La producción de autos en julio se ubicó en 21.646 unidades, indicó Adefa. Es el mismo nivel de ventas que el registrado en julio de 2004, en los albores de la recuperación económica posterior a la crisis de 2001/02. El resultado se produce a pesar del plan oficial de subsidios a la compra de vehículos cero kilómetro. El registro de producción de julio implica una caída del 9,5 por ciento frente al mes anterior y del 47,8 por ciento frente a julio del año pasado. En el acumulado de los primeros siete meses, la merma es del 35,6 por ciento.
El peor momento en la producción de autos bajo el esquema actual de industria integrada con Brasil para el mes de julio se dio en 2003, con un nivel de apenas 12.138 unidades, incluso por debajo de las 15.830 unidades de julio de 2002. En ese mes de 2004, con una industria recién saliendo de la terapia intensiva, la producción se ubicó en 21.203 unidades, en un nivel similar al que presentó el mes pasado. En julio de 2005 fue de 27.713 y de allí en ascenso hasta la crisis de 2009, cuando se ubicó en ese mes en 47.219. Esto da una idea del grado de pauperización de la producción de autos, que se refleja en términos laborales en las suspensiones masivas de personas y el cierre de autopartistas locales.
El desagregado por tipo de vehículo muestra que se fabricaron apenas 5640 automóviles durante el mes pasado, una caída interanual del 67,3 por ciento, mientras que los utilitarios llegaron a 16.006, lo cual implica una merma anual del 33,9 por ciento. En siete meses, la producción de autos muestra una baja del 53,3 por ciento y los utilitarios, con mayor salida exportadora, del 18 por ciento.
En julio se exportaron 19.913 unidades, 21,5 por ciento menos que el mismo mes del año pasado, mientras que en el acumulado del año la reducción de las ventas al exterior es del 13,2 por ciento. Ese resultado negativo se dio a pesar de la sensible devaluación del peso y se explica porque la economía de Brasil, principal destino de las exportaciones provenientes de la Argentina, sigue sin traccionar. De hecho, en lo que va del año las fábricas ubicadas en territorio local vendieron 20.200 unidades menos a Brasil que el mismo período de 2018.
De manera similar a lo que sucede con la producción, las exportaciones de automóviles acumulan en el año una baja del 37,2 por ciento, mientras que los utilitarios suben un 6,7 por ciento. Una de las características de la inserción exportadora de los utilitarios es que no dependen tan estrechamente de Brasil.
Peor que el segmento exportador está la venta de autos a los concesionarios. Fueron 39.255 unidades en julio, una baja interanual del 15,8 por ciento. De todos modos, esa baja es mucho más moderada que el promedio del año, que registra una caída del 51,7 por ciento en la entrega a los mayoristas locales. La mejora relativa se verifica desde junio, cuando la baja fue del 34,1 por ciento (venía de números negativos del orden del 60 por ciento).
Si se toma en cuenta sólo la venta de vehículos nacionales de las terminales a los concesionarios (excluyendo la entrega de importados), la caída interanual es del 23,2 por ciento (peor marca que la baja del 15,8 por ciento de las ventas mayoristas generales). La entrega de autos nacionales al segmento mayoristas muestra en siete meses una baja del 53,2 por ciento. El dato positivo es que frente a junio hay una mejora del 19,6 por ciento que estaría ligada al plan oficial de apoyo a la venta de autos.