El caso de Mariela es similar a otro que tuvo gran repercusión y que forma parte de los hechos emblemáticos de violencia institucional en Argentina, el caso del adolescente Luciano Arruga, desaparecido a los 16 años en 2009 en la localidad bonaerense de Lomas del Mirador. El de Luciano, un chico que había sufrido detenciones y torturas en sede policial, se parece al de Mariela en la demora y en las irregularidades hasta encontrar su cuerpo, cinco años después, enterrado como N.N. en el cementerio de la Chacarita, luego de sufrir un aparente accidente que no fue totalmente esclarecido. 

"Las huellas de Arruga, como era menor, no estaban cargadas tampoco y se llega a él por una comparación que plantea la entonces Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Seguridad en octubre de 2014, con quienes estábamos trabajando en un confronte de desaparecidos en la dictadura", recordó Carlos "Maco" Somigliana. Luego de haberlo buscado en la comisaría en la que lo habían detenido con anterioridad y en otros lugares, se lo encontró en el cementerio porque se halló una huella de él que se le había tomado cuando había sido imputado falsamente por un robo. Allí surgió un dato que coincidía con el de un joven atropellado por un auto en la avenida General Paz el mismo día en que Luciano había sido visto por última vez. El error era que en la autopsia se había señalado que se trataba de un joven de unos 25 años.