El crimen del reportero Jorge Celestino Ruiz cierra una semana trágica para el periodismo mexicano. Con su muerte, asciende a tres la cantidad de comunicadores asesinados en los últimos días, y a los crímenes se suma el ataque con bombas molotov sufrido por la redacción de un diario local.
Ruiz, corresponsal del diario Gráfico de Xalapa, fue ejecutado a tiros el pasado viernes por la noche en el municipio de Actopan, en la región central del estado de Veracruz, según confirmó el alcalde de la ciudad, Paulino Domínguez. "Se trató de un ataque con armas de fuego directo a él", aseguró el funcionario en declaraciones a la prensa.
Por su parte, el fiscal estatal Jorge Winckler confirmó el inicio de una investigación sobre el crimen, que contará con medidas de protección vigentes para él y su familia debido a amenazas que había recibido anteriormente por su labor. Esas medidas, sin embargo, no se estaban cumpliendo.
Una fuente policial anónima había declarado que la casa de Ruiz "fue atacada a balazos" en octubre pasado, razón por la cual el periodista presentó una denuncia para avanzar con la investigación del hecho. En esa ocasión, también "lanzaron disparos contra su vehículo para intimidarlo", agregó la fuente que, sin embargo, no precisó los motivos ni los posibles autores de las agresiones.
Colegas del medio en el cual se desempeñaba dijeron que, tras la denuncia, Ruiz evitaba firmar sus notas para mantener un perfil bajo ante los riesgos que implicaban sus artículos, en una zona dominada por el narcotráfico y los crímenes por encargo.
El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, condenó el "cobarde asesinato" de Ruiz y se comprometió a localizar a los responsables. "Su asesinato no quedará impune. Desde hace horas seguimos en el operativo coordinado para lograr la captura de los culpables", escribió el mandatario estatal en su cuenta de Twitter, el sábado pasado. Al día de la fecha, sin embargo, no existen novedades sobre los culpables del hecho, ni el móvil.
Veracruz, estado mexicano invadido por bandas dedicadas al narcotráfico y otros delitos, llega así a la cifra de 23 periodistas asesinados en su territorio, según datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Lo siguen en cantidad de víctimas los estados de Guerrero (17), Oaxaca, (14), Tamaulipas (14) y Chihuahua (14).
El crimen de Ruiz ocurre menos de 24 horas después de conocerse el caso de Édgar Alberto Nava, director y editor del portal de noticias La Verdad de Zihuatanejo, y que también se desempeñaba como director de Reglamentos y Espectáculos en el estado de Guerrero. Nava también fue asesinado en circunstancias que aún no fueron esclarecidas por las autoridades.
El martes, el cadáver de Rogelio Barragán, director del portal periodístico Guerrero Al Instante, fue hallado en el interior del baúl de un automóvil abandonado, en el vecino estado de Morelos.
El miércoles, por último, las oficinas del periódico impreso y digital El Monitor de Parral, del norteño estado de Chihuahua, fueron atacadas con bombas incendiarias. Por este incidente, el medio local decidió dejar de publicar información policial, y su edición en papel dejará de imprimirse.
"Yo quiero darle un mensaje a quienes hicieron esto de que no queremos enfrentarnos. Quiero que estas personas lo lean. No vamos a exigir nada", contó su director, Jorge Salayandía en diálogo con El País. "Yo tengo fotos muy fuertes del ataque que serían portada, pero nada. No nos conviene meternos con estas gentes. Ya recibí el mensaje, está bien y ya", agregó.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) advirtió que estos atentados y crímenes dan cuenta del clima de inseguridad e informalidad que enfrentan los comunicadores en México, así como del "alto nivel de violencia" y las "condiciones adversas" en las cuales desarrollan su actividad.
En lo que va del año, 13 periodistas fueron asesinados en el país. Durante 2018, fueron 12 las víctimas, cifra solo superada por Afganistán (15) y Siria (11). Es decir, el número de víctimas de los primeros siete meses de 2019 ya superó al registrado en todo el año anterior. Desde el año 2000 a la fecha, asciende a 152 la cifra de comunicadores asesinados en México, según datos de la propia CNDH.
Omar Bello Pineda, integrante de la Asociación Mexicana de Periodistas Desplazados y Agredidos, afirmó en contacto con La Jornada que no debe tomarse el lamentable récord de tres periodistas asesinados en una semana como una “casualidad”, sino que la violencia hacia el gremio se ha generalizado en los últimos años.
Uno de los motivos por los cuales los asesinatos de periodistas continúan, afirmó Pineda, es la ausencia prácticamente total de sanciones contra los agresores, lo cual se suma a la criminalización de las víctimas, quienes una vez asesinadas son blanco de campañas de desprestigio, al punto de responsabilizarlas por su propia muerte.