Los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi y el jardinero Armando Gómez comenzaron a ser juzgados en Mendoza por los "abusos sexuales cometidos en forma sistemática" a chicos hipoacúsicos en el Instituto Antonio Próvolo, de Luján de Cuyo. El debate oral se realiza ante el Tribunal Penal Colegiado 2 de Mendoza, presidido por Carlos Díaz, y con las vocalías de Alejandra Ratto y Mauricio Juan.
La primera acción en la primera audiencia de ayer corrió por cuenta de la defensa de los imputados: recusó al juez Juan. El tribunal rechazó el pedido por extemporáneo. “Es una tontera. Se lo rechazó porque (los abogados de la defensa) ya sabían de eso con anterioridad y convalidaron que (Juan) fuera juez”, explicó a este medio Sergio Salinas, secretario de litigio estratégico de la Asociación para la Promoción y Protección de Derechos Humanos (XUMEK) y abogado de las víctimas.
Cuando se fueron identificando los imputados, Corbacho, de 59 años, aseguró que no había sido suspendido en el sacerdocio. No tiene un tratamiento eclesiástico original: Julio César Grassi, con condena firme a 15 años por abuso sexual de niños, sigue siendo cura. A Corbacho lo informaron sobre los 16 casos de abuso de niños hipoacúsicos por los que deberá responder.
Cuando le tocó el turno a Nicola Corradi, que transita con prisión domiciliaria debido a su edad, 83 años, su defensa pidió que se transcriba en texto lo que se lea en las audiencias porque tiene dificultades para escuchar. El lenguaje de señas es para los acusados, que tampoco pueden comprender las voces.
En la primera semana del juicio declararán 29 personas y "el debate será a puertas cerradas y con la participación de intérpretes de lengua de señas", precisaron fuentes del Ministerio Público Fiscal.
Durante la audiencia, la defensa solicitó que las víctimas declaren nuevamente. “No respetan las reglas y no les importa que se revictimice”, acusó Salinas. El abogado de XUMEK sostuvo que las víctimas ya brindaron testimonio en cámara Gesell, como estipulan las normas internacionales de Derechos Humanos para estos casos. Las declaraciones fueron grabadas para ser consultadas durante el juicio y así evitar la revictimización.
“La defensa estuvo ahí y escuchó (a las víctimas) cuando estuvo en Cámara Gesell, se cuidó eso, justamente”, agregó Salinas. El abogado aclaró, de todos modos, que si durante el debate oral surge “un hecho nuevo, no una pregunta, sino algo que nadie supo”, se puede pedir que las víctimas declaren sobre eso nuevamente en cámara Gesell.
La respuesta al pedido de la defensa se conocerá en la audiencia de hoy. “Estamos esperanzados que el tribunal nos de la razón para que no se violen los Derechos Humanos de las víctimas”, manifestó Salinas.
Corradi, Corvacho y Gómez (de 57 años) están imputados por "abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores, en concurso real con corrupción de menores".
La causa ya tiene como condenado al monaguillo Jorge Bordón, de 51 años, quien confesó en septiembre pasado durante un juicio abreviado que era "autor de 11 abusos" y deberá cumplir diez años de prisión.
Los abusos cometidos en el Provolo se conocieron a fines de noviembre de 2016. En un acto público, una integrante del Movimiento de Sordos de Mendoza se acercó a la la senadora provincial (UCR) Daniela García y logró, intérprete de señas mediante, contarle lo que sucedía en el establecimiento confesional.
La senadora García presentó la denuncia el mismo día. Luego la denunciante fue llevada ante un fiscal, una psicóloga, y auxiliares. A través de un intérprete, relató que desde que era niña había sido testigo de los abusos.