Con la Ciudad Universitaria, el Aula Magna y el decanato de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires como escenarios. Con la presencia de cientos de representantes de la comunidad académica y científica. Y con la entrega de un documento de adhesión asombrosamente representativo por parte de esta comunidad, con 8700 firmas de todo el país (y de científicos en el exterior). También con un particular “telar de la abundancia” multiplicador de votos que lanzó Adrián Paenza, entre risas y aplausos. En ese marco se desarrolló el miércoles el acto en el que Alberto Fernández, en el tramo de la campaña enfocado en las definiciones, avanzó sobre las propuestas vinculadas a la ciencia, la técnica y la educación. La (re)creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, y la comparación del costo que implicaría en relación a los intereses de las Leliq (como ya postuló con el aumento de las jubilaciones), fue una promesa concreta. “El de Ciencia y Tecnología fue uno de los dos ministerios que le propuse crear a Cristina en su momento. Por ahí equivocamos de ministro, pero fue una buena idea”, chicaneó, en primera persona.
“En la Ley de Ministerios que aprobemos va a estar el Ministerio de Ciencia y Tecnología”, anunció durante el acto el candidato del Frente de Todos, en una repleta Aula Magna del Pabellón II de Ciudad (con otras aulas habilitadas para seguir la transmisión en vivo). “Ya sé que algún diario va a decir: ¡pero cuánto va a costar! Le recordaré que va a costar tantos puntos de Leliq, algo por lo que nunca se preocupan. Cada vez que me vienen con estos argumentos, no hago más cuentas en pesos, sino en intereses Leliq. Para que se den cuenta qué es lo importante, y qué es lo trágico”, argumentó. “Con un punto de Leliq tenemos los intereses de La Matanza. Con diez días de intereses de Leliq, les damos medicamentos a todos los jubilados. ¿Y están preocupados por qué hacemos con las Leliq? Vergüenza debería darles”, arengó. “Entre los bancos y los jubilados, elijo los jubilados; entre los bancos y la escuela pública, yo voto la escuela pública; entre los bancos y los investigadores, yo voto a los investigadores. Nadie con dignidad puede tener la disyuntiva”, afirmó también.
Fernández comenzó el acto recordando la Noche de los Bastones Largos y sus consecuencias, y presentándose como “un hijo de la universidad pública”. “Crecí con la idea de hacer un país que deje de expulsar a los valiosos. Vivimos en un mundo donde la riqueza de un país está dada por su conocimiento. Invertir en conocimiento no es un gasto, es la mejor inversión. Yo estoy más convencido que ustedes de que lo que hay que hacer en la Argentina es apostar al desarrollo de la inteligencia”, les dijo a los científicos. Con la escenografía que ya es una marca de campaña desde el lanzamiento de la fórmula presidencial del Frente de Todos (sillones dispuestos como en un living, fondos blancos limpios dominando la escena junto a la imagen del espacio), el acto mostró “de fondo” a decenas de becarios, investigadores y científicos premiados, acompañando desde escena. Junto al candidato, Adrián Paenza –muy suelto en el oficio— y Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, oficiaron de “presentadores”. Esta última fue la encargada de representar a una comunidad científica y educativa que, dijo, “tuvo protagonismo y coherencia en estos años de resistencia, consolidó vínculos y puentes”.
“Queremos contribuir, con nuestro voto y nuestra voz, a un contundente triunfo electoral que cierre definitivamente la etapa de restauración conservadora abierta en 2015, que condena a nuestro país al atraso, al endeudamiento y a la pobreza”, dice sin medias tintas el documento de adhesión entregado al candidato. (link a nota: https://www.pagina12.com.ar/209432-los-cientificos-llaman-a-votar-a-alberto-fernandez). Lleva 8700 firmas; más de 4000 de investigadores de carrera, 1500 de becarios, técnicos y trabajadores del Conicet, y de otros 17 organismos de ciencia y de 54 universidades nacionales. “Son firmas de todas las áreas y de todas las provincias del país, entre ellas de científicas y científicos premiados y otros radicados en el exterior. Lo sentimos muy representativo de una mirada amplia de la comunidad científica”, destacó Morgade al hacer la entrega formal del petitorio a Fernández.
“Queremos pensar el país. No queremos que el país nos vaya saliendo. Lo que te ofrece toda esta comunidad son políticas científicas, gente que ha trabajado y pensado cómo se puede mejorar la calidad de vida, incluyéndonos a todos. No hay derecho a que haya unos pocos privilegiados”, le dijo Paenza a Fernández. Y avanzó sobre un gracioso cálculo matemático multiplicador del voto, según el cual, partiendo de uno que convenza a otro, en 33 días se podría superar la cantidad de población de la tierra con votantes para el Frente de Todos (ver aparte). “Vayan y multipliquen a los convencidos no sólo del voto. También de que la inversión en inteligencia es la mejor que puede hacer un país”, redobló más tarde la apuesta Fernández.
Antes del acto masivo, el candidato del Frente de Todos tuvo una reunión con el decano de la facultad anfitriona, Juan Carlos Reboreda, y con un grupo de científicos que también tomaron la palabra. Llegó a ese primer encuentro cerrado acompañado por Paenza, Daniel Filmus y Mariano Recalde. Allí lo esperaban reconocidos científicos e investigadores como el biólogo molecular Alberto Kornblihtt, el físico Diego Hurtado de Mendoza y la viróloga Andrea Gamarnik, entre ganadores del Premio Houssay, académicos con la Distinción Investigador de la Nación, premios Fundación Bunge y Born, Konex y L’Oreal, entre otros galardonados. Tomaron la palabra el físico e investigador del Conicet Juan Pablo Paz, y Andrés Kreiner por la Comisión Nacional de Energía Atómica, quien describió la crítica situación de desabastecimiento del sector nuclear que atraviesa la Argentina, y la necesidad de retornar al plan nuclear que quedó trunco en 2015.
“No sé cómo hicieron, pero estos tipos nos convencieron de que es un símbolo de status social tener medicina privada, mandar los chicos a colegios privados y vivir en un barrio cerrado, con seguridad privada. Y eso es solo la mayor muestra deterioro. Porque si algo nos ha distinguido en el mundo, es haber promovido la educación pública. Eso es lo que nos permitió hacer realidad algo que era un discurso, la movilidad social asendente”, analizó Fernández. “Estamos en un tiempo en que algunos creen que hay quienes tienen la mala suerte de caer en la escuela pública, o se preguntan para qué abrimos universidades en lugares pobres. Votando, podemos cambiar a estos inescrupulosos que dicen semejantes cosas sin que nadie reaccione”, concluyó Fernández.
A la salida, entre el público, no faltó quien recordara que pocos días atrás también anduvo de visita por Ciudad Universitaria el candidato del oficialismo, el presidente Mauricio Macri. En este caso fue para un acto virtual: se filmó en un video en un día feriado, con el lugar vacío. Y se vanaglorió del Edificio Cero + Infinito, el nuevo pabellón de Ciencias Exactas y Naturales. Fue una obra puesta en marcha en 2006, y licitada y adjudicada en 2015, durante la gestión de gobierno de anterior.