Con escaso margen en el frente comercial para replicar los nuevos aranceles dispuestos por Estados Unidos, el gobierno chino validó el lunes una devaluación que dejó su moneda en los valores más bajos en once años. Un alza de 1,3 por ciento en el tipo de cambio llevó la cotización a siete yuanes por dólar y alcanzar así registros que no se observaban desde 2008. Los movimientos registrados en la moneda del país asiático están dentro de los parámetros diarios previstos por el Banco Central de China pero el presidente estadounidense, Donald Trump, acusó a los chinos de “manipulación de monedas”.
Como es habitual el mandatario norteamericano realizó sus cuestionamientos a través de Twitter: “China dejó caer el precio de su moneda a mínimos históricos. Eso se llama ‘manipulación de monedas’”. La respuesta china llegó a través de un comunicado donde la el presidente de la autoridad monetaria, Yi Gang, aseguró que no devaluará para mejorar la competitividad de sus exportaciones. La onda expansiva de la escalada en la guerra económica entre Estados Unidos y China sumó presión sobre la frágil estabilidad del mercado cambiario local donde la cotización del dólar superó los 46 pesos.
La política cambiaria china permite que el tipo de cambio se mueva hasta un 2 por ciento por día frente al valor de referencia dispuesto por su banco central. El lunes el tipo de cambio fijado era de 6,9225 yuanes. La cotización escaló 1,3 por ciento para finalizar la jornada de operaciones asiática arriba de los 7 yuanes por primera vez desde mayo de 2008.
A pesar de las acusaciones twiteras de Trump, el Banco Central de China indicó que la debilidad en su moneda responde al proteccionismo y las tarifas pero aseguró que cuenta con “la experiencia, confianza y capacidad para mantener el tipo de cambio estable en un nivel razonable y balanceado”.
El presidente de la entidad sostuvo a través de un comunicado que China no recurrirá política cambiaria para responder a “perturbaciones externas”. A diferencia de Trump, los chinos evitaron referirse de manera directa a Estados Unidos. “China se comporta como un país responsable y acata el espíritu de la cumbre de líderes del G20 sobre los temas vinculados al tipo de cambio, adhiere a una cotización determinado por el mercado y no se involucrará en devaluaciones competitivas y no utilizará el tipo de cambio para cuestiones de competitividad”.
Una mayor devaluación del yuan podría impulsar las exportaciones chinas y limitar el impacto del aumento y la extensión de los aranceles dispuesto por el gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, el margen de maniobra del Banco Central de China es limitado ya que a lo largo de los últimos cuatro años buscó garantizar la estabilidad del yuan para contener la fuga de capitales. En 2016 para evitar un salto en el tipo de cambio que lleve la cotización por encima de los 7 yuanes la autoridad monetaria llegó a vender 106 mil millones de dólares en el mes para contener las presiones cambiarias. El banco central chino ostenta cerca de 3 billones de dólares en reservas (la cifra es 45 veces mayor que las tenencias de la banca central argentina).
El capítulo anterior en la disputa internacional que protagoniza Trump tuvo lugar la semana pasada cuando la Reserva Federal anunció una reducción en su tasa de interés de referencia por primera vez en once años y la Casa Blanca decidió establecer nuevos aranceles para las importaciones chinas. “¿Estás escuchando Reserva Federal? Esta es una violación importante que debilitará a China con el tiempo”, sostuvo el lunes el mandatario estadounidense a través de su cuenta en Twitter.
La disputa impacta de frente sobre los mercados emergentes. El dólar subió frente a las principales monedas y el índice accionario tuvo su peor caída semanal del año. El nuevo episodio anticipa renovadas tensiones alrededor del mundo. En Argentina el dólar abrió la jornada con un salto de 70 centavos y cotiza a 46,40 pesos. La turbulencia internacional y la ausencia de mecanismos de administración del mercado cambiario facilitan un nuevo proceso de salida de capitales y como parte de las reservas del BCRA están compuestas por yuanes una devaluación de la moneda china se traduce en la reducción de los activos locales.