La empresa de muebles Fabricantes Unidos, que tiene 40 años de antigüedad, quedó al borde del cierre y pende de un hilo la fuente de trabajo de 28 personas y de 50 incluyendo el trabajo indirecto. El caso da cuenta del grave impacto de la pérdida de empleos en una pequeña localidad como la de Fuentes, en la provincia de Santa Fe, donde viven 3500 personas, y además muestra la situación del sector de madera y muebles, afectado por la caída del consumo, suba de importaciones y aumentos de tarifas. El Gobierno nacional no interviene e insiste en la “reconversión” de trabajadores. Por ahora, sólo se reconvierten en desempleados y arrastran con ellos a los trabajadores de las actividades vinculadas por la rueda del consumo.
El primer foco de producción del sector mueblero santafesino se encuentra en Cañada de Gómez (40 mil habitantes). La cámara de empresarios del mueble de esa localidad calculó que entre retiros voluntarios, la no renovación de contratos y la baja de horas extra, el año pasado la masa salarial se redujo en 45 millones de pesos. “Se ve reflejado en menos mozos y cocineros en los bares, menos pares de zapatos vendidos, menos pintura en las ferreterías. Son en promedio 3500 pesos por mes que perdió cada laburante, que invertía en mejorar la casa, arreglar el auto y salir a pasear”, señaló Marcelo Cogno, secretario de Producción del municipio.
El otro centro de producción del sector de madera y muebles es la localidad de Fuentes, en donde viven 3500 personas. Una de las empresas más importantes es Fabricantes Unidos (Efe-U). Produce amoblamientos para la cocina, placares y vestidores, vanitorys y puertas placas. “Técnicamente la empresa todavía no cerró, pero está todo dado para ir hacia ahí. Nos adelantaron las vacaciones y nos mandaron a nuestras casas. En la fábrica hay dos personas solamente, administrativos. Veníamos de muchos meses malos, con poco trabajo y bajas ventas. Y lo último, que apuró las cosas, es que la AFIP le embargó las cuentas a la empresa y los bancos le cortaron el crédito”, dijo a este diario Raúl Randazo, trabajador de Efe-U. Los trabajadores venían de tomarse vacaciones forzadas y cuando el lunes volvieron a trabajar se tuvieron que ir nuevamente a sus casas.
“En una comunidad pequeña, que estén en peligro 28 fuentes laborales es un problema importante. El año pasado para la industria maderera fue muy duro. Fuentes está en una zona sojera y tiene una incipiente industria metalmecánica, pero incluir a 30 personas en el mercado laboral es casi imposible. Los vamos a tener en la puerta de la comuna pidiendo una changa”, señaló Norberto Contrucci, intendente de Fuentes.
Efe-U venía mal desde hacía tres años. Pero la situación se complicó mucho en 2016 a raíz de un combo que para la industria manufacturera es moneda corriente: caída del consumo, aumento de las importaciones y suba de los costos por la devaluación y los aumentos de tarifas. Según los datos de la CAME, el año pasado la venta de muebles del hogar cayó 6,3 por ciento medida en unidades, mientras que los muebles de oficina bajaron 6,4.
En cambio, la importación de muebles en 2016 subió un 60 por ciento, de 239.653 a 382.441 unidades. Los muebles de oficina bajaron 8 por ciento, pero los de cocina subieron 36 por ciento y los de dormitorio un 81 por ciento. En enero de 2017 la tendencia se mantiene: la suba interanual de las importaciones de muebles fue del 112 por ciento. El incremento se verificó en muebles de oficina (217 por ciento), de cocina (36 por ciento) y de dormitorio (198 por ciento). Los datos fueron relevados por el Observatorio de Importaciones de Santa Fe, compuesto por el Ministerio de Producción de la provincia y la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe). Para la Federación de la Industria Maderera, el aumento de las importaciones de muebles, asientos y colchones (excluyendo partes y piezas) fue del 24,9 por ciento en kilogramos y del 16,2 por ciento en unidades.
La producción del sector del mueble, según el último informe del Centro de Estudios de la UIA, cayó un 15 por ciento el año pasado. La menor actividad se combina, además, con la caída del margen de rentabilidad ya que la suba de costos, en ese contexto de mercado, no se traslada a precios. Los costos crecieron por la suba de los insumos por la devaluación junto al aumento de la electricidad, que es un insumo crítico en el sector.