Luego de ver el posteo de la gobernadora Vidal en el que, bajo el título "Cuando más nos necesitás ahí estamos", se hace mención el programa de cáncer de la provincia de Buenos Aires, al acceso a la medicación oncológica y al acceso a los cuidados paliativos, y en el que se publicita la producción pública de la droga Tramadol en la provincia, como paliativista se me produjo una sensación de estupor y espanto.
Estamos acostumbrados a ver la manipulación y uso de las comunicaciones, sobre todo en época electoral. Pero utilizar publicitariamente programas y políticas de Estado que suponen honrar derechos humanos y exponerlos como logros de gestión de gobierno me parece un derrape ético intolerable.
La producción pública de medicamentos no es un invento de la gestión actual de la provincia de Buenos Aires: existen leyes, existe un organismo a nivel nacional y existe la producción pública en el Laboratorio LIF de provincia de Santa Fe desde 1946, que es el que se ocupa de la elaboración de analgésico opioides para la distribución gratuita a hospitales nacionales, provinciales y municipales.
De manera que además de las incorrecciones que plantea este mensaje --como que las necesidades paliativas están cubiertas porque se produzca Tramadol en Buenos Aires--, la verdad es que a esta falsedad hay que agregarle la estupefacción, porque si naturalizamos estos mensajes vamos a caer nuevamente en confundir política de Estado con política de gobierno. Y lamentablemente así vamos para atrás.
Y lo peor: cuando se envían mensajes tan sensibles a poblaciones vulnerables, éticamente se está manipulando con golpes bajos a personas que no tienen la capacidad ni la posibilidad de defenderse.
* Graciela Jacob es socióloga, médica máster en medicina paliativa; ex presidenta de la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos y ex directora del Instituto Nacional del Cáncer.