"La resolución no obliga a la utilización del lenguaje inclusivo, sino que ampara institucionalmente a aquellos que quieran utilizarlo para la elaboración de sus trabajos", explicó a PáginaI12 Carolina Spataro, titular de la Subsecretaría de Políticas de Género de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Se refería a la decisión que tomó el consejo directivo de la facultad al reconocer y admitir al lenguaje inclusivo en cualquiera de sus modalidades como recurso válido en las producciones realizadas por estudiantes de grado y posgrado, es decir, en monografías, trabajos prácticos, tesis y otros textos académicos.
La titular de la Subsecretaría de Políticas de Género sostuvo que "el proyecto registra un cambio en los modos de enunciación, y eso no va en detrimento de la rigurosidad y la exigencia académica. Y así como se ha ampliado la agenda de temas de investigación también se han ampliado los modos de enunciarlos, en sintonía con una transformación de época".
La inclusión de las nuevas modalidades lingüísticas "surgió de un interés y de una demanda por parte del estudiantado", contó Spataro. "Se elaboró y se discutió en la Comisión de Género del Consejo Directivo de la facultad. De ahí se pensó esta propuesta que se elaboró conjuntamente con los tres claustros que componen el consejo y luego se aprobó por unanimidad", detalló.
La investigadora y doctora en Ciencias Sociales explicó que el proyecto "no aborda cuestiones relacionadas con tecnicismos porque hay todo un campo de estudios sobre los temas del lenguaje y qué significa el lenguaje inclusivo y cuáles son sus formas. Lo que busca es amparar y ampliar derechos para que estudiantes que quieran escribir sus trabajos académicos utilizando el lenguaje inclusivo en cualquiera de sus formas puedan hacerlo".
Por otro lado, Spataro también destacó la importancia del papel que cumple el feminismo como movimiento social, que permitió que el debate sobre el lenguaje no sexista e inclusivo irrumpa en los ámbitos académicos. "Esto da cuenta de cómo las discusiones vinculadas al feminismo que atraviesan lo social también han llegado a las universidades de modo masivo", señaló. "En la Facultad de Ciencias Sociales venimos trabajando la agenda feminista desde hace muchos años con docentes investigadores e investigadoras que trabajan e investigan y militan sobre estas cuestiones", agregó.
"El lenguaje con el cual nos comunicamos y relacionamos comporta sentidos que reflejan desigualdades entre los géneros, naturalizando la segregación discriminación o exclusión", señala la resolución aprobada por el consejo directivo de Sociales. En ese sentido, advierte la importancia de que "las dinámicas y culturas institucionales acompañen esas transformaciones y fomenten el fortalecimiento de la democracia".
La resolución contó con el apoyo de la decana Carolina Mera, quien en el 2018 creó la primera Subsecretaría de Género de la casa, con el objetivo de generar estructuras institucionales para revertir jerarquías y violencias naturalizadas. "Estoy a cargo de esa subsecretaría para avanzar en la institucionalización de la agenda feminista en la facultad. Además, trabajamos con la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género (RUGE) del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que es una red que recoge el trabajo de las universidades a nivel nacional en relación con la agenda feminista", dijo Spataro.
La subsecretaria destacó que la resolución aprobada por el consejo de profesores, alumnos y graduados es muy probable que tenga consecuencias o se replique en otras unidades académicas. "Ya se aprobó un proyecto de similares características en la Facultad de Humanidades y Ciencia Sociales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco", contó.