El dólar arrancó la semana cerca de los 45 pesos y pone en alerta nuevamente a los inversores. El tema más comentado en las mesas de dinero de la city porteña fue el crecimiento acelerado de las Leliq y su posible impacto cambiario, a raíz de las declaraciones del candidato presidencial Alberto Fernández, quien el domingo advirtió sobre el riesgo potencial que suponen. La deuda de corto plazo del Banco Central asciende a 1,2 billón de pesos y genera el pago de 1892 millones de pesos de intereses por día (45 millones de dólares al cambio actual). En octubre de 2018 el stock de esta deuda era la mitad y generaba pagos diarios equivalentes a 29 millones de dólares. El costo diario de las Leliq subió 50 por ciento en poco más de medio año.
Los consultores no dudaron en meterse en el debate de las Leliq. ¿Cuánto más puede sostenerse la tasa de casi 60 por ciento sin afectar las expectativas de los inversores? ¿Se necesita reestructurar esta deuda de corto plazo con los bancos? ¿El stock de los pasivos es preocupante para el balance del Banco Central? Economistas consultados por este diario aseguraron que el pasivo de la autoridad monetaria es alarmante pero que todavía existe la posibilidad de manejarlo para evitar consecuencias mayores.
Los analistas que conversaron con PáginaI12 coincidieron en que no es necesario avanzar en una medida de default o reestructuración de las Leliq. Plantearon que el ajuste de esta deuda se terminará haciendo a partir de una devaluación (reduciendo la cantidad de pasivos medido en moneda extranjera). Se trataría de una situación similar a lo que ocurrió con las Lebac. Dijeron que el principal problema para solucionar es la tasa de interés. Aseguraron que se necesita cambiar la estrategia monetaria y avanzar en un esquema financiero que apoye la producción en lugar de la especulación y las ganancias de corto plazo.
Licuadora de Leliq
La deuda de Leliq no parece haber alcanzado un monto crítico para justificar un canje o reestructuración que resuelva el desequilibrio monetario. El economista del estudio Arriazu, Fernando Marengo, lo puso en números. “El stock de las Leliq equivale a cerca de 5 puntos del Producto. No debería ser preocupante si la economía empieza a remonetizarse (empieza a crecer y demanda más dinero hasta volver a una situación similar a 2017)”, explicó a Página/12. Luego detalló que “el nivel de la monetización de la economía (cantidad de pesos disponibles en el mercado interno) se ubica actualmente en 13 puntos del Producto. En 2017 era de 17 puntos y en el año 89 –cuando ocurrió el Plan Bonex y la hiper- era de 8 puntos”.
Marengo aseguró que la principal tensión aparecerá si la cantidad de pesos que demanda el mercado interno no sólo no se recupera sino que continúa bajando. “En este caso el desequilibrio de las Leliq se resolverá con una devaluación. Las Lebac se ajustaron de esta forma el año pasado. Por ahora el stock de Leliq medido en dólares no es elevado aunque si lo es el pago de los intereses (el flujo de la deuda). Esto es un problema porque si mantenés estas tasas al cabo de un año terminás duplicando el monto de la deuda”.
Especulación o mercado interno
El economista jefe del Banco Credicoop Alfredo García aseguró a este diario que la situación de las Leliq es distinta respecto de las Lebac del año pasado. El nivel de exposición del 2018 fue mucho más alto y se terminó pagando con una corrida cambiaria violenta. “La deuda de Leliq por el momento luce sostenible. Esto no implica que no existan riesgos y tensiones en el frente monetario y cambiario. El principal desequilibrio son las tasas de interés. En estos valores no se sostienen. Generan un verdadero caos en la economía productiva”.
El economista del Credicoop aseguró que “el principal elemento para resolver es la estrategia financiera que se lleva adelante. Debe haber un cambio para concentrarnos en un esquema de apoyo a la producción y no a la especulación. No es necesario reestructurar las Leliq. Lo que si hace falta es regresar a un modelo con tasas sostenibles en el que pueda fomentarse el crédito productivo para las pequeñas y medianas empresas”.
Esta propuesta fue compartida por el economista de UMET Arnaldo Bocco. “Nadie piensa en dejar de pagar los intereses de las Leliq sino en bajar fuerte las tasas. Pasar del 60 por ciento a niveles del 35 por ciento. El objetivo es volver a tener un sistema productivo. Se requiere modificar el modelo monetario para apoyar el mercado interno”, aseguró a PáginaI12. “La propuesta para resolver el desequilibrio de las letras de corto plazo del Central requiere incluir distintas clases de variables en el análisis. Se debe decidir qué niveles de tasas de interés y tipo de cambio real permiten colaborar para impulsar el crecimiento”. Agregó que “no se puede continuar con este plan híper monetarista que no se había aplicado nunca en la historia. Prolongarlo tendrá consecuencias cada vez más difíciles de desarmar”.