La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estimó que Argentina se contraerá 1,8 por ciento en 2019. La caída prevista por el organismo de Naciones Unidas es 38,5 por ciento más profunda que la proyectada por el Fondo Monetario Internacional . “La estimación está supeditada a que no se produzcan nuevas tensiones financieras, en un año de incertidumbre vinculada a las elecciones presidenciales”, advierte el informe de CEPAL . El país experimentará así la tercera mayor recesión de la región solo detrás de Venezuela y Nicaragua donde el organismo proyecta desplomes de 23 y 5 por ciento, respectivamente. “Argentina es el país con mayor nivel de endeudamiento público bruto de la región”, advierte el informe.
“En el primer trimestre de 2019 el PIB mostró una profundización de la tendencia recesiva”, expresa el Estudio Económico de América Latina y el Caribe de la CEPAL presentado el miércoles en Santiago de Chile. La magnitud de la caída no presentó cambios frente a las últimas proyecciones del organismo. A contramano del optimismo que desbordan los informes del FMI y las expresiones de deseo del Palacio de Hacienda, la CEPAL reconoce que la implementación del programa de austeridad y ahogo financiero “repercutirá negativamente en el consumo público y privado, en la inversión y en las exportaciones del sector manufacturero”.
El organismo dependiente de ONU destaca la profunda contracción experimentada en la capacidad de compra de los trabajadores y jubilados pero espera “una leve recuperación de los salarios reales que tendrá un leve efecto positivo sobre la demanda interna”. La CEPAL tampoco comparte la contundencia del diagnóstico desinflacionario oficial: “La reducción de la inflación para lo que resta del año dependerá de que no se produzcan nuevas tensiones cambiarias”, sostiene el informe anual del organismo donde destaca la “pronunciada caída de la utilización de la capacidad instalada de la industria”.
“La región enfrenta un contexto externo con mayores incertidumbres y complejidades crecientes: menor dinamismo de la actividad económica mundial y del comercio global; mayor volatilidad y fragilidad financiera; cuestionamientos al sistema multilateral y un aumento en las tensiones geopolíticas”, señaló la directora de la CEPAL, Alicia Bárcena, al presentar el reporte. Ante la compresión en el margen de maniobra para impulsar la demanda, el organismo remarca la necesidad de reducir la evasión tributaria y los flujos financieros ilícitos, impulsar la adopción de impuestos a la economía digital, medioambientales y reevaluar los gastos tributarios para alinearlos hacia la inversión productiva.