Desde sus primeros cortos y mediometrajes y su ópera prima en el largometraje, Io sono un autarchico (1976), hasta la reciente Mia madre (2015), el grueso de la filmografía del realizador, productor y actor Nanni Moretti ha estado dedicada al cine de ficción, aunque con infinitos puntos de contacto con la realidad: Michele Apicella, su alter ego, lo acompañó a lo largo de muchas películas hasta que el personaje pasó a llamarse, simplemente, Nanni. A pesar de ello, los escasos esfuerzos del cineasta en el terreno del documental puro y duro, coronados hasta ahora por Santiago, Italia, lo han llevado a recorrer diversos temas con aproximaciones muy heterogéneas. Actualmente, se encuentra terminando el montaje de su nuevo film de ficción, Tre piani, que traslada la novela del israelí Eshkol Nevo de las calles de Tel Aviv a las de Roma.

La cosa
1990

El primer documental de Moretti es también la primera ocasión en la cual su presencia deja de ser uno de los centros de atención de la cámara. En el momento del rodaje, el Partido Comunista Italiano discutía intensamente un posible cambio de nombre con la intención de transformarse en algo distinto. En otra “cosa”. Filmada a lo largo de varias semanas en asambleas a lo largo y ancho del país, antes del congreso que definiría el asunto –con el contexto de la reciente caída del Muro de Berlín–, La cosa es una suerte de compañera no literal de Palombella Rossa (1989), cuya historia también retrataba, aunque con las armas de la ficción, la crisis de identidad de la izquierda italiana. Durante su visita a Buenos Aires hace dos años, Moretti declaró, en la única charla pública que tuvo lugar durante el Bafici, que a los participantes de las asambleas “no les importaba que los filmase porque estaba en juego una parte muy importante de su vida. No del poder, sino de su vida. Había miedo y angustia, pero también esperanza. Hoy, creo que sería imposible, porque falta esa pasión. Parece que la política es algo mucho menos importante en la vida de las personas”.

El último cliente
2003

Este emotivo cortometraje documental surgió de una circunstancia absolutamente fortuita. De visita en la ciudad de Nueva York para promocionar su película La habitación del hijo (2001), ganadora de la Palma de Oro en Cannes, Moretti se topó casualmente con la historia de un tradicional local comercial que estaba a punto de cerrar definitivamente sus puertas: la farmacia de la familia Gardini, atendida por su dueños desde hacía décadas. El último cliente comienza con la demolición del pequeño edificio, con la intención de hacer lugar para un local comercial de alguna gran cadena. Lo que sigue es el registro –melancólico, dadas las circunstancias– del último día de atención al público, con la visita de algunos clientes de toda la vida como particular forma de despedida. Sin apretar nunca la tecla de la añoranza reaccionaria, Moretti afirma –sin decirlo con palabras– que el mundo cambia y que algunas de esas mutaciones están haciendo desaparecer formas de vida, de contacto entre las personas, un poco más amables y empáticas.

El diario del caimán
2006

Auto-documental acerca del rodaje de El caimán (2006), la película de ficción (y metaficción) sobre Silvio Berlusconi, figura ubicua en las vidas públicas y privadas de los ciudadanos italianos. También una suerte de diario personal en el cual, a lo largo de sesenta minutos, Moretti abre las puertas de su particular proceso de creación cinematográfica, detallando los cambios sufridos por la trama durante la escritura, desde la sinopsis primigenia hasta llegar al guion definitivo. Podría pensarse en Aprile (1998), otra de las películas morettianas que trabajan la idea del cine dentro del cine, pero aquí no se habla de un musical trotskista existente solamente dentro de la ficción, sino de un film muy real y concreto. “Quiero recordar la irresponsabilidad de este hombre, su falta de sentido del Estado, su desprecio por las instituciones y su ataque constante contra la justicia”, declaró Moretti en el momento del estreno de El caimán, en una entrevista republicada en el libro Ecce Nanni: el testigo crítico, publicado por el Bafici. Algunos de los resortes que llevan a esa descripción fulminante pueden apreciarse en las escenas de filmación presentadas en El diario del caimán.