso a sus seguidores. Más aún: también dejaron sin palabras a Nick Simmons, hijo de Gene, que al enterarse de la flamante novedad solo atinó a tuitear: “Papá, esto es… Qué es esto… No sé qué decir”, respondiéndole papá Gene con un simple –y un cachito maquiavélico– “Buajajajajá”. ¿Cuál es la peculiar oferta que levantó polvareda?  Las cuerdas para guitarras… de aire, oficialmente comercializadas por el grupo liderado por GS y Paul Stanley. “Estas cuerdas han sido fabricadas con precisión, los más altos estándares y las más exigentes especificaciones para garantizar óptimo rendimiento y larga vida útil”, ironiza el sitio Metal Sucks al dar parte de las KISS Air Guitar Strings, “hechas de nada, envueltas alrededor de más nada, sin nada de carbono, que producen un tono bien equilibrado para tu guitarra de aire”. En resumen, una bolsa vacía que puede adquirirse por ¡4 dólares!, una ganga de no considerarse lo que se está comprando (¿una pista? empieza y termina con na–da). “Definitivamente no estás tirando tu dinero”, redobla el tono sardónico la citada web, y avisa que los paquetes solo están a la venta en Las Vegas. En especial, entre los grandes simuladores del rock; más específicamente aquellos que compiten cada año en el campeonato mundial de guitarra aérea en Finlandia…