Otro punto destacado del estudio de GIO es la relevancia que le asigna la ciudadanía a "los actos de corrupción", sin identificar a los supuestos protagonistas ni a los denunciantes.  El 59,5%  le otorgan credibilidad,  mientras que el 39% las desecha sin darles mayor trascendencia . El 1,5 restante dijo no tener opinión formada.