El presidente Mauricio Macri calificó como “uno de los logros más importantes” de su gestión “la normalización de la imagen de las fuerzas armadas en la vida democrática del país”. A falta de logros palpables en la gestión de Defensa, el jefe de Estado habló de la emoción que le generó el desfile militar del 9 de Julio por la avenida Libertador y enfatizó ante los más de doscientos oficiales superiores del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea que concurrieron a la tradicional cena de camaradería que “pusimos en valor a las fuerzas armadas como institución central del Estado”. A dos semanas de la difusión del informe de la comisión bicameral que estableció la “indudable responsabilidad política” del gobierno en la muerte de los 44 tripulantes del ARA San Juan, que criticó “el desamparo al que fueron sometidos los familiares” y “el ocultamiento” de información que los llevó a encadenarse en Plaza de Mayo, el jefe de Estado evitó referirse al tema, no mencionó el informe oficial del Congreso y sólo pidió “recordar y homenajear” a las víctimas.
La actividad oficial en el edificio Libertad estaba prevista para las 20 pero arrancó una hora después. La demora del presidente generó desconcierto en los organizadores. El Ministerio de Defensa llegó a anunciar a las 20.17 el comienzo de la cena con una foto de la mesa principal ocupada por los jefes militares junto al ministro Oscar Aguad, el jefe de gabinete Marcos Peña y el senador Federico Pinedo. Hasta las 21 la página web de Casa Rosada transmitía en vivo el tránsito frente a la sede de Defensa con el ruido de cubiertos como música de fondo. Finalmente se hicieron presentes Macri y la vicepresidenta Gabriela Michetti, aunque esperaron que concluyera la definición por penales entre River y el Cruzeiro para el inicio del acto.
“Más allá de la buena noticia que clasificó River a cuartos de final, es un honor participar por cuarto año consecutivo de la cena de camaradería y poner en valor esta enorme tarea silenciosa y permanente que lleva adelante la gran familia militar, con el profesionalismo y el enorme espíritu de servicio que la prestigia”, arrancó el presidente, a quien recibieron el jefe del Estado Mayor Conjunto, Bari del Valle Sosa, y los jefes del Ejército, Claudio Pasqualini, de la Fuerza Aérea, Enrique Amrein, de la Armada, José Luis Villán y el obispo castrense Santiago Olivera.
“En estos tres años y medio de avances significativos para los argentinos, revertimos años de desinversión y estamos construyendo una política de defensa a largo plazo”, afirmó, y dijo estar “convencido que uno de los logros más importantes es la normalización de la imagen de las fuerzas armadas en la vida democrática del país”. “Hoy las fuerzas armadas son reconocidas y valoradas. Fue muy emocionante ver cómo fueron recibidas por tantas familias argentinas en el desfile del 9 de Julio y esto muestra claramente que pusimos en valor a las fuerzas armadas como institución central del Estado”, destacó.
A modo de balance, consideró que “logramos avanzar en la normalización de los haberes después de años de postergación”. Ante miradas de desconcierto de uniformados e invitados cercanos a los militares como analista Rosendo Fraga, Macri admitió que “todavía falta, pero recorrimos la parte más compleja del camino”.
El presidente se ufanó de conducir “un proceso de reconversión de la defensa nacional”, destacó el rol de los militares en el operativo ‘integración norte’, en la cumbre del G20 y "en la última campaña fluvial" y explicó que "el objetivo de estas misiones es claro: cuidar a los argentinos, hacer que podamos vivir en paz y tengamos la calidad de vida que nos merecemos”.
“En este día, por último, no quiero dejar de recordar y homenajear a los tripulantes y familiares del ARA San Juan, a casi dos años de la tragedia en el Atlántico Sur”, fue toda la mención al hundimiento del submarino en el murieron 44 marinos y que la comisión bicameral consideró “una de las mayores tragedias mundiales de la historia naval en tiempos de paz y la más grave para nuestro país tras la guerra de Malvinas”.