El desaparecido músico estadounidense Gil Scott-Heron compuso su mayor hit, “The Revolution Will Not Be Televised”, en 1971, cuya letra es una fabulosa parodia sobre los efectos venenosos de la televisión comercial. Eran tiempos del Black Power, que adoptó el tema, considerando uno de los antecedentes del rap, por su métrica y filosa manera de agitar la denuncia, como uno de sus himnos. La canción dejó una huella tan profunda y revolucionaria que tres décadas más tarde dos documentalistas irlandeses la invocaron para titular su film acerca del intento de golpe de Estado que sufrió Hugo Chávez en 2002. Lo que aúna a un contexto del otro es que, por más secuelas que hayan dejado, no trascendieron del conato. Sin embargo, la cultura pop volvió a tener recientemente revancha política en el lugar más impensado: Puerto Rico, y esta vez consiguió lo que no pudieron ni el Mayo Francés o los yippies (partidarios del Partido Internacional de la Juventud, liderado por Abbie Hoffman y antípoda de la pasividad de los hippies): una insurrección con final exitoso.
El pasado miércoles, el gobernador de la isla, Ricardo Roselló, anunció que abandonará el poder el 2 de agosto, tras 15 días de manifestaciones que fueron lideradas por Bad Bunny: la gran estrella del trap latino a nivel mundial, Residente (alias del rapero René Pérez, otrora líder de Calle 13), y el ídolo pop Ricky Martin. Justamente este último fue uno de los blancos de un escándalo político, al que se le denominó “Chatgate” (o “Rickyleaks”), en el que el Roselló, junto a algunos de sus asesores más cercanos, quedó expuesto a partir de la filtración de los audios de un chat privado de la red social Telegram (registrado en 900 páginas presentadas por el Centro de Periodismo de Investigación), donde compartieron burlas, al igual que comentarios sexistas y homofóbicos, contra funcionarios públicos, artistas y víctimas del huracán María. Lo que fue la gota que derramó el vaso. Y es que el peor fenómeno meteorológico que sacudió a la menor de las Antillas estuvo enmarcado en una gestión gubernamental que no pudo escapar de los casos de corrupción que se le indican.
“Ricky Martin es tan machista que se folla hombres porque las mujeres no dan la talla. Puro patriarcado”, escribió Christian Sobrino, director de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (AAFAF), en uno de los mensajes. Al enterarse, el cantante respondió: “Es completamente repudiable y denotan el carácter y personalidad intolerante, arrogante, prepotente, homofóbica, machista y violenta de cada uno”. Y no sólo eso, sino que también se tomó un avión hasta la isla, de 3,1 millones de habitantes, para encabezar las protestas del 23 de julio. Mientras ondeaba una bandera del colectivo LGTB, a su lado, en el mismo camión de carga que se desplazó por la avenida Las Américas (la más importante de San Juan, al capital boricua), se encontraban la salsera Olga Tañón y los cantantes Kany García y Tommy Torres (a Luis Fonsi se le pudo ver por ahí), al igual que Residente y Bad Bunny. Este tándem publicó un tema contra Roselló en las protestas, “Afilando cuchillos”, que alude a la corrupción del gobernador. Aunque anunció que harían otro si renunciaba.
“Hoy nadie nos ordena, sólo este general cuando suena”, dice la letra de “Bellacoso”, tema que lanzaron, con video incluido, poco después de la salida del Gobernador. El compromiso de Bad Bunny, uno de los artistas que goza de una gran popularidad y convocatoria en la Argentina, con la causa fue tal que durante una gira por España, que se produjo en el medio de las manifestaciones, advirtió que haría un hiato en su carrera musical (lo que tradujo en la cancelación de la grabación de una nueva producción en Miami) para seguir participando de las protestas callejeras. Mientras que el activismo social de Residente ya es conocido desde sus tiempos con Calle 13. Al punto de que en 2015 se convirtió en el primer latinoamericano en obtener el premio de la Cumbre Mundial del Nobel de la Paz, precedido por la defensa de los mapuches en Chile y el seguimiento de las desapariciones de estudiantes en México, al tiempo que es un acérrimo defensor de la independencia de Puerto Rico de los Estados Unidos, en donde sigue gozando del estatus de “Estado libre asociado”.
Al llamado de “Somos más”, Residente hizo la invitación desde sus redes a salir a la calles. Aunque, una vez que se anunció la dimisión, dejó en claro por la misma vía: “Esto no se acaba con la renuncia de Roselló”. Si bien es cierto que el histórico vendaval, que tuvo devolución desde los Estados Unidos, por intermedio de figuras de la comunidad nuyorriqueña como Marc Anthony y Jennifer López, fue apoyado por intelectuales, deportistas y actores, los protagonistas de la “música urbana” impactaron fuerte en el pueblo. Sus letras, con llegada al proletariado, aunque catalogadas de misóginas y banales por la clase media latinoamericana, albergan temáticas que rompen con el status quo que establece el poder. Además de DJ Playero (arquitecto del género), Wisin y Nicky Jam, Daddy Yankee fue uno de los iconos que alzó su voz. El artífice de “Gasolina” dijo en los Premios Juventud 2019: “Puerto Rico está cansado de corrupción, del maltrato por décadas, del cuento chino. Sigamos manifestándonos con coraje, pero con sabiduría”. La revolución boricua no sólo fue instagrameada, sino también reggaetonera.