Que un libro nos tenga que explicar quiénes somos y dónde estamos parados, es preocupante. Que ese libro haya sido perseguido con saña en su país de origen por un Estado genocida que empujó al exilio a su autora, quien se refiere a él como “el muerto que habla”, es trágico. Pero que la pregunta por el “maestro gendarme” que constituye parte de su título haya pasado de ser una metáfora a una realidad literal de “gendarmes maestros”, lo vuelve un texto urgente y necesario.

Cuando a comienzos de los años ’70 María Teresa Nidelcoff (hoy una docente jubilada que vive exiliada en España desde 1976) se sentó en su casilla de maestra obrera de Ocampo al 6500 y escribió ¿Maestro pueblo o maestro gendarme?, no imaginaba que casi medio siglo después la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich promovería un “Servicio Cívico Voluntario” con una literal Gendarmería a cargo de los cursos.

Mientras tanto, “il morto qui parla” fue reeditado innumerables veces en América Latina: en Brasil por un editor honesto que le pagó hasta el último centavo de derechos a su autora, tras buscarla sin saber si estaba viva o entre los desaparecidos de la última dictadura; en Colombia, no tan éticamente. En Argentina el libro prohibido, por el que se preguntaba en interrogatorios, circuló en fotocopias y apuntes; esa diseminación pudo haber sido facilitada por la didáctica estructura binaria de su argumentación, por la claridad de su lenguaje y ante todo por el hecho de basarse (sin omitir las grandes estadísticas) en experiencias concretas de vida, cercanas y reales.

¿Maestro pueblo o maestro gendarme? tuvo su primera edición en 1974 en Rosario por la Editorial Biblioteca Vigil; Editorial Biblioteca ya había publicado en 1972, de su misma autora, otro título imprescindible: La escuela y la comprensión de la realidad. Reconstruida y recobrada con gran esfuerzo colectivo décadas después del genocidio cultural perpetrado por la dictadura, la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil reeditó este año ambos títulos en su Editorial. La reedición ampliada incluye tres autorizados textos en cada libro, que dan cuenta de su vigencia y contexto. La historiadora Natalia García sitúa ¿Maestro pueblo o maestro gendarme? en su contexto original, explora su amplia repercusión en la actualidad y desmiente rumores falsos sobre su autora, a quien entrevistó para que cuente su historia y la de su obra, desde el contexto militante donde surgió hasta la persecución sufrida y el exilio. A partir de una encuesta entre maestros sobre el caminito que hizo el libro. Laura Bravi lo trae al presente de las militancias que lo resignifican en nuevas ideologías y palabras. Y Mariana Caballero construye un relato polifónico de represión y resistencias aplicando el método de reportaje sugerido en La escuela y la comprensión de la realidad, cuya segunda edición se complementa con propuestas didácticas para el aula por Ariana Ravelli, Fernando Mut y Claudia Abraham.

A partir de su presentación a sala llena el 24 de mayo en la Vigil, los libros se encuentran en plena gira por la provincia de Santa Fe: el jueves 15 de agosto, a las 18, se presentan en el Instituto de Enseñanza Superior Olga Cossettini (Sarmiento 2902); el 12 de septiembre, en Calchaquí; el 13 de septiembre, en el Instituto Superior del Profesorado Nº 4 Ángel Cárcano, de Reconquista; el 19 de septiembre en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario y el 4 de octubre en la Facultad de Psicología de la UNR en el marco del Encuentro de Derechos Humanos.

La reedición ampliada incluye tres autorizados textos en cada libro, que dan cuenta de su vigencia y contexto. La historiadora Natalia García sitúa ¿Maestro pueblo o maestro gendarme? en su contexto original, explora su amplia repercusión en la actualidad y desmiente rumores falsos sobre su autora, a quien entrevistó para que cuente su historia y la de su obra, desde el contexto militante donde surgió hasta la persecución sufrida y el exilio. A partir de una encuesta entre maestros sobre el caminito que hizo el libro. Laura Bravi lo trae al presente de las militancias que lo resignifican en nuevas ideologías y palabras. Y Mariana Caballero construye un relato polifónico de represión y resistencias aplicando el método de reportaje sugerido en La escuela y la comprensión de la realidad, cuya segunda edición se complementa con propuestas didácticas para el aula por Ariana Ravelli, Fernando Mut y Claudia Abraham.

Así que ningún muerto: más vivos que nunca, libros que avivan giles, por decirlo en el lenguaje directo de la cultura popular que valora el “maestro pueblo”. ¿Quién diría que de un barrio pobre de Rosario pudieran surgir dos obras tan revolucionarias como las de Paulo Freire, Jacques Rancière o Antonio Gramsci? La cultura popular valora la experiencia y valora a las personas, puntualiza Nidelcoff en 1974, con la misma sabiduría con que denuncia el sesgo ideológico burgués de los libros de lectura o cuestiona la validez del “test vocacional” a la luz de las desigualdades entre las condiciones materiales de las clases sociales. Su pensamiento crítico produce perlas como esta: “Hay preocupación por Juan, que está flojo en Matemáticas, pero no por el individualismo manifiesto, o por la pedantería, o por el espíritu competitivo de Luis, que siempre saca diez”. En un país gobernado por políticos gendarmes que imponen la cultura de la clase dominante como la única posible, estos libros vienen a dar una lección de realidad tan lúcida como transformadora.