Los 28 países de la Unión Europea tuvieron que elegir su candidato a dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre el neerlandés Jeroen Dijsselbloem, ex presidente del Eurogrupo y que tiene el apoyo de Alemania y la consejera delegada del Banco Mundial, la búlgara Kristalina Georgieva. Finalmente, la UE decidió que Kristalina Ivanova Georgieva será la sucesora de la francesa Christine Lagarde al frente del FMI después de derrotar a otros cuatro candidatos europeos.
Al contar con el respaldo de los alemanes, Dijsselbloem se perfilaba como favorito a encabezar el organismo multilateral que viene supervisando de cerca la economía argentina. El ex ministro holandés de Finanzas tiene fama de inflexible. Fue uno de los encargados de monitorear a Grecia en el peor momento de su crisis y en marzo de 2017 llegó a decir que los países del sur de Europa no podían gastar todo su dinero en licor y mujeres y luego venir a pedir ayuda, exabrupto por el que se vio forzado a pedir disculpas en el Parlamento Europeo luego de cierta resistencia inicial.
Pero quedó relegado por Georgieva. Con el apoyo principal de Francia, derrotó a Dijsselbloem, el candidato que preferían los países del norte de Europa y que es detestado en el sur después de que dijera aquello de que los países del sur habían tenido problemas durante la crisis financiera porque habían gastado la plata en “mujeres y tragos” en lugar de ahorrarla. Dijsselbloem, a pesar de que fue ministro de Finanzas holandés, no tiene formación de economista sino de ingeniero agrónomo.
El nombramiento de Georgieva es una forma de compensar a los países de Europa del este, que se quedaron a principios de julio sin ningún alto cargo en las instituciones de la UE cuando se decidió la renovación de la dirigencia del bloque. Georgieva no logró su designación por mayoría cualificada según marcan las normas del Consejo Europeo: 55 por de los países que representen al menos a 65 por ciento de la población. Se quedó en 56 y 57 por ciento, pero derrotó claramente a Dijsselbloem.
En las reglas no escritas que rigen el sistema financiero que nació de los acuerdos de Bretton Woods, la presidencia del FMI la ocupa un europeo y el Banco Mundial un estadounidense. Europa tiene que presentar un nombre antes del 6 de septiembre, mientras que el proceso de selección para el puesto de director gerente del FMI se cerrará el próximo 4 de octubre.